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Redacción BM Editores.
En el marco del 1er Simposio Internacional de Salud y Producción Porcina llevado a cabo en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) el tema principal fue la “necoporcicultura”, un término creado en honor al Dr. Ramiro Ramírez Necoechea, médico veterinario zootecnista con más de 60 años de labor dedicada a la producción animal y la patología clínica veterinaria en México, a quien se debe la fundación y crecimiento de la enseñanza de la Veterinaria y Zootecnia en la institución antes mencionada, así como otros logros de la profesión; en este mismo evento, también recibió un homenaje.
De acuerdo con el ttps://www.diarioveterinario.com/, entre los aportes de Ramírez Necoechea se encuentran un sin fin de publicaciones enfocadas en la evaluación de la educación veterinaria en Latinoamérica, pero existen otras de gran relevancia por tratarse de “un extenso banco de datos de porcicultura”
Ramírez Necoechea es conocido por ser precursor de las campañas de salud animal para la fiebre porcina clásica en América Latina y Europa, y creador del programa de Especialidad en Porcicultura de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pero un hecho trascendental es su participación en la creación de la Red Nacional de Laboratorios de Diagnóstico de Patología Animal (Renaldi) y donde ocupó la presidencia de acuerdo con el Dr. José Manuel Berruecos Villalobos, profesor emérito de la UNAM y expositor de la semblanza de quien ha sido su compañero de vida y trabajo. “Los ganaderos podían mandar sus muestras, esto permitía detectar cualquier enfermedad en cualquier parte del territorio nacional“, explicó.
Asimismo, Barruecos Villalobos compartió que su colega es miembro de la Academia Veterinaria Mexicana (AVM) y fue uno de los pioneros de la Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos (AMVEC) en 1968, organización que da paso a la conformación de otras a nivel local e internacional en países como Argentina, Colombia, Brasil, Venezuela, Guatemala, El Salvador y Costa Rica, para finalmente integrar la Asociación Latinoamericana de Veterinarios Especialistas en Cerdos, de lo cual surgió el Congreso de la Sociedad Internacional de Veterinaria Porcina (IPVS, por sus siglas en inglés), actualmente uno de los eventos de porcicultura más grandes del mundo y del que Ramírez Nechoechea alguna vez fue presidente.
Durante su participación el Dr. Everardo González Padilla, profesor e investigador de la UNAM, contó que durante su estancia en el Centro Nacional de Investigaciones Pecuarias (CNIP), Ramírez Necoechea emprendió trabajos de diagnóstico patológico y microbiológico de enfermedades, sobre todo de cerdos y ganó experiencia de campo en sitios como La Posta en Paso del Toro, Veracruz, y Los Belenes, Jalisco.
Agregó que, posteriormente, regresó a ser jefe del Laboratorio de Diagnóstico y publica sobre técnica pecuaria de México diversos hallazgos patológicos en cerdos, que se observaban en aquella porcicultura pre-moderna. Así Nechoechea pasó a ser el primer coordinador del Comité de Cerdos en el Consejo Técnico Consultivo Nacional de Sanidad Animal (Conasa).
En este contexto, González Padilla trajo al presente un acontecimiento en el que participó Ramírez Nechoechea, ya que se trató de cuando el Conasa instrumentó todo el sistema nacional de acreditación veterinaria derivado de la fiebre porcina clásica en 1986. Añadió que, como aún no se contaba con médicos veterinarios oficiales, el gremio solicitó que se autorizara la colaboración de los profesionales privados y se brindó capacitación para la erradicación de la enfermedad, donde el homenajeado doctor estuvo involucrado en los documentos relativos a las enfermedades de los cerdos y un programa de educación a distancia.
Entre los aportes del doctor también se encuentran varias publicaciones enfocadas en la evaluación de la educación veterinaria en América Latina para la creación de distintos programas de acreditación, pero existen otras de gran relevancia por tratarse de “un extenso banco de datos de porcicultura“, como su serie de obras sobre indicadores utilizados en la producción y reproducción porcina, principales patologías macroscópicas y microscópicas; cólera, fiebre, peste y clínica de cerdos, así como de la alimentación animal, administración de empresas pecuarias -rama en la que Ramírez Nechoechea se especializa por haber cursado una maestría y doctorado-, actualización en las técnicas de aprobación de la calidad de la erradicación de una enfermedad y la evaluación de la carne, salud pública e inocuidad alimentaria.
Además, el prestigiado veterinario ha retomado en sus escritos acontecimientos sobresalientes de la influenza porcina en México, antecedentes de la educación veterinaria, bienestar animal, etología y medio ambiente del cerdo, Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino (PRRS) y salmonelosis.
A su vez el Dr. Jorge León Douset, profesor e investigador de la UAM, señaló que, el programa de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad estaba bastante enfocado en la producción animal, motivo de la no acreditación del Consejo Nacional de Educación de la Medicina Veterinaria y Zootecnia. A.C. (Conevet).
Por ello, cuando fue coordinador de la Licenciatura de Veterinaria y Zootecnia, Ramírez Nechoechea realizó gestiones académico administrativas orientadas a modificar su diseño, itinerario curricular e incorporar contenidos formativos generales, específicos y complementarios relacionados con la formación médico clínica.
Y ante la necesidad de nuevos espacios, propuso la construcción de instalaciones, como un hospital veterinario, un anfiteatro de morfología, una sala de necropsias y diversos laboratorios. Señaló como herramientas necesarias la movilidad en el campo, es decir, experiencias situadas en contextos reales no solo para la capacitación profesional, “sino ir más allá con programas de servicio comunitario y extensión universitaria“, sostuvo León Douset.
También se le reconoce por el diseño de la Unidad de Servicios de Apoyo para el Diagnóstico (USAD) de la UAM Xochimilco para generar y verificar los conocimientos adquiridos por los estudiantes de Veterinaria.
“Desde su inicio, dadas las propuestas de Ramiro, la USAD sostuvo la premisa de desarrollar actividades inter y multidisciplinares relacionadas con la patología animal, las enfermedades infecciosas y parasitarias, nutrición y alimentación animal, la fitopatología, uso del suelo y del agua tanto para fines pecuarios como agrícolas, además de identificar aquellos problemas que demandaran investigaciones especializadas“, detalló Douset. Lamentablemente, esa área de la institución desapareció. “Una pérdida valiosísima para la licenciatura“, sostuvo.
Finalmente, el Dr. Ernesto González Villasente, egresado de la UAM y alumno de Ramírez Nechoechea, aseguró que el venerado profesional contribuyó en la formación de alrededor del 80% de veterinarios especialistas en cerdos en este país, y le permitió colaborar en la elaboración de su libro titulado Diagnóstico de las enfermedades del cerdo. Además, recordó que Ramírez Nechoechea llegó a estar a cargo de la asesoría técnica de todas las granjas ejidales que pertenecían al entonces Departamento del Distrito Federal. “Trabajábamos todos los días sin parar, visitábamos periódicamente todas las granjas y dábamos recomendaciones y asesorías a todos los ejidatarios“.
