Dra. Itzayana Mejía Flores
Dra. Elein Hernández.
Garantizar el bienestar animal es un reto y prioridad para la industria pecuaria. De igual manera, el tema de sostenibilidad se encuentra en la agenda de diversos sectores agropecuarios enfocados en mantener la producción animal y responsabilidad con el medio ambiente. Ambos temas están alineados en diversas dimensiones desde el asegurar la producción de proteína animal (e.g., carne de res y leche) pero de una manera eficiente para minimizar costos y seguridad alimentaria, además de minimizar daños secundarios en los animales y ambiente.
Actualmente, la producción de carne de res y leche se enfrenta a diversos retos que ponen en riesgo el bienestar animal y sostenibilidad. Entre ellos se encuentra el estrés calórico; el cual se pronostica con mayor severidad e incidencia en animales y humanos secundario a las olas de calor y altas temperaturas ambientales que afectan la salud pública y sistemas agropecuarios como uno de los muchos retos asociados al cambio climático (Vargas et al., 2022). Específicamente en los bovinos, el estrés calórico representa un desafío a nivel sistémico por los diversos mecanismos que tiene que desarrollar para poder generar la capacidad de termorregulación ante un evento externo como altas temperaturas ambientales.
En consecuencia, de esta activación de mecanismos de supervivencia para afrontar el estrés térmico, se pueden observar cambios conductuales, diminución de producción de leche y ganancia diaria de peso. Estos cambios representan pérdidas económicas al productor y pudieran verse reflejados en el precio de venta de los productos pecuarios. De igual manera, este evento tiene consecuencias en el ambiente. El estrés calórico en bovinos puede ser consecuencia de altas temperaturas ambientales siendo el calentamiento global una posible causa y que pone en riesgo a hatos productores de carne y leche localizados en zonas cálidas.
Es decir, condiciones clínicas como el estrés calórico tienen implica ciones a nivel directo (animal y productor) e indirecto (consumidor), además de estar interrelacionado con fenómenos globales como calentamiento global. El presente artículo tiene como objetivo general identificar puntos críticos del bienestar animal asociados al estrés calórico y su relación con la sostenibilidad pecuaria. De manera particular, se resaltará la importancia de evaluar el bienestar animal de manera aplicada con el uso de herramientas científicas y su relación con otros conceptos universales como UNA SALUD y UN BIENESTAR. Finalmente, se describirá algunos protocolos de bienestar animal que han considerado la relevancia de ese tema dentro de su esquema de evaluación de bienestar animal.
Evaluación de bienestar animal en bovinos bajo condiciones de estrés calórico Una evaluación aplicada del bienestar animal es mediante el uso de tres tipos de indicadores:
- Indicadores basados en animales: son aquellos que se evalúan directamente sobre los animales e incluye marcadores de salud, cambios fisiológicos y/o cambios conductuales. Éstos se evalúan mediante un examen físico de los animales.
- Indicadores basados en recursos: son aquellos que se evalúan mediante la inspección de instalaciones y condiciones ambientales provistas al animal.
- Indicadores basados en registros: son aquellos que se evalúan mediante la interpretación de información colectada previamente en formatos en la granja o unidad de producción. Estos pueden ser sobre producción de leche, mortalidad, programa de vacunación, eficiencia reproductiva, etc.
A continuación, se pueden observar algunos ejemplos de indicadores de bienestar que se pueden considerar para su evaluación ante condiciones de estrés calórico.
Indicadores basados en animales
- Cambios fisiológicos encaminados a lograr la termorregulación, entre ellos están: Aumento del ritmo respiratorio (>80 pulsaciones/ minuto) = pérdida de saliva.
- Generando acidosis. Rango: 50 pulsaciones/ minuto.
- Hipertermia (temperatura mayor a 38,5°C).
Cambios conductuales con el objetivo de mejorar el enfriamiento, como:
- Jadeo y salivación excesiva.
- Mayor tiempo de pie.
- Orientación hacia zonas frescas o de vientos dominantes.
- Dispersión entre animales.
- Búsqueda de zonas provistas de sombra.
