Francisco Alejandro Alonso Pesado
Departamento de Economía, Administración y Desarrollo Rural. FMVZ-UNAM
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Elizabeth Rodríguez de Jesús.
Departamento de Economía, Administración y Desarrollo Rural. FMVZ – UNAM.
Introducción
El momento que se vive, donde los elementos externos nacionales e internacionales, así como los internos de las empresas agropecuarias, “reclama” de un análisis mucho más profundo, minucioso y acucioso, con el fin de superar retos más complicados, de mayor relieve y de mayor trascendencia. El continuo traslado de los factores productivos de un continente a otro, de una región a otra, de una nación a otra, trae ventajas pero también desventajas a las poblaciones, y a las actividades agrícolas y pecuarias.
La volatilidad de las monedas; la inestabilidad del precio del petróleo; el de otras materias primas; el de los alimentos; el movimiento continuo de capitales de corto plazo (capitales de cartera); el incesante flujo de inversión extranjera directa; la captación de remesas de países emergentes provenientes de países desarrollados; el crecimiento y desarrollo del producto interno bruto (PIB); el número de habitantes en pobreza extrema y otros factores, determinan que las actividades del sector primario, de la agroindustria y de los servicios que ofrece la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca, sean riesgosas, inciertas, y con probabilidades de que algunas empresas fracasan y salgan del mercado.
Si a este escenario se le suman las incidencias de las variables que se encuentran en las unidades de producción agropecuaria, los retos son aún más complicados.
Con respecto y en especifico al sistema de producción de leche en México, las unidades de producción primarias no son iguales en cuanto a tecnologías; número de animales; innovaciones e invenciones tecnológicas en áreas de la reproducción, alimentación, genética, bioseguridad y manejo; así como de diferentes mecanismos de transformación, transportación, almacenajes, comercialización y aprovechamiento de recursos escasos disponibles.
Hay en el país unidades productivas con un alto uso intensivo del capital; grandes y modernas, ubicadas en La Comarca Lagunera, y en estados como Baja California, Querétaro e Hidalgo.
También hay unidades productivas lecheras con un nivel de tecnificación menor (aunque no se desconoce el uso de tecnologías cada vez más en ellas), como las que se encuentran en el estado de Jalisco cuyas ganancias positivas (ingresos superiores a sus costos) están en función de la cantidad de semovientes y en menor medida en términos de productividad.
Existen de igual manera unidades manejadas por la familia, caracterizadas, entre otras cosas, por poseer escaso desarrollo tecnológico, el cual es mayormente promovido por instituciones gubernamentales. Estas unidades se caracterizan por tener un pequeño número de animales, procedimientos tecnológicos retrasados como la ordeña manual; son unidades que suministran forrajes y pastos de menor calidad e instalaciones rústicas; además hacen uso de fertilizantes orgánicos (estiércol); es una actividad ganadera ligada a la agricultura ya que parte del maíz y otros insumos alimenticios son ingredientes en las dietas de los semovientes. Por otra parte sus mecanismos de comercialización se encuentran sujetos a empresas locales o externas dedicadas a la producción de quesos artesanales.
Como se aprecia el sistema lechero mexicano es heterogéneo, es así que la globalización le impacta de diferente manera (positivamente o negativamente) a cada sistema de producción. Por ejemplo, una devaluación significativa le “pegaría” fuertemente a aquellas unidades de producción intensivas importadoras de material genético, insumos alimenticios (maíz amarillo, sorgo, frijol- soya, etc.) y maquinaria y equipo, elevando sus costos.
No así, en las unidades de producción familiar, donde sí les “pega”, cuando compran el alimento balanceado con algún proveedor, o cuando lo adquieren de la forrajera, o de la farmacia veterinaria, pero es menor el impacto que en las unidades altamente tecnificadas.
Se aprecia que la devaluación incide de manera diferente según se trate del sistema, esta variable (la devaluación) al igual que las otras presentan el mismo comportamiento.
Una variable de enorme importancia que debe ser estudiada meticulosamente y que afecta las unidades de producción del sistema lechero mexicano es la pobreza.
