Las vacunas y buenas prácticas de vacunación

Clave para la Salud y Productividad en la Industria Porcina

PMVZ Zaira Avila Quinto.
MVZ MC. Rosalba Carreón Nápoles.
Depto. de Medicina y Zootecnia de Cerdos FMVZ UNAM.

La vacunación en la ganadería porcina es una de las herramientas más importantes para mantener la salud y productividad de los animales. En un entorno donde las enfermedades pueden tener un impacto devastador en la producción y el bienestar animal, las vacunas actúan como una barrera preventiva frente a infecciones que, de otro modo, podrían comprometer tanto la economía del productor como la salud de los cerdos.

IMPORTANCIA DE LA VACUNACIÓN

La industria porcina es una de las más grande a nivel mundial y debido a su escala, los brotes de enfermedades en las granjas, pueden tener repercusiones económicas significativas. Las enfermedades en los cerdos no solo afectan la salud de los animales, sino que también pueden impactar la calidad de la carne, la tasa de crecimiento y la rentabilidad de las granjas. La vacunación permite reducir estos riesgos, ayudando a:

  1. Prevenir y/o controlar enfermedades infecciosas: Muchas enfermedades porcinas, como la influenza porcina, la diarrea epidémica porcina (PED), PRRS (Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino) y otras pueden ser controladas con la vacunación.
  2. Reducir la mortalidad: Las vacunas disminuyen la tasa de mortalidad de los cerdos al prevenir infecciones graves que de otro modo podrían acabar con los animales.
  3. Mejorar el rendimiento reproductivo: Algunas vacunas protegen a los cerdos de enfermedades que afectan la reproducción, como la PRRS, que puede provocar abortos y problemas en el ciclo reproductivo de las hembras.
  4. Incrementar la eficiencia de la producción: Un cerdo sano crece más rápido, tiene mejor conversión alimenticia y produce más carne; la vacunación contribuye a mejorar estos parámetros.
  5. Mejora del bienestar animal: Al prevenir enfermedades, la vacunación ayuda a mantener a los cerdos saludables, reduciendo el sufrimiento y mejorando su calidad de vida.
  6. Reducción de costos de tratamiento: Las vacunas previenen enfermedades costosas de tratar y controlan brotes infecciosos, lo que reduce los gastos en medicamentos y atención veterinaria.
  7. Sostenibilidad a largo plazo: Un programa de vacunación eficaz contribuye a la sostenibilidad de la industria, permitiendo a los productores reducir el uso de antibióticos y otros tratamientos, lo que también es favorable para la salud pública.

 El mecanismo detrás de la protección proporcionada por las vacunas está vinculado a la capacidad del sistema inmunológico de reconocer, combatir y recordar patógenos específicos, por lo que recordaremos un poco de cómo actúa la inmunidad del cerdo cuando se le aplica una vacuna.

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 EL SISTEMA INMUNOLÓGICO DEL CERDO: PRIMERAS DEFENSAS

El sistema inmunológico de un cerdo, al igual que el de otros mamíferos, está diseñado para defender al cuerpo de infecciones causadas por microorganismos patógenos como bacterias, virus, hongos y parásitos. Este se divide en dos tipos de respuestas inmunológicas:

  1. Inmunidad innata: Es la primera línea de defensa y actúa de forma inmediata ante cualquier agente extraño; incluye barreras físicas como la piel y las mucosas, así como células especializadas como los macrófagos, que son responsables de ingerir y destruir patógenos.
  2. Inmunidad adaptativa: Es más específica y se desarrolla con el tiempo en respuesta a la exposición a un patógeno; involucra células del sistema inmunológico que “recuerdan” cómo combatir infecciones previas, lo que proporciona una protección más duradera. La vacunación se enfoca en activar y fortalecer la inmunidad adaptativa, que es la parte del sistema inmunológico que garantiza una defensa prolongada y específica contra infecciones futuras.

EXPOSICIÓN AL ANTÍGENO

El primer paso en el proceso de vacunación es la introducción del antígeno en el cuerpo del cerdo. El antígeno es cualquier sustancia que el sistema inmunológico reconoce como extraña y potencialmente dañina. En el caso de las vacunas, el antígeno es una forma debilitada o inactiva del patógeno, o bien una parte de él, como una proteína viral o bacteriana.

