La Ganadería y su Entorno, una dificultad añadida

Carlos Buxadé.

No sé si es una cuestión que está ligada con mi edad (que supera ya los tres cuartos de siglo); probablemente ella y sin que yo me dé cuenta, limita significativamente mi lenguaje corporal durante la docencia y/o si son los efectos residuales de la parálisis facial vírica, no totalmente superada, que sufrí hace ahora ya 2 años y que afecta negativa y coyunturalmente, a mi capacidad de oratoria, pero tengo la impresión que, en ocasiones, mi poder de convicción, como docente, ha disminuido, especialmente cuando los discentes son personas maduras y altamente cualificadas.

Y ésta fue la sensación que tuve hace un par de días cuando intentaba explicar la “matriz de dificultades” con que se enfrenta hoy en España (en general, en la Unión Europea) la ganadería y muy especialmente la ganadería intensiva que es, sin duda, una ganadería netamente empresarial.

Y la primera de las dificultades y probablemente la más importante, porque es global es la referida al entorno en que hoy nuestra ganadería (al igual que otras muchas actividades económicas) se halla inmersa.

Se trata de un entono de naturaleza integral, que técnicamente se ha denominado “entorno VUCA”. Este nombre emana de las primeras palabras inglesas de las 4 principales características que le definen: volátil (Volatility), incierto (Uncertaity), complejo (Complexity) y ambiguo (Ambiguity).

En este entorno y en primer lugar, los actores implicados (referidos en este caso a los que conforman los distintos eslabones de la cadena alimentaria) pueden y suelen cambiar sus actitudes con notable rapidez. En segulugar, la información habitualmente disponible no suele ser suficiente, por lo que se hace muy difícil anticiparse a los cambios mencionados y, en tercer lugar, surgen, con frecuencia, una serie de influencias, que están interaccionadas y que son muy difícilmente cuantificables y, además, no siempre evidentes a priori; en ellas los intereses económicos y/o las emociones, juegan un papel trascendental

Ante esta situación descrita, sin duda no estática y enmarcada por las características expuestas, a la actividad ganadera (primer eslabón de la cadena) no le queda otra que ser capaz de entenderla y asumirla, procurando, en la medida de lo posible, adecuarse permanentemente a la misma, luchando, día a día, por anticiparse a los cambios. Consecuentemente, el empresariado de nuestro sector ganadero deberá estar altamente cualificado y el sector deberá ser muy dinámico

Además, se están planteado, en este mismo periodo. una gran cantidad de nuevos retos y desafíos. Por una parte, están los nuevos alimentos (léase, por ejemplo, insectos, los alimentos plant based, los productos procedentes de carnes cultivadas, etc. etc.) y, por otra, tenemos una sociedad (que es donde moran los consumidores) que, porcentualmente, cada vez es más urbanita y está más alejada (física, psicológica y emocionalmente) del mundo rural. Ello significa que sabe cada vez menos lo que realmente es la ganadería, que, consecuentemente, pierde objetividad en lo que a ésta se refiere, que antepone en sus valoraciones y en sus opiniones, las emociones, e incrementa, a la ganadería y a sus producciones, la presión de sus “exigencias sociales” (generalmente muy poco o nada técnicas).

Todo ello comporta, paralelamente, una modificación de lo que, hasta hace muy poco, eran los patrones tradicionales de consumo. Cada vez hay más compradores y menos clientes; compradores que cambian, una y otra vez, sus normas de compra y los canales de la misma, convirtiéndose rápidamente en un “comprador tipo – multicanal”, modificando simultáneamente, como ya se ha comentado, la naturaleza y la intensidad de sus exigencias al sector primario y a la propia cadena.

Asumiendo lo expuesto, no puede ser erróneo afirmar que el futuro de nuestra ganadería se presenta ciertamente complejo. Hoy, es muy difícil saber bajo qué coordenadas habrá de desenvolverse mañana; sobre todo aquella que es estructuralmente más compleja y/o con ciclos productivos más largos (como puede ser, por ejemplo, la del vacuno de carne).

Lo que sí tengo muy claro es que habrá de desarrollarse, tanto a nivel individual como sectorial, una resiliencia adecuada, con el fin de poder medrar exitosamente en el mencionado entorno VUCA; un entorno que, en mi opinión, permanecerá, como mínimo, a medio plazo.

Espero, en esta oportunidad, haber tenido más éxito que en mi docencia del pasado fin de semana, y haber logrado que, los amigos que leen nuestro boletín, coincidan conmigo.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno Mayo-Junio 2021

×
BM Editores We would like to show you notifications for the latest news and updates.
Descartar
Permitir Las Notificaciones