Son varios los factores que afectan esta variable (la pobreza), entre algunos se pueden citar:
- a) El número de empleos formales.
- b) El nivel de ingresos que perciben los factores productivos.
- c) La cantidad de recursos que captan las familias de los migrantes.
- d) El nivel de educación de los habitantes del país.
- e) El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
- f) El comportamiento en el nivel general de precios sobre todo de los alimentos de la canasta básica y de servicios como educación y salud.
La lechería nacional es sensible al comportamiento de la pobreza, de ahí la importancia de considerarla para su estudio. En este trabajo solamente se describen algunos datos y elementos.
El fin del trabajo es establecer de forma general cómo la pobreza en el país repercute en el sistema lácteo mexicano.
Material y métodos
Para desarrollar el tema de cómo la pobreza es un factor que afecta al sistema lechero del país, se obtuvo información de fuentes secundarias como trabajos de investigación de posgrado (tesis de maestría), rotativos e internet; la información captada se seleccionó, se ordenó, se sistematizó y se analizó. Para calcular la Tasa Media de Crecimiento Anual (TMCA) se utilizaron las fórmulas:
y
dónde: VF= Valor Final, VI= Valor Inicial, 1 es una constante y n= número de años del periodo de estudio.
Desarrollo del tema
La caída de los ingresos de muchos de los hogares mexicanos provocó que el número de personas se situarán en condición de pobres aumentando en 2 millones al pasar de 53.3 millones en el 2012 a 55.3 millones en el 2014, por lo que 46.2% de habitantes del país se ubicaron como pobres(2).
El Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval), aclara que si no hubieran caído en promedio 3.5% de los ingresos, la población pobre hubiera disminuido de 45.5 a 44.8%(2).
Del 2012 al 2014, la pobreza extrema (son aquellas personas que perciben ingresos mensuales inferiores a $1,242.61 en zonas urbanas y $868.25 en zonas rurales –líneas de bienestar mínimo– y padecen en promedio 3.6 carencias) tuvo una muy ligera reducción, al pasar de 11.5 millones de personas (9.8% de la población mexicana) a 11.4 millones (9.5%) (2), en contraste con los habitantes mexicanos no pobres y no vulnerables, situación en la que están 24.6 millones de personas, 1.4 millones más que en el 2012(2).
Las personas colocadas como pobres son aquellas que reciben remuneraciones (ingresos) mensuales inferiores a $2,542.13 en zonas urbanas y $1,614.65 en zonas rurales (líneas de bienestar), además de que tienen en promedio 2.3 carencias sociales(2).
Las carencias medidas por Coneval son: acceso a la alimentación, acceso a los servicios básicos de vivienda, calidad y espacio de la vivienda, rezago educativo, acceso a los servicios de salud y acceso a la seguridad social. Las dos primeras carencias, tuvieron un alza y las otras disminuyeron(2).
Es así que las personas con carencia alimentaria pasaron de 27.4 millones a 28 millones; quienes presentaron carencias de acceso a los servicios básicos en la vivienda pasaron de 24.9 millones en 2012 a 25.4 millones en 2014(2).
La carencia por acceso a la seguridad social es la que viene afectando a la mayor parte de la población mexicana, golpeó a 70.1 millones de personas, 1.1 millones menos que en el 2012(2).
Con referencia al rezago educativo, hubo en el 2014, 22.4 millones de habitantes; 21.8 millones careciendo de acceso a los servicios de salud en 2014; y 14.8 millones no tuvieron en 2014 espacios de vivienda(2).
Por otro lado, los habitantes con ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo, aumentó de 23.5 millones en 2012 a 24.6 millones en 2014, así mismo la población con ingresos inferiores a la línea de bienestar pasó de 60.6 millones en 2012 a 63.8 millones de habitantes en 2014(2).
Aunado a este panorama es relevante indicar la distribución de la riqueza, México es un país dónde se presenta una enorme desigualdad, el ingreso del 10% de la población más rica es 30 veces mayor que, el del 10% más pobre. Esta relación triplica al promedio del grupo de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que es de 10 veces(7).
