DVM, PHD Fernando Díaz
Las formulaciones prácticas de proteína en dietas de rumiantes de engorda suelen ser superiores a las recomendaciones de los distintos sistemas de racionamiento (Galyean, 1996). Entre los motivos que justifican este aumento se citan el estrés de los animales recién llegados a la engorda, que disminuye la ingestión y aumenta el catabolismo proteico, la variabilidad dentro de los lotes de engorda, con animales de diferente edad, sexo, genética, etc., y por lo tanto diferentes potenciales de crecimiento y capacidades de ingestión, y el uso de factores de seguridad frente a las diferencias de calidad de las materias primas que intervienen en la elaboración del pienso(INRA, 1988; Ferret y col.,2006).Estas razones se complementan con el hecho de que mientras un déficit de proteína reduce marcadamente el consumo y la producción, su exceso no altera el primero y tiene efectos limitados sobre la segunda.
Según las recomendaciones del Instituto Francés de Investigaciones Agrícolas (INRA 1988), el contenido en proteína bruta de la ración debe ser igual al 18% de materia seca (MS) en los corderos que reciben el mismo régimen alimentario desde el destete (supuesto a los 15 kg) hasta los 25 kg.
El presente trabajo es parte de una tesis doctoral (Diaz-Royon, 2016) en el que pretendió evaluar la eficiencia del empleo de una mezcla de harinas de girasol y guisante protegidas mediante el tratamiento combinado de soluciones ácidas y calor en el engorda de corderos ligeros.
TRATAMIENTO DE LOS CONCENTRADOS PROTEICOS.
Las harinas de girasol y guisante fueron tratadas a dosis de 0.75 equivalentes gramo de ácido/kg de harina, utilizando soluciones 4N de ácido ortofosfórico o ácido málico. El tratamiento de las harinas se realizó de forma manual. Las harinas se colocaron en una hormigonera y mediante un pulverizador de campo se aplicó la solución ácida.
Posteriormente, el conjunto se dejó reposar durante una hora antes de aplicar calor. El tratamiento térmico se realizó en una estufa de aire forzado a temperatura entre 115-120oC durante 1 hora.
DISEÑO EXPERIMENTAL, ANIMALES, INSTALACIONES Y DIETAS.
Se emplearon un total de 90 corderos machos de cruce entrefino procedentes de 3 explotaciones comerciales (30 animales por explotación). Se empleó un diseño al azar con 5 dietas experimentales, con diferentes niveles de proteína y diferente ácido como tratamiento. Los piensos fueron formulados siguiendo las recomendaciones nutricionales del INRA (1988) para corderos de crecimiento moderado, y se diseñaron a partir de una dieta testigo (T; 18% proteína), sustituyendo las harinas de girasol y guisante convencionales por las mismas harinas protegidas con ácido ortofosfórico: dieta testigo fosfórico (TF; 18% proteína) y reduciendo progresivamente la inclusión de harina de soja: dieta sustitución media fosfórico (SMF; 17%) y sustitución total fosfórico (STF; 16%). Además, se utilizó una dieta sustitución media málico (SMM; 17%). La composición de los piensos y su composición nutritiva están publicados en las tablas 1 y 2, respectivamente. Como forraje se aportó paja de trigo. Tanto la paja como el concentrado fueron administrados a libre disposición.
El cebo de los corderos se realizó en la nave experimental de los campos de prácticas de la E.T.S.I. Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid. La nave estaba formada por cubículos enrejillados, con una superficie de 1,5 m2, provistos de bebedero de cazoleta, comedero tolva y rastrillo forrajero. Los animales se alojaron en grupos de 3, de forma que se asignaron 6 cubículos a cada dieta. El peso inicial medio de los corderos de cada granja fue 14.6, 15.3 y 13.3 kg para las granjas 1,2 y 3, respectivamente, y el objetivo de peso al sacrificio fue de 25 kg. Debido a que los pesos iniciales de los animales fueron heterogéneos, la duración del cebo fue distinta; los animales correspondientes a los lotes con mayor peso inicial estuvieron 37 días en la prueba, mientras que los de peso menor permanecieron 58 días.
VARIABLES EN ESTUDIO.
El peso de los animales se controló al inicio de la engorda y a intervalos de dos semanas, controlándose simultáneamente el pienso consumido por cubículo. El consumo de paja no fue controlado. El último control se hizo justo antes de embarcar los corderos para el sacrificio y se denominó peso final.
