Dvm Phd. Nicolás Arias V
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Las afectaciones por micotoxinas son un problema muy común dentro de las explotaciones pecuarias, y por lo tanto, la lechería no se escapa de este dilema; y como tal, debe ser atendido por el MVZ Clínico que atiende el establo, aunque muy frecuentemente se lo delegan al nutricionista, ya que es un problema que inicia por contaminación de alimentos, el diagnóstico es muy complejo de establecer ya que sus signos y síntomas no son muy específicos y fácilmente pueden ser confundidos con otros problemas ocasionados por otros agentes infecciosos que pueden ser virales o bacterianos; o simplemente a fallas de manejo, lo que ha provocado que muchos productores desconfíen de los diagnósticos establecidos, refiriéndose a este problema con el término “Mitotoxicosis”. Así que por medio de este pequeño artículo intentaré aclarar la complejidad de este problema.
Las micotoxinas son metabolitos producidos por hongos que parasitan forrajes, así como materias primas para la elaboración de alimentos concentrados y estas toxinas son compuestos químicos de origen biológico con efectos perjudiciales en la salud de los animales cuando son ingeridos, inhalados o en contacto directo en la piel. Los efectos tóxicos son muy variados en los que se incluyen efectos carcinogénicos, hepatotóxicos, nefrotóxicos, trastornos del tubo gastrointestinal y toxicidad dérmica. Si bien en el caso de los rumiantes el mismo rumen puede detoxificar algunos compuestos de origen fúngico, también puede potencializar otros haciendo que sus efectos tóxicos sean mas fuertes, y estas acciones son debidas a las sinergias entre toxinas lo que hace problemas más fuertes y con mayor variación de signos y síntomas. Por otro lado, algunas micotoxinas pueden llegar al consumo humano como es el caso de la Aflatoxina M1 que se excreta en la leche.
La historia de las micotoxinas y los problemas que ocasionan es relativamente reciente ya que se inició con la caracterización de aflatoxinas relacionada con una mortalidad elevada en una granja de pavos en Europa, si bien, desde hace mucho tiempo se relacionó el consumo de alimentos enmohecidos y efectos en la salud humana como el ergotismo por ingestión del hongo Claviceps purpurea encontrado en cereales, el cual originaba cuadros de vasoconstricción que llegaba a producir gangrena, pasando por alucinaciones y en algunos casos la muerte, no se había identificado la causa de estos problemas.
¿Cuáles son las principales micotoxinas y quién las produce?
Se sabe de la existencia de más de 300 moléculas que caben en la definición de micotoxinas, cuya estructura química es muy variada, y no todas ellas tienen la misma relevancia, y que además, dentro del organismo de la vaca pueden sufrir una alteración en su estructura química y tener efectos todavía más nocivos.
Como regla general debemos de pensar en 4 principios básicos al momento de hablar de problemas atribuidos a micotoxicosis.
- La presencia de moho en el alimento siendo éste productor de micotoxinas, NO asegura que se estén produciendo en ese momento las micotoxinas. Ya que la síntesis de estos metabolitos va a depender de diferentes factores, como su capacidad genética para producirlos dado que tiene factores intrínsecos del alimento como pH, actividad en agua (aw), potencial de oxidación, así como factores extrínsecos como temperatura, humedad relativa composición de la atmósfera gaseosa. Y factores implícitos como convivencia con otros microorganismos que puedan potencializar su capacidad de elaboración de toxinas, como presencia de insectos.
- Las micotoxinas pueden persistir en los alimentos cuando el moho ya no esté presente, o existir en alimentos donde nunca existió contaminación fúngica. Esto es el caso de la leche de vaca, el hongo nunca estuvo en la leche, pero la vaca que ingirió Af B1 o B2, la vaca la va a transformar en Af M1 la cual es excretada en la leche y es motivo de decomiso del producto.
- Una determinada especie de hongo puede producir más de un tipo de micotoxina, y esto es dependiendo del estrés que sufra el hongo al momento de estar parasitando.
- Una determinada micotoxina puede ser producida por diferentes especies de hongos.
Los principales géneros de hongos que producen micotoxinas en diferentes especies del mismo género son:
A. Penicillium, de los cuales encontramos principalmente 4 especies que pueden producir Patulina, Ocratoxina, Citrinina, Roquefortina y Toxina PR.