  • VACUNAS INACTIVADAS (MUERTAS): Contienen patógenos que han sido muertos o inactivados mediante tratamientos (como calor o productos químicos), de manera que no pueden causar enfermedad, pero aún conservan las estructuras necesarias para ser reconocidas por el sistema inmunológico.
  • VACUNAS ATENUADAS (VIVAS): Contienen patógenos vivos, pero debilitados de forma que no causan enfermedad en el cerdo. Estas vacunas pueden generar una respuesta inmune más sólida.
  • VACUNAS RECOMBINANTES O SUBUNITARIAS: Estas vacunas utilizan fragmentos específicos del patógeno (como proteínas) para estimular la respuesta inmune sin introducir el microorganismo completo. Se producen mediante ingeniería genética, introduciendo genes específicos de patógenos en otro organismo, como bacterias o levaduras, para producir proteínas que estimulen la respuesta inmune. Estas vacunas tienen la ventaja de no contener material genético viral completo, lo que las hace más seguras.
  • VACUNAS CONJUGADAS: Son aquellas que combinan componentes de diferentes microorganismos, proporcionando una protección más amplia. Su uso es común en situaciones donde se necesita inmunidad contra diversas cepas de un mismo patógeno.

RECONOCIMIENTO DEL ANTÍGENO POR EL SISTEMA INMUNOLÓGICO

Una vez administrada la vacuna, el antígeno es reconocido como una amenaza por el sistema inmunológico. Las células presentadoras de antígenos (como los macrófagos y células dendríticas) son responsables de capturar este antígeno y presentarlo a las células T, que son esenciales para la respuesta inmune.

  • Los macrófagos y las células dendríticas actúan como “detectives”, patrullando el cuerpo en busca de invasores. Al detectar el antígeno de la vacuna, lo engullen y lo procesan, presentándolo a las células T.
  • Las células T tienen la función de coordinar la respuesta inmune. Existen diferentes tipos pero las más importantes son las células T helper (TH), que activan otras células del sistema inmune, y las células T citotóxicas, que destruyen las células infectadas.

ACTIVACIÓN DE LA RESPUESTA INMUNITARIA ADAPTATIVA

El sistema inmune del cerdo comienza a generar una respuesta más especializada, activando células B, y generando anticuerpos, que son proteínas especializadas en identificar y neutralizar los antígenos.

  • ANTICUERPOS: Son proteínas que se unen específicamente al antígeno, marcándolo para que sea destruido por otras células del sistema inmune (como los macrófagos). En el caso de las vacunas, los anticuerpos generados son específicos para el patógeno contra el que se ha vacunado el cerdo.
  • CÉLULAS DE MEMORIA: Una parte crucial de la respuesta inmune es la formación de células de memoria. Estas células T y B especializadas permanecen en el cuerpo del cerdo después de la vacunación. Su función es “recordar” el patógeno y permitir una respuesta más rápida y eficiente si el cerdo se encuentra con el mismo patógeno en el futuro.

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FORMACIÓN DE INMUNIDAD A LARGO PLAZO

Tras la exposición al antígeno (a través de la vacuna), el sistema inmune de los cerdos “aprende” a reconocer y combatir ese patógeno. Esta memoria inmunológica es lo que proporciona una protección duradera. Si el cerdo se expone al patógeno real en el futuro, su sistema inmunológico estará listo para responder rápidamente.

El cuerpo ya tiene las células de memoria y los anticuerpos listos para actuar, por lo que la infección puede ser controlada antes de que cause daños significativos. Este es el principio básico de la inmunidad adquirida, que es lo que permite que las vacunas sean efectivas a largo plazo.

LA IMPORTANCIA DE LOS REFUERZOS EN LA VACUNACIÓN

Aunque la primera dosis de una vacuna puede proporcionar una respuesta inmune significativa, algunas vacunas requieren dosis de refuerzo para aumentar la cantidad de anticuerpos y fortalecer la memoria inmunológica. Estos refuerzos aseguran que el cerdo mantenga un nivel adecuado de protección frente al patógeno. Los refuerzos se administran en momentos clave, generalmente después de un período de tiempo específico tras la primera vacunación, para garantizar que el sistema inmunológico “recuerde” el patógeno y continúe siendo capaz de responder eficientemente a futuras exposiciones.