El consumo diario del lote se calculó por diferencia entre el pienso ofrecido y el no consumido, dividido entre los días de duración del cebo. La ganancia media diaria (GMD) se calculó como diferencia entre los pesos final e inicial, dividido entre los días de duración de la prueba. El índice de conversión (IC) del lote se calculó dividiendo el consumo total de pienso entre la ganancia de peso del lote.
Los animales se sacrificaron sin ayuno. Tras el sacrificio, las canales fueron pesadas para obtener el peso de la canal en caliente (PCC). A continuación, se almacenaron en cámaras frigoríficas y se volvieron a pesar a primera hora del día siguiente para obtener el peso de la canal en frío (PCF). Para determinar el estado de engrasamiento se procedió a estimar la grasa dorsal (GD) y la grasa pélvica y renal (GPR). Los resultados se analizaron según un diseño factorial considerando el peso inicial de los animales como covariable y la granja de procedencia como bloque. La comparación entre los distintos tratamientos se realizó mediante contrastes.
RESULTADOS
Los datos obtenidos en la prueba se pueden apreciar en la Tabla 3. La GMD, los rendimientos a la canal (RCC y RCF), la GD y la GPR se analizaron con datos individuales (18 observaciones por tratamiento) mientras el consumo y el IC se analizaron utilizando los datos correspondientes a los boxes (6 observaciones por tratamiento).
El efecto de la dieta sobre la GMD no fue significativo; sin embargo, la utilización de contrastes permitió establecer un mayor crecimiento (15.2%) con la dieta que incluía concentrados proteicos protegidos con ácido málico (SMM) frente a la dieta en que se utilizaba ácido ortofosfórico (SMF). El peso inicial influyó en este parámetro, de forma que la GMD aumentó en 7.5 g/d por cada kg de peso inicial adicional. También aparecieron diferencias entre granjas (231, 203 y 268 g/d para las granjas 1, 2 y 3, respectivamente), lo que corresponde a un 32% más de crecimiento entre extremos.
Los valores de consumo medio presentaron una evolución similar entre dietas a la observada para la GMD. El peso inicial al igual que la granja influyeron en el consumo. Los consumos de las granjas fueron 786, 813 y 783 g/d, respectivamente.
Tabla 1. Composición en ingredientes de los piensos (% de la mezcla).
DIETA | T | TF | SMF | STF | SMM |
Cebada | 53,15 | 53,15 | 55,85 | 58,45 | 55,15 |
Maíz | 13,1 | 13,1 | 13,8 | 14,6 | 13,7 |
Girasol Sin Tratar | 10 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Girasol Fosfórico | 0 | 10 | 10 | 10 | 0 |
Girasol Málico | 0 | 0 | 0 | 0 | 10,4 |
Guisante Sin Tratar | 10 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Guisante Fosfórico | 0 | 10 | 10 | 10 | 0 |
Guisante Málico | 0 | 0 | 0 | 0 | 10,4 |
Harina de soya 48 | 6,8 | 6,8 | 3,4 | 0 | 3,4 |
Manteca | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 |
Carbonato cálcico | 2,5 | 2,5 | 2,5 | 2,5 | 2,5 |
Cloruro amónico | 0,5 | 0,5 | 0,5 | 0,5 | 0,5 |
Sal | 0,3 | 0,3 | 0,3 | 0,3 | 0,3 |
Sulfato sódico | 0,35 | 0,35 | 0,35 | 0,35 | 0,35 |
Corrector Vitamínico Mineral | 0,3 | 0,3 | 0,3 | 0,3 | 0,3 |
Abreviaturas: T.- testigo; TF.- testigo fosfórico; SMF.- sustitución media fosfórico; STF.- sustitución total fosfórico; SMM.- sustitución media málico.
Tabla 2. Composición química de los piensos (% sobre MS).