- Adopción de posturas en extensión, de pie o tumbadas.
- Contacto con superficies y suelos fríos.
- Disminución de la actividad corporal.
- Disminuye el consumo de alimento, con el fin de bajar la actividad del rumen y no producir más calor endógeno.
- Aumento del consumo de agua, incluso pueden doblar el consumo en situación de estrés severo.
Es importante entender que dichos cambios pueden tener repercusiones en la producción y salud animal. Por ejemplo, en condiciones de calor, las vacas pasarán más tiempo de pie y disminuirán su actividad para aumentar la superficie de reducción del calor, la pérdida de agua sensible, la superficie radiante y el movimiento del aire por convección.
El aumento del tiempo en pie en un periodo de 24 h causado por el estrés térmico puede contribuir a la disminución de la producción de leche, al aumento de la prevalencia de enfermedades y al aumento de la temperatura corporal. Esto debido a que el flujo sanguíneo a la ubre es limitado en posición de pie en comparación con la posición de echada, lo que contribuye a la disminución de la producción de leche.
En consecuencia, una limitación de flujo sanguíneo hacia la ubre reduce la cantidad de nutrientes absorbidos por la glándula mamaria (Beker, et al. 2020).
Indicadores basados en recursos:
Es indispensable que los animales estén en lugares con sombra, ventilación, agua y alimentos adecuados para reducir el impacto del estrés calórico y generar mayor productividad (Meléndez, 2017). En vacas lecheras es recomendable disponer de:
En vacas lecheras es recomendable disponer de:
- Ventilación adecuada en la sala de ordeño (fija o móvil).
- Agua (cantidad y calidad) en bebederos con capacidad de satisfacer los requerimientos después de cada ordeño.
- Sombras ubicadas en el corral de espera pre-ordeño y comederos.
- Dietas con requerimientos nutricionales que posean baja actividad fermentativa, con el fin de reducir el calor producido en la digestión (Sapolsky, 2000).
- Dietas ricas en potasio permiten que los animales transpiren normalmente y se mantengan frescos en períodos de altas temperaturas (Roset, P., 2018).
- Dieta con alto contenido de zinc permite el funcionamiento normal de los intestinos de los animales (Roset, P., 2018).
- Las especies arbóreas en los predios usualmente tienen ventaja sobre las instalaciones que adapte el productor porque ofrecen un efecto de enfriamiento por evapotranspiración, mejor ventilación y menos reflejo de radiación solar (Franco, D.C., 2017).
Indicadores basados en registros:
Es importante un registro detallado de parámetros productivos para poder encontrar desviaciones e implementar acciones correctivas. Algunas de estas distorsiones en los parámetros reproductivos son: celos silenciosos, muertes embrionarias, menores tasas de concepción, etc., (Arraigo, 2005). Registros de la temperatura ambiental también pueden ser útiles ya que se reporta una disminución en la eficiencia reproductiva; por lo que, la temperatura crítica para el descenso en la producción láctea radica entre 21 y 26.5°C.
UNA SALUD- UN BIENESTAR
El concepto de Una Salud se ha empleado ampliamente para describir la relación entre la salud animal, salud humana y salud ambiental, su aplicación en el concepto de cambio climático no es la excepción. La mayoría de temáticas relacionadas al cambio climático se han enfocado en la relación de producción de bovinos y la emisión de gases invernadero. Sin embargo, también existen otros vínculos entre la producción de bovinos de carne y leche y el ambiente.
Entre ellos está la relación de escases de recursos como agua secundaria a sequías y sus posibles implicaciones en deterioro de condiciones de sanidad y enfermedades secundarias, debido a que la función inmunitaria innata puede suprimirse en las vacas lactantes durante el estrés térmico, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades clínicas como la mastitis y la metritis (Becker, et al. 2020). En medicina humana se reporta una relación directa entre pobre sanidad y bajo acceso a recursos de agua con una mayor incidencia de diarrea y/o vibriosis (Zinsstag, J., et al., 2018). El tema de sanidad humana y accesibilidad al agua es una preocupación de la OMS y resultado de ello es la publicación de un Plan de Sanitización y Seguridad para países tradicionalmente considerados como “en vías de desarrollo” (WHO, 2016). No obstante, es también necesario explorar el impacto de esta preocupación y otras relacionadas al cambio climático desde una perspectiva de sanidad animal.
