Antonio Palomo.
12 Marzo, 2024
En ocasiones uno tiene un presentimiento o sexto sentido que te hace esperar un poco más, haciendo uso de la serenidad. Ya tenía la columna de opinión (CO) escrita el jueves 7 y el sábado 9 recibí la triste noticia del fallecimiento de la presidenta de la Asociación Americana de Veterinarios de Porcino (AASV) con quien había compartido un trabajo e interesante conversación en Nashville – TN el lunes 26 de febrero.
El título y el cuerpo de esta CO no ha cambiado prácticamente nada, salvo este primer párrafo, considerando que, si en algo destacaba la Dra. Ángela Baysinger era en su capacidad de diálogo. Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, esta CO va en su honor y memoria con toda mi admiración, cariño y respeto de siempre. Ella bien representaba lo que yo entiendo es el 8M. Por ella y por todas las mujeres de nuestra profesión – sector que demuestran cada día estos valores.
El editor norteamericano Lee Nichol entendía el diálogo como un proceso multifacético que trasciende, con mucho, las nociones típicas al uso sobre la charla y el intercambio de comunicación. Esto es lo que sentí la pasada semana al reunirme con un grupo de personas de una empresa catalana en su fábrica de piensos, saliendo con una grata sensación, tanto por los temas profesionales tratados, como por haber disfrutado de dicho proceso en sus múltiples facetas que superaba la simple comunicación.
Como bien saben, en la era de las comunicaciones, tenemos graves problemas de comunicación entre las personas. Comunicarse es mucho más que chillar, gritar, vociferar o insultar, es más, creo que no son compatibles. Como base de la comunicación, según el físico teórico David Bohm, es esencial partir de la sensibilidad mutua a lo que nos une y nos diferencia, que en mi trabajo referido es básico al hablar de cliente – proveedor – asesor. Partimos de que ambas partes tenemos nuestras razones y se trata de unificarlas con el diálogo.
Considero que aquella frase manida de que “el cliente siempre tiene la razón” no encaja en los principios de la comunicación, y mucho menos del diálogo. Hoy se habla de la existencia de una “abismo generacional” que dificulta la comunicación profunda entre los jóvenes y los adultos
Artículo publicado en “Los Porcicultores y su Entorno Mayo Junio 2024“