El mundo fantástico de Olegario: El piquete

MVZ. José Exiquio Jiménez Torres †

Cansado y de mal humor llega a su casa Olegario, molida la rabadilla y en las manos muchos callos; todo le parece mal y no quiere que ni le hablen. Su esposa mortificada, le pregunta ¿qué te pasa? ¿Andarás de enamorado?, a mí ya ni me haces nada, hasta me haces sospechar que llegues tan agotado.

No vieja, no es por allí, de eso ni siquiera pienses; aunque pensándolo bien, si es problema de piquetes.

El problema es tanto enfermo que a diario debo inyectar, después de que los desteto, dos semanas duran bien y luego empieza el moridero. Con las orejas moradas, la nariz llena de mocos y para agravar la cosa, hay muchos que salen locos. Pues más te valga Olegario le contestó su mujer de que los piquetes que hablas todos sean para los puercos y no me vaya a dar cuenta de que andas en otro enredo y acuérdate que conmigo, también tienes compromiso; no dejes todo a los puercos y deja algo para mí.

Olegario no durmió del temor de la sospecha y de pensar que algún día lo agarre en algo su vieja.

Al otro día ya en la granja, al revisar a los cerdos se sintió agobiado y triste de mirar a tanto enfermo; cuando tomó la jeringa, hasta le tembló la mano y sintió desfallecer tan sólo con el pensar de picar tanto marrano. Al inicio del problema, cambiaba aguja por puerco y al pasar de los días, ya no se acordaba de eso. Por la tarde decidió platicar con Gumersindo, pa que le diera consejo, pues su compadre es muy listo, siempre busca novedades, va seguido a la farmacia para leer los folletos.

Venga conmigo compadre, pa invitarle una cerveza y así pueda descansar de ese problema que trae y le enreda la cabeza; yo también así inyectaba, me salieron muchos callos, andaba tras de los puercos, para inyectarlos a diario, los tenía bien asustados y me tenían tanto miedo, como si vieran al diablo. Diseminé enfermedades con ajugas infectadas, parecía una quemazón que con nada controlaba; hasta que un día me enteré de un producto soluble, para el agua de bebida. Es muy sencillo compadre, vea cuánto pesan los puercos, multiplica por el número y así calcula la dosis; pal problema que usted trae le recomiendo el producto diseñado para esto, es fácilmente soluble, no se asienta en el tinaco, no lo destruye el estómago, se absorbe en intestino, rápido y en buen nivel para atacar el problema de Haemophilus parasuis y de Streptococcus suis; es pura penicilina de la mejor calidad, es de importación compadre y viene en bolsa metálica, nomás de ver el producto, le inspira a usted confianza. ¿Cómo se llama compadre? Ya no me haga largo el cuento, se llama PenAqua Sol-G y al beber el agua con el producto es como inyectarlos todos y trata el corral parejo.

Si no quiere desperdicio hay bebederos muy buenos, con el flujo controlado y en forma de cazoleta, la inversión se paga pronto, sólo por el beneficio.

Olegario sí entendió, compró nuevos bebederos que no desperdician nada, tiene adaptado un tinaco y ahora medica el agua, ya no persigue los puercos, los problemas han bajado, ya no disemina nada con agujas infectadas y da el tratamiento a tiempo. El vive más descansado, sin dolor de rabadilla y cuando llega a su casa, muy contenta su mujer, lo espera recién bañada.

Más vale malo en casa, que bueno en la casa ajena.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno Mayo-Junio

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