Un posible escenario por considerar sería que en los bovinos la baja ingesta de agua secundario a escasez de recurso por cambio climático ocasione cambios fisiológicos y conductuales como aumento en el hematocrito y la urea en sangre (Steiger Burgos et al., 2001), la disminución de la tasa de respiración y las contracciones del rumen (Little et al., 1980; Steiger Burgos et al., 2001), incluso puede provocar comportamientos agresivos alrededor de los bebederos (Little et al., 1980). De manera similar, en salud humana, se reporta que un incremento de 2-3ºC en la temperatura global afectará la migración de poblaciones de mosquitos y ocasionará un incremento de 3-5% de población en riesgo de malaria (Kutukcu et al., 2021). En el caso de los bovinos podría verse una mayor tasa de enfermedades ya que la función inmune puede estar deprimida por el estrés calórico o por el aumento de la carga de patógenos en el
entorno de las vacas. Dhakal et al. (2013) reportaron que los productores lácteos en regiones con temperaturas ambientales cálidas clasificaron una mayor incidencia de parásitos externos. El aumento de THI (Índice de temperatura-Humedad, por sus siglas en inglés) puede resultar en un mayor riesgo de mastitis debido a que las altas temperaturas facilitan la supervivencia y multiplicación de patógenos (Das et al., 2016). Por ejemplo, Escherichia coli prospera a temperaturas que oscilan entre 19.3 y 44.5°C, y Klebsiella pneumonia prospera a temperaturas que oscilan entre 22.7 a 41.0°C (Raghubeer y Matches, 1990).
Estas bacterias son capaces de sobrevivir a temperaturas ambiente elevadas, pero son incapaces de sobrevivir en los meses más fríos. En un estudio, los investigadores descubrieron que los recuentos de coliformes en las camas eran más bajos en invierno y más altos en verano en todas las áreas de alojamiento estudiadas (freestalls, tiestalls y corrales de maternidad). Es decir, los hatos de estabulación libre presentaron recuentos de coliformes significativamente más elevados en los meses de verano que en el resto de las estaciones debido a que la cama tenía una mayor carga de patógenos y ocasionó una mayor tasa de infección intramamaria por coliformes durante el verano (Smith et al., 1985). Otro concepto que también considera una perspectiva global es el de “Un bienestar”, el cual se considera a los humanos como seres que forman parte del ambiente y no por separado.
Este concepto explora la relación entre el bienestar animal, bienestar humano y sostenibilidad ambiental. Existe evidencia que reporta una relación directa entre el buen trato hacia los bovinos y su producción de leche. Hemsworth et al., reportaron una correlación positiva entre aumento de cortisol en leche y evasión del ganado hacia el operador cuando se realizaba manejo con golpes, empujones y torcidos de cola; a su vez, se reportó una reducción de producción de leche si se realizaba un manejo agresivo. En el caso de cambio climático, se pueden considerar varios escenarios en donde se vea afectado el bienestar animal y humano que pueden ser una reducción en rendimiento productivo y estrés fisiológico en el animal y sus implicaciones directas para el productor (e.g., pérdidas económicas, limitaciones de acceso a proteína animal, riesgo de sustento de vida, etc.) e indirectas para el consumidor (e.g., aumento de precio de productos, limitaciones de acceso a proteína animal).
Otro posible escenario, son los desastres naturales y sus implicaciones para los animales, humanos y ambiente donde aún falta mucha información y planes para minimizar o controlar el impacto negativo que pudiera tener sobre todos los seres afectados. Es por ello que se deben de realizar actividades en coordinación entre varios agentes e incluyendo a los servicios veterinarios de cada país/región para planificar y unir esfuerzos ante los diferentes retos que se pueden presentar ante el cambio climático que no sólo afectan al humano, sino también a los bovinos productores de leche y carne, así como otros animales y el ecosistema.
