Ventilación dinámica por depresión en cunicultura

Tony Roca 
Conejólogo

Los conceptos técnicos respecto a la ventilación en cunicultura no han variado en los últimos años. Lo que si ha cambiado son las estructuras ambientales y, sobretodo, los manejos productivos.

Cuando en la década de los 80 del siglo pasado publicábamos artículos con referencia al ambiente, lo definíamos como: un conjunto de criterios físicos que caracterizan el fluido o medio en el cual se desarrolla un organismo. Se definía el aire y sus características: composición, criterios físicos, parámetros, etc. También se hablaba de los intercambios térmicos, debiéndose considerar los aportes y las pérdidas de las instalaciones, de los animales, de las paredes y de la ventilación…

En las publicaciones se intentaba reflejar la mayoría de conceptos técnicos como polución del aire, relación entre el ambiente y los procesos vitales que, como hemos indicado, no han variado y que son de una incuestionable atención cuando se pretende instalar una ventilación dinámica en una granja de conejos.

La cunicultura es una actividad económica viva y, como tal, evoluciona. Muchas veces esta evolución o progreso está sujeto a modas, programas de empresa o promociones comerciales. En cualquier caso, todos los activos que trabajan para y por el sector cunicola desean, con su ánimo, avanzar y desarrollar en positivo la actividad.

Ya sea por experiencia o por edad, me gusta ojear la historia vivida. En cunicultura siempre se han criado conejos al aire libre en un ambiente más o menos protegido o resguardado. Siempre hemos defendido la idoneidad de un ambiente respecto al clima de la zona o lugar. De esta manera, hemos determinado que entre los 8º C y los 26º C es posible obtener buenas productividades en un ambiente libre. Entre los 0º C y los 32º C mejor optar por un ambiente natural o local con ventanas y cuando las temperaturas son extremas, menos de 0º C y más de 32º C es más seguro y posiblemente rentable, explotar a los conejos en un ambiente controlado.

Hubo una época, en los años 70 del siglo pasado, que las granjas se instalaban en locales de 3 metros de ancho con grandes aberturas en un lateral largo y pequeñas aberturas con ventanal basculante al lateral opuesto. Cuando este tipo de alojamiento se estaba implantando por España, una empresa introdujo la cría y explotación en naves de ambiente controlado por sobrepresión debido a que dicha empresa, radicada en Aragón, estaba asociada con otra francesa la cual preconizaba y vendía un modelo de granja totalmente cerrada con automatismos donde se explotaban unos animales híbridos que, también, dicha empresa comercializaba.

Esto ocurría en nuestro país cuando se empezaba a desarrollar una cunicultura familiar de complemento instalada en un ambiente relativamente económico… De pronto aparece una empresa que rompe estructuras promoviendo una cunicultura industrial altamente tecnificada. El paso del tiempo demostró que aquel tipo de alojamiento y ambiente eran caros de instalar, difíciles de controlar y costosos de mantener.

Esta vivencia nos sugiere que ni se debe empezar la casa por el tejado ni se debe alargar más el brazo que la manga. Dicho sin refranes, tecnología sí pero adaptada al momento y a las circunstancias. Por la calidad genética de los animales de aquella época en que se trabajaba con razas puras poco seleccionadas. Por las calidades de los alimentos con unas ofertas de un solo tipo de pienso para toda la granja. Por los manejos reproductivos con grandes fallos a la receptividad y a la fertilidad y porque la cunicultura iniciaba un proceso de profesionalización… las instalaciones debían ser proyectadas de acuerdo a los potenciales productivos reales.

Más adelante, también desde Francia, apareció la solución: no realizar obra civil y construir naves prefabricadas bajo el mismo sistema de ventilación con ambientes controlados por sobrepresión. También los resultados invitaron a variar los esquemas convirtiendo las instalaciones en ambientes naturales abriendo los laterales de las naves.

Siguiendo el paso del tiempo y observando que la cunicultura no era negocio de grandes márgenes, las empresas españolas realizaron campañas en pro del aire libre ya que permitía un crecimiento a menor coste. Desde separar el engorde de la maternidad dejando a esta dentro de las naves y construyendo nuevas instalaciones al aire libre solo para los engordes, hasta unas ofertas de los fabricantes de jaulas a base de módulos de estructura ligera sin paredes, ni ventanas y sin ventilación dinámica.

Llegamos al año 2004 y nos encontramos, de nuevo, que la oferta se basa en unas naves de estructura prefabricada (en teoría más económicas que las de obra civil) bien aisladas, en las que se aconseja ventilar por depresión atendiendo a los conceptos técnicos de antaño (años 80 del siglo pasado) en que se decía que la densidad por jaula era:

  • En maternidad: 5,750 Kg. peso vivo / jaula
  • En engorde: 1,350 Kg. peso vivo / animal

Realizándose los cálculos en base a estos criterios.

Hoy, la mayoría de explotaciones cunicolas se manejan en bandas y la banda supone que en muchas naves o módulos todo el engorde llega en conjunto a los 2 Kg de peso vivo por animal y que las hembras mantienen a sus gazapos hasta los 38 días de vida lo que supone un peso vivo por jaula de maternidad de unos 12 Kg.