DIETA | T | TF | SMF | STF | SMM |
Materia seca | 0,89 | 0,90 | 0,89 | 0,90 | 0,91 |
Materia orgánica | 0,94 | 0,94 | 0,94 | 0,94 | 0,94 |
Unidad Forrajera Carne1 | 1,11 | 1,10 | 1,12 | 1,11 | 1,10 |
Proteína Bruta | 18,09 | 18,12 | 16,88 | 15,63 | 16,67 |
Fibra Neutro Detergente | 21,65 | 18,41 | 18,47 | 19,46 | 18,38 |
Fibra Acido Detergente | 7,24 | 7,04 | 8,33 | 7,94 | 8,08 |
Lignina | 1,35 | 1,47 | 1,95 | 2,06 | 1,82 |
1Valor estimado según tablas del INRA (2007). Abreviaturas: T.- testigo; TF.- testigo fosfórico; SMF.- sustitución media fosfórico; STF.- sustitución total fosfórico; SMM.- sustitución media málico.
Para el IC no se apreciaron efectos para ninguna de las fuentes de variación. Los resultados de RCC fueron muy similares entre tratamientos, apreciándose únicamente un mayor valor para la dieta SMM frente a la dieta SMF (1.3 puntos porcentuales); su diferencia frente a la dieta T (1.1 puntos de aumento) alcanzó también significación como tendencia. Estas diferencias se mantuvieron para el RCF, aunque la diferencia entre las dietas que incluían diferentes ácidos se detectó sólo como tendencia. El nivel de engrasamiento de los corderos no presentó variación entre dietas.
DISCUSIÓN
Las diferencias de GMD observadas entre granjas muestran importantes diferencias en la capacidad de crecimiento de los animales empleados. Estas pueden asociarse a múltiples factores, como potencial genético, prolificidad y alimentación de las madres durante la gestación, manejo de la lactancia y el destete…, que pueden afectar a la precocidad y al crecimiento. En cualquier caso la variabilidad registrada entre granjas así como la variabilidad interna existente a nivel del peso inicial son representativas de la situación existente en las engorda de corderos.
Los similares rendimientos productivos observados entre las dietas T y TF muestran una falta de respuesta a un suplemento adicional de aminoácidos digestibles. En diversos estudios, el aporte de proteínas menos degradable en rumen no provocó mejoras significativas. Pond (1984), Hussein y Jordan (1991), Beauchemin y col. (1995), y Can y col. (2004) compararon dietas concentradas para corderos en crecimiento con diferentes niveles de proteína indegradable en rumen y no encontraron efecto alguno sobre los rendimientos productivos, cuando la harina de pescado, como fuente de proteína lentamente degradable en el rumen, reemplazó a fuentes más degradables, como la harina de soya o de colza. Por el contrario, Orskov y col. (1970), Beerman y col. (1986), y Tan y Byrant (1991) reportaron incrementos en GMD de corderos cuando la harina de pescado reemplazó a fuentes proteicas vegetales. La falta de consistencia entre experimentos puede ser debida a la edad de los animales utilizados en los diferentes ensayos. Chalupa (1975) sugirió que el potencial de fuentes de proteína indegradable para mejorar la GMD, el IC y el balance de nitrógeno es mayor en rumiantes jóvenes, en los cuales el aporte de proteína microbiana es insuficiente para satisfacer los requerimientos en aminoácidos metabólicos para mantenimiento y crecimiento rápido.
Los valores similares de crecimiento, consumo e IC de dietas tratadas con ácido ortofosfórico frente a la dieta testigo demuestran la posibilidad de reducir la concentración de proteína en el pienso hasta un nivel de 15.6% sobre MS, utilizando proteínas protegidas. Los resultados obtenidos muestran que los requerimientos de corderos de crecimiento moderado quedan cubiertos con este nivel de proteína en los piensos cuando el aporte de aminoácidos digestibles es el adecuado. Si consideramos que el consumo de paja representa aproximadamente un 10% de la MS total ingerida (INRA, 1988), el contenido de la ración total correspondería a un 14.5% sobre MS. Este nivel de concentración proteica coincide con las recomendaciones del NRC (1985), que propone niveles de 14.5% de proteína para maximizar el crecimiento de corderos destetados precozmente. Por el contrario, este nivel se aleja del recomendado por el INRA (1988), que indica que las dietas no deben contener menos de 18% de proteína sobre MS del destete hasta los 25 kg de peso.
Tabla 3. Efectos del empleo de proteínas protegidas con ácidos fosfórico y málico en sustitución de la harina de soya.