B. Fusarium, estos hongos que comúnmente encontramos en nuestros forrajes ensilados como el maíz, sorgo y avena, por mencionar algunos, son productores de una gran variedad de micotoxinas entre las cuales encontramos Fumonisina, DON, Nivadenol, Toxinas T-2 y TH-2, Fusarina.
C. Alternaria y Claviceps, las toxinas más importantes de estos hongos son los alcaloides de ergot entre los que se encuentran Ergotamina, Ergocristina, Ergonovina y otros más.
D. Aspergillus con la producción de Aflatoxinas.
¿Qué efectos tienen estas micotoxinas en las vacas lecheras y sus reemplazos?
Micotoxinas como DON, T2 y EA se relacionan a disminución de la ingesta de materia seca, descenso en la eficiencia alimenticia y menor producción de leche; problemas de diarrea, alteraciones ruminales y gastrointestinales, se relacionan a DON, T2 y AF. Los tan comunes problemas reproductivos como síndrome de vaca infértil, así como ninfomanía u ovarios estáticos, así como abortos, se relacionan más comúnmente a ZEN, EA y FB. Las aflatoxinas por sí solas se relacionan con daño hepático, daño renal infartos en vacas y daño en sistema nerviosos central, además del decomiso de leche por contaminación de AFM1. También sabemos que tienen efecto sobre el sistema inmune, impidiendo la replicación de las células T y con ello disminuyendo la respuesta celular y humoral ante infecciones que normalmente deberían ser controladas por el sistema inmunocompetente, puede estar afectado por la presencia de AF y DON.
¿Qué Factores Condicionan la Producción de Micotoxinas?
Múltiples factores determinan la contaminación de micotoxinas, como las condiciones ambientales, la temperatura y la humedad afectan tanto a las plantas como a los hongos.
FACTORES ABIÓTICOS:
La actividad en Agua (Aw): A diferencia de las bacterias para las que la temperatura es el principal factor que determina su crecimiento en los alimentos, para los hongos es la actividad en agua, la cual se define como la humedad en equilibrio por la presión parcial por el vapor en la superficie, que viene siendo como un colchón de humedad sobre la superficie a contaminar.
La temperatura influye en la ecología de los hongos toxigénicos tanto en el campo como en la postcosecha, ya que sus rangos de temperatura son bastante amplios. El siguiente cuadro muestra los rangos de Aw como los de Temperatura que permiten la producción de micotoxinas.
El pH para la mayoría de los mohos micotoxigénicos está entre 4.5-6.8, lo cual es un rango muy amplio ya que la medición es en base logarítmica. Esto complica su control porque requiere de ácidos para el control de estos hongos.
El uso de antimicrobianos, la implementación de fungicidas ha demostrado en materias primas como granos almacenados un buen resultado, pero está condicionado a la temporalización de las aplicaciones en conjunto con el control de insectos, dado que la presencia de insectos produce estrés en el hongo y es cuando éste produce las micotoxinas, como elemento de supervivencia.
Dentro de los conocidos como factores Bióticos, el tamaño del inóculo va a ser determinante para potencializar la producción de micotoxinas, a mayor inóculo mayores concentraciones de micotoxinas. Los hongos tienden a relacionarse con otros hongos y esto puede promover, como anteriormente comenté, una sinergia de micotoxinas o puede establecer un efecto antagónico para su desarrollo como para la producción de micotoxinas, el conocer esto permite si hay forma de identificar el hongo presente en la contaminación de un grano inocular con una cepa diferente de carácter atoxigénica como control biológico en campo.
En el año de 2019 se publicó un estudio obtenido de analizar muestras de diferentes regiones del planeta habiendo recolectado muestras desde 2009-2019 con un total de 74,891 muestras de alimentos y materias primas provenientes de 100 países, encontrando que el 88% de las muestras estaba contaminada con al menos una micotoxina, siendo las toxinas del género fusarium las que mas frecuentemente se encontraron, entre ellas DON con un 64%, FB en un 60% y ZEN en el 45%, razón por la cual los fabricantes de absorbentes de micotoxinas se han enfocado en producir productos que tengan afinidad por estas toxinas. Siendo el maíz grano, los DDG´s los más contaminados, así como la pasta de soya. Dentro de los forrajes el ensilaje de maíz fue encontrado con mayor presencia de ZEA, FB y DON, las gramíneas con alcaloides de ergot.
