Redacción BM Editores.
Ante los señalamientos del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel a todas las exportaciones mexicanas que haga México a ese país, una vez que tome posesión del cargo el 20 de enero; Juan Carlos Anaya Castellanos, director General del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), señaló que México-Estados Unidos-Canadá, conforman el bloque comercial agroalimentario más fuerte a nivel mundial, con un índice de autosuficiencia alimentaria del 112%.
En entrevista con BM Editores expresó que estos tres países conforman un bloque comercial agroalimentario integrado, especialmente en productos como maíz, carne y lácteos, generando beneficios comerciales para las tres naciones.
La amenaza de una imposición de aranceles, por parte de Estados Unidos, contradice los principios fundamentales del T-MEC y amenaza la integración comercial lograda entre ambos países.
Puntualizó que casi el 84% de las exportaciones agroalimentarias de México tienen como destino Estados Unidos, convirtiéndolo en el principal mercado para los productos agrícolas y alimentarios mexicanos.
México exporta aquellos productos en los cuales tiene un superávit en términos de autosuficiencia alimentaria o sector hortofrutícola con un índice de autosuficiencia del 133%.
Además, es un importante exportador de aguacate, limón, mango, vegetales, entre otros; en el sector agroindustrial, en azúcar y agave con un índice de autosuficiencia del 116%; también es el primer proveedor de azúcar y tequila a Estados Unidos.
Por lo que se refiere a las importaciones agropecuarias procedente de Estados Unidos, representan 79%, ya que tiene un déficit en la producción de granos básicos, oleaginosas y productos pecuarios.
En granos y oleaginosas el índice de autosuficiencia es del 44% y se importa de ese país, principalmente maíz, trigo, soya y sorgo; en el sector pecuario, el índice de autosuficiencia es del 82%, por lo que les compramos cerdo, pollo, carne de res y lácteos.
La integración y complementariedad de los mercados agroalimentarios genera beneficios mutuos para productores y consumidores de ambos lados de la frontera. La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos tendría efectos adversos en ambas economías; México vería encarecidas sus importaciones de granos básicos necesarios para satisfacer su demanda interna, mientras que Estados Unidos perdería un mercado estratégico para sus excedentes agrícolas, afectando directamente a productores estadounidenses y consumidores mexicanos.
Además, México vería afectado su principal mercado de destino que representa el 84% de sus exportaciones agroalimentarias. El consumidor americano se vería afectado al incrementarse sus precios y mayor inflación.
La complementariedad entre los mercados de México y Estados Unidos representa una fortaleza única. México es líder en producción hortofrutícola y agroindustrial, mientras que Estados Unidos destaca en granos, oleaginosas y sector pecuario, creando sinergias naturales en el comercio.
La infraestructura logística (nearshoring agroalimentario) existente entre ambos países ofrece ventajas competitivas excepcionales: la red de ferrocarriles y puertos en el Golfo de México permite costos de transporte significativamente menores comparados con otros socios comerciales como la Unión Europea o Asia.
La pandemia demostró la extraordinaria resiliencia de las cadenas de suministro agroalimentarias entre ambos países, evidenciando el potencial para fortalecer aún más esta integración comercial.
Por otro lado, las áreas de oportunidad para fortalecer el comercio bilateral y promover una política agrícola trilateral de América del Norte, es aumentar subsidios y políticas de apoyo a los productores mexicanos ya que argumentan que enfrentan una competencia desleal, ya que los productores de Estados Unidos reciben mayores apoyos y subsidios que sus contrapartes en México.
La proximidad geográfica y la complementariedad productiva entre ambos países representa una ventaja estratégica que puede potenciarse aún más mediante la inversión en infraestructura comercial moderna o digitalización de procesos comerciales y profundizar la colaboración en seguridad alimentaria regional y estándares de calidad.