Este aumento de la desigualdad impactó negativamente en el crecimiento económico restándole en una década 10% acumulado al PIB (7). Es decir se pudo haber generado un 10% más de riqueza. Esta disminución afecta al mercado interno debilitándolo, por lo tanto, el crecimiento de la demanda por productos lácteos crece menos rápido que con una mejor distribución de la riqueza, afectando al sistema de producción lácteo nacional.
En México el pago al trabajo humano (sueldos, salarios y otra remuneraciones) es un factor en descenso al interior del proceso productivo. Con respecto al PIB, éstas remuneraciones representaron el 31.7 en 1998 y solamente contribuyeron con el 23.3% en 2015 (5). Una de las causas de la persistente pobreza y el deterioro de los niveles de vida de los mexicanos, se explica, en parte, a esta monumental desigualdad de la riqueza.
De acuerdo al excelente estudio de Gerardo Esquivel para Oxman indica las dimensiones de la desigualdad de la riqueza en México: menos de 1% de la población concentra alrededor de 43% de la riqueza total(4).
Frente a esto se requiere, entre otras cosas, desde luego que el PIB crezca. Pero dado el complicado entorno internacional (baja del precio del petróleo; devaluación del peso con respecto al dólar; volatilidad de las bolsas asiáticas, sobre todo de la bolsa de valores de China; devaluación de la moneda china; y la posibilidad de un aumento en la tasa de interés norteamericana), este crecimiento del producto económico del país se puede lograr, mediante dinamizar al mercado interno a través de una política decisiva de ingresos (aumento al salario mínimo) y un consistente y ágil programa de infraestructura y obras públicas(4).
Hay otro espacio estratégico, es decir una reorientación del gasto público hacia programas articulados de fomento productivo y de protección social(4).
Sumado a lo anterior se “exige” que se continúen los esfuerzos por mejorar el diseño y la operación de programas como Prospera o estrategias como la Cruzada contra el Hambre en tanto que están enfocados a los primeros déciles de la población más pobre(4).
El hecho de ampliar el mercado interno del país genera un mayor consumo privado e inversión bruta, creando empleos directos e indirectos, dando un relativo mayor poder de compra a la población e induciendo a un mayor consumo de alimentos básicos, incluyendo a la leche y derivados lácteos, configurando un mejor escenario para el sistema de producción lechero.
Como ya se mencionó con anterioridad, un factor esencial y fundamental para abatir la pobreza del país es el crecimiento importante y sostenido del PIB.
En su más reciente análisis sobre la región latinoamericana, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha estimado que para 2015 la economía registrará un crecimiento del PIB del 2.4% (6), si bien presenta una leve aceleración con respecto a 2014, no necesariamente se garantiza mejores resultados dado el bajo desempeño de la planta productiva del país en el primer trimestre de 2015 (0.4% en relación con el último trimestre de 2014) (6).
De acuerdo a la CEPAL el comportamiento menos dinámico de la economía mexicana se debe a varios factores, entre ellos: a) La disminución prevista de los ingresos y gastos públicos (recuérdese que un componente del PIB es el gasto público o de gobierno) a partir de la segunda mitad del 2015; b) reducción de los ingresos públicos ocasionado por la disminución del precio y la producción de la mezcla mexicana de petróleo; c) el mantenimiento de un mercado doméstico débil, caracterizado por bajos salarios, un consumo limitado y bajos niveles de inversión, influidos ambos (el consumo y la inversión) por la lenta recuperación de la rama de la construcción y el retraso de la instrumentación de la reforma energética ante los bajos precios en el mercado internacional de los energéticos; d) por último, un moderado desempeño de la economía norteamericana, en razón, principalmente a problemas climáticos(6).
Es importante indicar que si la economía estadounidense crece, las importaciones del país del Norte se incrementan, por lo tanto las ventas mexicanas hacia Estados Unidos (EEUU) aumentan, generándose un crecimiento del empleo y del valor agregado mexicano. Se dice que “si la locomotora estadounidense (economía norteamericana) se acelera, el vagón mexicano (economía nacional) se desplaza más rápidamente”.