Consideraciones de estrés calórico en protocolos de evaluación de bienestar animal
El bienestar animal no sólo es importante considerarlo desde una perspectiva teórica sino también aplicada. Actualmente, existen protocolos sistemáticos para evaluar el bienestar de los bovinos en granja y rastro. Un ejemplo de programa de evaluación de bienestar animal es de FARM (Farmers Assuring Responsible Management) el cual fue elaborado por los productores de bovinos de leche de EUA (FARM, 2020). En dicho programa se consideran varios criterios de evaluación de manejo que son:
- Alimentación y agua,
- Protección de calor y frío,
- Alojamiento,
- Diseño de instalaciones,
- Planes de emergencia.
Lo cual resalta que el estrés calórico en bovinos de leche es considerado un problema crítico para el bienestar animal para este consorcio y ha sido incluido en sus manuales y planes de acción para mejorar el bienestar animal. En el apartado de “Protección de calor y frío” se describen las cualidades fisiológicas que predisponen a los bovinos en un hato lechero a estrés calórico, así como estrategias para su control en granja y durante el transporte.
De igual manera, en EUA, American Humane es una organización no gubernamental que ha creado estándares para la evaluación de bienestar animal en bovinos de leche y ha incluido el estrés calórico como un punto crítico para el bienestar de los becerros y vacas (American Humane, 2020). Dentro de sus recomendaciones están la implementación de acciones correctivas inmediatas en casos de estrés calórico, elaboración de alojamientos que minimicen el estrés calórico y cambios drásticos de temperatura en instalaciones de becerros.
Además de requerir la evaluación de signos de estrés calórico durante el transporte y verano o condiciones de mucho calor y humedad. Entre los criterios de evaluación basados en indicadores de recursos está el uso de 12-14 pies y 7-9 pies de altura para techos o sombras en el Suroeste y Este de EUA, respectivamente. Este protocolo también considera 7.5 a 13 pies2/animal y 19.4 a 27 pies2/animal de sombra en animales jóvenes y adultos, respectivamente.
Conclusión
El estrés calórico es un evento asociado a diferentes retos fisiológicos, conductuales, productivos y hasta sociales en la producción de leche y carne. Existe más información sobre el impacto del estrés calórico en el bienestar animal, salud animal y salud pública en ganado de leche comparado con el ganado de producción de carne. No obstante, es posible el uso de algunos de los indicadores de bienestar animal independientemente el fin zootécnico. Debido a las implicaciones productivas, económicas y sociales del estrés calórico se recomienda la implementación de protocolos que evalúen su impacto para así garantizar su bienestar y la sostenibilidad pecuaria.
- American Humane. Farm Program, 2020. Disponible en: https://www.americanhumane. org/app/uploads/2021/08/Dairy-Cattle-Full-Standards.pdf
- Arraiago, I. M. (2005). El estrés calórico el efecto en las vacas lecheras. 36-44. Obtenido de Sitio Argentino de Producción Animal: http://www.produccionanimal.com.ar/clima_y_ ambientacion/76-estrescalorico.pdf
- Becker, C. A., Collier, R. J., & Stone, A. E. (2020). Invited review: Physiological and behavioral effects of heat stress in dairy cows. Journal of dairy science, 103(8), 6751–6770. https:// doi.org/10.3168/jds.2019-17929.
- Das, R., L. Sailo, N. Verma, P. Bharti, J. Saikia, Imtiwati, and R. Kumar. 2016. Impact of heat stress on health and performance of dairy animals: A review. Vet. World 9:260–268. https://doi.org/10.14202/vetworld.2016.260-268.
- Dhakal, C. K., P. P. Regmi, I. P. Dhakal, B. Khanal, U. K. Bhatta, S. R. Barsila, and B. Acharya. 2013. Perception, impact, and adaptation to climate change: An analysis of livestock system in Nepal. J. Anim. Sci. Adv. 3:462–471.