Tratamientos | Probabilidad efectos | ||||||||
Item | T | TF | SMF | STF | SMM | RSD | Peso i | Granja | Dieta |
GMD (g/d) | 238 | 233 | 224 | 216 | 258 | 49,3 | <0,001 | <0,001 | 0,119 |
Consumo (g/d)1 | 795 | 792 | 751 | 741 | 815 | 62,8 | 0,043 | 0,010 | 0,265 |
IC | 3,42 | 3,42 | 3,51 | 3,47 | 3,14 | 0,447 | 0,874 | 0,121 | 0,542 |
RCC (%) | 46,5 | 46,2 | 46,3 | 46,7 | 47,6 | 1,90 | 0,070 | 0,230 | 0,176 |
RCF (%) | 45,3 | 44,9 | 45,0 | 45,5 | 46,3 | 1,95 | 0,116 | 0,296 | 0,253 |
GD | 2,22 | 2,13 | 2,13 | 2,13 | 2,25 | 0,415 | <0,001 | 0,036 | 0,844 |
GPR | 2,39 | 2,22 | 2,16 | 2,33 | 2,47 | 0,626 | 0,154 | 0,080 | 0,601 |
Abreviaturas: T.- testigo; TF.- testigo fosfórico; SMF.- sustitución media fosfórico; STF.- sustitución total fosfórico; SMM.- sustitución media málico; Peso i.- peso inicial;; GMD.- ganancia media diaria; IC.- índice de conversión; RCC.- rendimiento canal caliente; RCF.- rendimiento canal fría; GD.- grasa dorsal; GPR.- grasa pélvico renal.
Otros experimentos han mostrado una falta de respuesta en corderos al incrementar la concentración de proteína en dietas muy concentradas. Beauchemin y col. (1995) tampoco encontraron diferencias significativas en crecimiento e IC al comparar dietas de 15 a 18% de proteína, en corderos de varios genotipos con un peso inicial medio de 16.2 kg y una edad de 54 días.
La superior eficacia de la dieta con ácido málico (SMM) frente a la dieta tratada con ortofosfórico con el mismo nivel de proteína (SMF) podría atribuirse a una mayor eficacia de protección demostrada en diversos trabajos realizados por este grupo de investigación. No obstante, dada la falta de respuesta al aumentar el aporte de aminoácidos digestibles, indicada al comparar la dieta testigo frente a la TF, parece más probable que la razón por la que la dieta que contiene ácido málico haya producido corderos con mejores velocidades de crecimiento y rendimientos a la canal que la dieta SMF, sea debido a los efectos beneficiosos de la incorporación de malato.
La administración de malato produce un aumento significativo de la producción de butírico y propiónico, mientras que la relación acético:propiónico disminuye linealmente con niveles crecientes de malato (Carro y Ranilla, 2003). Dada la pobre utilización del acetato en el cebo de rumiantes, la disminución de esta relación tiene claros efectos positivos sobre el rendimiento del animal y, a través de éste, sobre el consumo y el IC. Además, si el animal hospedador puede absorber una mayor cantidad de propionato, dispondrá previsiblemente de una mayor cantidad de glucosa y, por lo tanto, de energía (Caja y col. 2003).
CONCLUSIONES
Un aporte adicional de aminoácidos digestibles mediante el empleo de proteínas protegidas sobre las recomendaciones usuales no mejora los parámetros productivos, ni los rendimientos a la canal.
Los resultados de esta prueba sugieren la posibilidad de disminuir el contenido proteico de dietas concentradas para corderos de crecimiento moderado hasta niveles de 14.5% sobre materia seca utilizando proteínas protegidas. Ello ayudaría a cumplir las actuales exigencias medioambientales que obligan al sector ganadero a ser más restrictivo con las excreciones de nitrógeno al medio ambiente.
Finalmente, el aumento en la velocidad de crecimiento y en los rendimientos a la canal en los corderos alimentados con ácido málico muestra el interés del uso del mismo en estos piensos, lo que puede ser debido a una reorientación de la fermentación con una mayor producción de ácido propiónico.
DVM, PHD Fernando Díaz,
Consultor Lechero en Nutrición y Manejo en la compañía Rosecrans Dairy Consulting, LLC.
Sus principales áreas de experiencia son nutrición y manejo alimentario, bienestar animal, eficiencia operativa, y manejo de recursos humanos. Puede ser contactado en [email protected]”.
Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno Abril-Mayo 2018