La producción de leche en el país se ve influenciada por la demanda del producto; los consumidores ven a este bien con muy “buenos ojos” ya que una parte de los demandantes se han informado que el satisfactor, aporta nutrientes de alta calidad como aminoácidos esenciales, vitaminas, minerales, grasas, etc.
En el periodo comprendido de 2000 a 2011 la producción de leche en el país aumentó a una Tasa Media de Crecimiento Anual (TMCA) del 1.41%, tasa poco dinámica, pasando de 9,311 millones a 10,743 millones de litros (1), aún más de 2010 a 2011 el crecimiento fue de tan sólo 0.28%(1).
En los últimos años, la demanda por el satisfactor ha aumentado a un ritmo mayor que la producción. Se aprecia una mayor desaceleración en la producción del lácteo en el país. Una variable más que explica este comportamiento ha sido la debilidad del mercado interno. Uno, entre otros factores, que languidecen al mercado doméstico es la pobreza de un número importante (55.3 millones) de mexicanos.
Una mejor distribución de la riqueza contribuiría a reducir la pobreza del país, y así ampliar el mercado interno con el consecuente impulso a la planta productiva lechera nacional, aumentando su TMCA.
Por otro lado el Consumo Nacional Aparente (suma de inventario de leche al principio de año, más la producción nacional, más las importaciones lácteas, menos la suma de las exportaciones más el inventario de leche al final de año), presentó un avance mucho mayor en relación a la producción nacional, situación que convirtió a México (y lo sigue convirtiendo) en un país deficitario. En el país prácticamente el Consumo Nacional Aparente (CNA) es la suma de la producción nacional en un año más las importaciones realizadas en ese mismo año.
En 2005 la producción nacional fue 9,868 millones de litros de leche y el CNA se ubicó en 14,837 millones, es decir hubo un monto de importaciones por 4,969 millones de litros de leche, 37% del CNA(8), para 2011 la producción nacional fue de 10,743 millones de litros de leche, y el CNA se colocó en 15,632 millones de litros leche(8).
Las importaciones de leche en el 2011 fueron del orden de 4,484 millones de litros, es decir el 31% del CNA(8).
Se aprecia que la oferta nacional de leche se encontró por debajo del CNA (situación que se sigue presentando); el diferencial ha sido cubierto por las importaciones.
Las importaciones no son estáticas, aumentan más rápido y drásticamente en algunos años que lo que disminuyen en otros.
El reducir la pobreza en el país, podría expandir el mercado nacional, y así darles mayor poder de compra a los consumidores, estimulando a los oferentes, aumentando el ritmo de la TMCA con la posibilidad de ir reduciendo paulatinamente las importaciones de leche.
Las importaciones lácteas que lleva a cabo el país acota la generación de empleos directos e indirectos, estanca el crecimiento del valor agregado interno, reduce los efectos multiplicadores de la economía, restringe desarrollos locales, regionales y nacionales, extraen divisas del país, y en caso de productos alimenticios estratégicos como la leche provocan cierta vulnerabilidad a la nación por la dependencia alimentaria y reducción de soberanía.
Un punto de suma importancia que viene amortiguando la pobreza en el país, es el monto de remesas (dólares) provenientes sobre todo de EEUU.
A raíz de la recuperación de empleos para los migrantes en EEUU, las remesas que han percibido las familias mexicanas en los primeros cinco meses del 2015 alcanzaron una cifra de 9 mil 928.12 millones de billetes verdes (dólares), lo que representó un crecimiento de 3.6% (3) comparado con el mismo periodo de 2014 de acuerdo a datos del Banco de México (el Banco central del país). Este ha sido el nivel más alto desde 2008 para un período similar(3).
Es de enorme relevancia aclarar que parte de estas remesas son canalizadas hacia el sistema de producción familiar lechero, misma que en gran mayoría son utilizadas para la compra de bienes de consumo básico, y para el mejoramiento y mantenimiento de sus viviendas, incluso como inversión en la construcción de casas habitación.