- FARM. Animal Care Reference Manual Version 4. 2020. Disponible en: https://nationaldairyfarm. com/wp-content/uploads/2021/12/FARM_Animal-Care-4-Manual_Layout_ FINAL_112921.pdf
- Franco, D. C. (2017). ABC para minimizar el impacto del estrés calórico. Obtenido de contextoganadero: http://www.contextoganadero.com/reportaje/abc-para-minimizar-elimpacto- del-estres-calorico
- Hemsworth PH, Coleman GJ, Barnett JL, Borg S. Relationships between human-animal interactions and productivity of commercial dairy cows. J Anim Sci. 2000 Nov;78(11):2821- 31. doi: 10.2527/2000.78112821x. PMID: 11063304.
- Kütükçü, A. E., Davas, A., Çağlayan, C., Tolunay D., Gacal F. Briefing: A One Health Approach to Climate Change and the COVID19 Pandemic. 2021. HEAL. Disponible en: https://www. env-health.org/wp-content/uploads/2021/01/One-Health-Briefing.pdf
- Little, W., K. A. Collis, P. T. Gleed, B. F. Sansom, W. M. Allen, and A. J. Quick. 1980. Effect of reduced water intake by lactating dairy cows on behavior, milk yield and blood composition. Vet. Rec. 106:547–551. https://doi.org/10.1136/vr.106.26.547.
- Meléndez, P. (2017). Una mirada al impacto negativo del estrés por calor en las vacas lecheras. Obtenido de http://www.elmercurio.com/Campo/Noticias/Analisis/2017/04/11/ Una-mirada-alimpacto-negativo-del-estres-por-calor-en-las-vacas-lecheras.aspx
- Raghubeer, E. V., and I. R. Matches. 1990. Temperature range for growth of Escherichia coli serotype 0157:H7 and selected coliforms in E. coli medium. J. Clin. Microbiol. 28:803–805. https://doi.org/10.1128/JCM.28.4.803-805.1990.
- Riekerink, R. O., H. Barkema, D. F. Kelton, G. P. Keefe, and D. T. Scholl. 2006. Risk factors for herd-level infection of contagious mastitis pathogens on Canadian dairy farms. Pages 598 in Proceedings of the 11th International Symposium on Veterinary Epidemiology and Economics, Cairns, Australia.
- Roset, P. (2018). Proponen dietas contra el estrés térmico estival. Obtenido de http://sobrelatierra. agro.uba.ar/proponen-dietas-contra-el-estres-termico-estival/
- Sapolsky RM1, R. L. (2000). How do glucocorticoids influence stress responses? Integrating permissive, suppressive, stimulatory, and preparative actions. publmen, 55-89. Obtenido de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10696570
- Smith, K. L., D. A. Todhunter, and P. S. Schoenberger. 1985. Environmental mastitis: Cause, prevalence, prevention. In Symposium: Environmental effect on cow health and performance. J. Dairy Sci. 68:1531–1553. https://doi.org/10.3168/jds.S0022-0302(85)80993-0.
- Steiger Burgos, M., M. Senn, F. Sutter, M. Kreuzer, and W. Langhans. 2001. Effect of water restriction on feeding and metabolism in dairy cows. Am. J. Physiol. Regul. Integr. Comp. Physiol. 280:R418–R427. https://doi.org/10.1152/ajpregu.2001.280.2.R418.
- Vargas Zeppetello, L.R., Raftery, A.E. & Battisti, D.S. Probabilistic projections of increased heat stress driven by climate change. Commun Earth Environ 3, 183 (2022). https://doi. org/10.1038/s43247-022-00524-4
- WHO. Sanitation safety planning: manual for safe use and disposal of wastewater, greywater and excreta. 2016, Francia, ISBN 978 92 4 154924 0. Disponible en: https://iris.who.int/ bitstream/handle/10665/171753/9789241549240_eng.pdf?isAllowed=y&sequence=1
- Zinsstag, J., Crump, L., Schelling, E., et al. Climate change and One Health. FEMS Microbiology Letters, 365, 2018, doi: 10.1093/femsle/fny085.
Artículo publicado en “Entorno Ganadero Diciembre Enero 2024“