Otro efecto de la contaminación con hongos en el alimento es que éstos producen metabolitos que pueden afectar la vida de algunas bacterias del rumen, recordemos que los hongos del genero penicillum producen la penicilina el cual es un antibiótico, de igual manera pueden producir metabolitos que afectan la función ruminal, lo que afecta la digestión de la fibra y con ello los ácidos grasos volátiles, lo que conlleva a una menor eficiencia alimenticia.
¿Qué podemos hacer para disminuir el riesgo de contaminación en nuestros alimentos?
A nivel de precosecha las buenas prácticas agronómicas, el control de plagas e insectos, más el uso de fungicidas va ayudar a reducir el inóculo, estas aplicaciones de fungicidas deberán ser periódicas ya que estos organismos son habitantes de los suelos y parasitan a las plantas y entre más plantas haya, más posibilidad de contaminación tienen, así como insectos que dañen la planta favorecerá la producción de micotoxinas porque el insecto también daña las partes donde están los mohos produciendo estrés en esto y favoreciendo la producción de metabolitos tóxicos. Junto con esto, las plantas fuertes y sanas son signo de baja contaminación, pero estrés por sequía y por temperatura trabajarán adversamente en este control.
A nivel de postcosecha mejores condiciones de secado y almacenamiento junto con el uso de químicos y algunos agentes naturales, y siendo lo más importante la disminución de la humedad van a permitir que podamos tener una menor probabilidad de contaminación, teniendo cuidado que la temperatura de secado de grano no sea tan alta que pueda agrietar al grano, y teniendo cuidado de separar los granos afectados. Y evitar en lo posible la presencia de roedores.
Estrategia para una vez que el alimento ya ha sido contaminado
Debemos entender que, para nuestro caso, los rumiantes son la especie que va a recibir los granos con niveles de micotoxinas que fueron rechazados para la producción de alimentos de aves, cerdos, caballos y mascotas; esto porque, como anteriormente mencioné, el rumen tiene una acción detoxificadora detoxificadora parcial, pero también puede transformar en más tóxicos algunos metabolitos. Es entonces que la implementación del uso de un adsorbente de micotoxinas es la elección, el problema es que normalmente los usamos una vez que ya tenemos el problema encima como una medida correctiva lo que lleva tiempo, dinero y frustración por no ver los resultados tan rápido como deseamos.
Dentro de los tipos de adsorbentes que hay, voy a mencionar de manera muy general los adsorbentes inorgánicos como los aluminosilicatos bentonitas y algunas zeolitas que son arcillas modificadas y que han demostrado excelentes resultados para contaminación de AF, pero no son tan eficaces para micotoxinas producidas por hongos del género fusarium. Los adsorbentes orgánicos que se basan en paredes celulares de levaduras, fibras micronizadas; éstos han demostrado tener una mayor afinidad por unirse a micotoxinas como FB, OTA y ZEN. Otra clasificación es la conocida como los agentes biotransformadores que logran con enzimas biotransformar micotoxinas a productos no dañinos, varias especies microbianas (bacterias, levaduras y mohos) han demostrado esta capacidad. Claramente puede haber una mezcla de dos o de los tres tipos dando la posibilidad de poder tener un mayor espectro de acción en nuestra estrategia de control, entendiendo que deberán ser utilizados de manera continua, porque no sabemos cuándo nos vamos a enfrentar a este problema.
Lo más sano e inteligente es escuche y lea qué tipo de adsorbente le ofrecen, conozca su nivel de riesgo por medio de monitoreo de presencia de micotoxina, platique con su Médico Veterinario sobre el nivel de riesgo que tiene y tome su mejor decisión sobre el producto que va a elegir. El uso de estos productos se generalizará cuando todas las plantas pasteurizadoras empiecen a determinar diario la presencia de AF M1 en leche, por consiguiente, la elección será como la compra de un seguro de automóvil, qué nivel de protección desea tener
Artículo publicado en “Entorno Ganadero Junio- Julio 2023“