Un porcentaje bajísimo (en muchas ocasiones no llega al 4%) de estas remesas se invierten en la unidad de producción lechera familiar. Sin embargo, el hecho de que una gran parte de estas remesas se gastan en bienes de consumo básico, y construcción de vivienda permite no distraer “recursos monetarios” provenientes de la lechería familiar para usarse en la compra de satisfactores básicos e inversión productiva.
Los ingresos obtenidos en las unidades de producción por la venta de leche son recirculados hacia las mismas unidades, para continuar con los siguientes ciclos productivos. De otra manera sin la disposición de las remesas, parte de los ingresos provenientes de la venta de leche se hubieran gastado en productos y servicios básicos, comprometiendo la liquidez de los establos familiares.
Conclusiones
Mejorar los niveles de ingreso de millones de mexicanos ubicados en la pobreza y la extrema pobreza, no es solamente un valor ético a alcanzar como una responsabilidad de la sociedad y del gobierno, además se requiere con el fin de dinamizar las actividades productivas, incluyendo a la lechería nacional.
Asimismo, es impostergable apoyar a todos aquellos factores que impulsan al país para una excelente educación mediante una ampliación de recursos públicos y privados para ciencia y desarrollo tecnológico y para el aparato educativo nacional, y así reducir sustancialmente la pobreza y la extrema pobreza y favorecer la oferta nacional de lácteos.
El disminuir la pobreza y la extrema pobreza demanda de acciones de largo plazo, no sin descuidar acciones gubernamentales como las llevadas por programas con estrategias como la Cruzada contra el Hambre.
El problema del hambre en el país, de ninguna manera es de tipo coyuntural, está en la categoría de un problema estructural que “exige” de acciones de corto, mediano y largo plazo.
Finalmente, y como ultima conclusión, es necesario llevar a cabo de manera constante, sistemática y acuciosa estos estudios con el fin de tener un marco de referencia más completo y así implementar mejores estrategias, políticas, procedimientos, planes, programas y proyectos a nivel nacional y en particular, en el sistema lechero mexicano.
Literatura consultada.
- CANILEC (2012). [Internet] [Citado el 28 de mayo de 2012] Disponible en: http://www.canilec.org.mx/consumo.html
- El Economista. Aumenta en 2 millones el número de pobres. Número 6802. Viernes 24 de julio del 2015. México, D.F.
- La Jornada. Aumentan las remesas hacia México de trabajadores migrantes en Estados Unidos. Año 31. Número 11105. Jueves 2 de julio de 2015. México, D.F.
- La Jornada. Algo anda mal. Año 31. Número 11135. Sábado 1° de Agosto de 2015. México, D.F.
- La Jornada. Censos Económicos 2014 (2/2). Año 31. Número 11144. Jueves 10 de Agosto de 2015. México, D.F.
- La Jornada. Economía: escalera abajo. México: peldaño 19 de 33. Disminuye su peso en AL. Año 31. Número 11144. Jueves 10 de agosto de 2015. México, D.F.
- La Jornada. Aumento de la desigualdad restó al país 10 puntos porcentuales del PIB en 10 años. Año 31. Número 11157. Domingo 23 de agosto de 2015. México, D.F.
- Martínez, C.M.A. Determinación de las ganancias, los puntos de equilibrio y los márgenes de comercialización de la leche cruda en la localidad de Campo Hermoso en el Municipio de Maravatío, Michoacán en la producción familiar (Estudio de caso). Tesis de Maestría. UNAM. FMVZ. Maestría y Doctorado en Ciencias de la Producción y de la Salud Animal. México, D.F. 2014.
- SIAP- SAGARPA. (2005). Producción Nacional. [Internet]. [Citado el 15 de mayo de 2012]. Disponible en http://w4.siap.gob.mx/sispro/portales/pecuarios/lechebovino/situacion/descripcion.pdf
Artículo publicado en “Entorno Ganadero“