Resulta evidente que las densidades han variado pudiendo establecer las siguientes pautas en función al sistema de manejo elegido:

  • Máximo en maternidad: 12,00 Kg. peso vivo por jaula
  • Mínimo en maternidad: 5,75 Kg. peso vivo por jaula
  • Máximo engorde: 2,00 Kg. peso vivo por animal
  • Mínimo engorde: 1,35 Kg. peso vivo por animal

Será a partir de estas premisas cuando podremos determinar, a tenor de los conceptos técnicos conocidos, la mejor solución para nuestra granja y en base a los siguientes condicionantes:

De A
Renovación del aire 0,8 veces/hora en invierno 8 veces/hora en verano
Caudal de aire 0,5 m³/h/Kg. en invierno 5 m³/h/Kg. en verano
Velocidad del aire 0,1 m/segundo en invierno 0,5 m/segundo en verano

 

Observando siempre la fórmula que determina la sección de las entradas de aire:

Sección (m²) = Caudal (m³/h) / Velocidad (m/s) x 3.600

Se debe tener en cuenta que este cálculo obedece a una sección libre, sin impedimentos. Tan punto se coloquen telas metálicas o paneles humidificadores en las aberturas, será necesario sobredimensionar la sección de acuerdo al criterio:

  • Entrada libre de aire: 1,00 m² por cada m³ / segundo de caudal.
  • Con tela mosquitera: 2,00 m² por cada m³ / segundo de caudal.
  • Con panel ecológico: 2,25 m² por cada m³ / segundo de caudal.
  • Con panel comercial: 2,50 m² por cada m³ / segundo de caudal.

Destacamos la importancia en controlar las r.p.m. de los extractores como también la dimensión de las entradas de aire. No existe la misma necesidad en invierno que en verano. Ello conlleva a reducir las r.p.m. de los extractores en invierno y también limitar la superficie de las aberturas para que el barrido del aire viciado sea similar en cada época del año variando solo la renovación del volumen del local.

En invierno, al extraer menos cantidad de aire, renovaremos el aire del local menos veces por hora y en verano, al solicitar máximos, lo renovamos más veces por hora. Todo ello debe ser programado, tanto en invierno como en verano, en función a las densidades reales o sea, de acuerdo a los Kg. de peso vivo existentes en el local a ventilar.

No es lo mismo ventilar para gazapos recién destetados con pesos alrededor de un Kg. que para los mismos gazapos cuando están cerca del peso final o de venta. La densidad es doble. Tampoco es lo mismo establecer la ventilación para una banda de hembras próximas al parto o recién paridas que para el mismo grupo de hembras cuando están próximas al destete.

El cálculo, instalación y control de los equipos de ventilación debe atender a todos y cada uno de estos aspectos. No sirve, como antaño, una instalación estándar para todo el año y para todos los estadios productivos. Como recordatorio señalaremos que en la década de los 80 del siglo pasado en una misma nave o local de maternidad había hembras gestantes, recién paridas, lactantes y a punto de destetar. Hoy, con las bandas, cada grupo puede estar ubicado en módulos o naves por separado y definitivo cuando la banda es única. Lo mismo ocurre con el engorde.

Los técnicos en ventilación disponen hoy de aparatos para medir la velocidad del aire, el nivel de amoníaco, etc. Con estos aparatos, muy útiles por cierto, no se solucionan las necesidades de las granjas ni los problemas. La verdadera solución pasa por una instalación de ventilación correcta de acuerdo con el manejo productivo particular de cada granja. No nos sirven las soluciones estandarizadas. Conviene exigir estudios propios para cada explotación.

Por otra parte, los criterios establecidos para una ventilación dinámica en depresión referentes a la colocación de los paneles humidificadores y de los extractores siguen siendo válidos:

  • Barridos no superiores a los 40 metros. Cuánta más distancia exista entre el extractor y la entrada del aire, más impedimentos y menor eficiencia en la renovación del aire viciado.
  • A medida que se separen los extractores respecto de las entradas del aire, más se pueden igualar respecto al suelo o piso de la nave. (Barrido a lo largo de la nave).
  • Por el contrario, cuánto más se acercan los extractores de las entradas de aire, más se deben separar entre si del piso de manera que los extractores se coloquen en la parte baja de la pared y las aberturas en la parte alta. El aire debe circular de arriba (entrada) hacia abajo (salida) consiguiendo así un barrido de los gases nocivos. (Barrido a lo ancho de la nave).
Longitud de la nave Abertura Extractor
Menos de 12 metros Más de 2 metros Menos de 0,5 m
De 12 a 24 metros 1,5 a 2 m 0,50 m
De 25 a 40 metros 1 a 2 m 0,5 a 1 m

 

Ojalá que el presente artículo, redactado en base a datos publicados por el autor hace más de veinte años, recordando vivencias en el desarrollo de la cunicultura y actualizando, en el año 2008, las realidades actuales de implantación, sirva a muchos cunicultores para que sus instalaciones de ambiente controlado funcionen con la mayor eficiencia y durante largos años a pesar de augurar nuevas “modas” en un próximo futuro debido a la precariedad económica presente en el sector cunicola.

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