BUENAS PRÁCTICAS DE VACUNACIÓN EN CERDOS

La vacunación es uno de los pilares más importantes de la sanidad animal en la industria porcina. Una correcta aplicación de las vacunas no solo protege a los cerdos contra enfermedades, sino que también optimiza el rendimiento y la productividad en la granja. Sin embargo, para que la vacunación sea verdaderamente efectiva debe realizarse siguiendo un protocolo riguroso de buenas prácticas.

ESTABLECER UN PROGRAMA DE VACUNACIÓN PERSONALIZADO

El primer paso en cualquier plan de vacunación efectivo es diseñar un programa adaptado a las necesidades específicas de la granja. Cada explotación tiene sus propios riesgos sanitarios y condiciones particulares, por lo que el calendario de vacunación debe ser personalizado. Para esto, se deben considerar factores como:

  • LAS ENFERMEDADES PREVALENTES EN LA REGIÓN: Las condiciones sanitarias locales, los patógenos presentes y los brotes en la zona deben influir en las decisiones sobre qué vacunas aplicar.
  • EL TIPO Y OBJETIVO DE PRODUCCIÓN: Las granjas de ciclo completo necesidades de vacunación distintas a una granja nucleo o a un CTG.
  • LA HISTORIA CLÍNICA DE LA GRANJA: Si la granja ha tenido brotes previos de ciertas enfermedades, puede ser necesario un enfoque más preventivo o intensivo.
  • ELECCIÓN DE LA VACUNA correcta es crucial para el éxito de la estrategia sanitaria, recordemos que hay diferentes tipos de vacunas según el patógeno y la tecnología (vacunas inactivadas, vivas atenuadas, recombinantes, etc.), así como la vía de administración y dependiendo de ello se requerirá un refuerzo.
  • LA EFICACIA DE LA VACUNA: Asegúrese de que la vacuna elegida haya demostrado ser eficaz, esto es soportado con información científica.
  • EL CONTROL DE CALIDAD DE LAS VACUNAS: Adquirir vacunas de proveedores de confianza, con un adecuado control de calidad y en condiciones de conservación correcta, es fundamental para asegurar su efectividad.

MANTENIMIENTO DE UN BUEN ALMACENAMIENTO DE LAS VACUNAS

Las vacunas deben ser almacenadas bajo condiciones estrictas para mantener su eficacia. Esto incluye:

  • TEMPERATURA ADECUADA: La mayoría de las vacunas requieren ser almacenadas en refrigeración (entre 2°C y 8°C) para mantener su estabilidad. Es crucial mantener la cadena de frío desde la llegada de las vacunas hasta su aplicación en la granja.
  • PROTECCIÓN CONTRA LA LUZ Y HUMEDAD: Deben almacenarse en un lugar seco, oscuro y fuera del alcance de fuentes de calor o humedad, que puedan alterar su composición.
  • CONTROL DE FECHAS DE CADUCIDAD: Las vacunas deben usarse antes de su fecha de caducidad, ya que después de este período su efectividad puede disminuir significativamente.

Un sistema de control eficiente de inventarios y almacenamiento es vital para garantizar que las vacunas se conserven en condiciones óptimas.

ADMINISTRACIÓN CORRECTA DE LAS VACUNAS

El proceso de administración de las vacunas debe seguir una serie de pasos para garantizar que los cerdos reciban una inmunización adecuada:

  • SELECCIONAR EL MOMENTO ADECUADO: Deben ser administradas a las edades y en los momentos adecuados, de acuerdo al tipo de enfermedad que se esté controlando, así como a los manejos propios de la granja. 
  • ADMINISTRAR EN EL SITIO CORRECTO: Seleccionar el calibre y tamaño de la aguja de acuerdo con la edad del cerdo, el sitio de inyección, vía de administración (subcutánea, intramuscular, intranasal, etc.) y las características físicas del producto a inyectar, para asegurar la absorción óptima del antígeno.
  • EL MANEJO ADECUADO DE LAS DOSIS: Administrar la dosis correcta es esencial para evitar tanto el subtratamiento como el sobretratamiento.
  • EVITAR LA CONTAMINACIÓN: Es fundamental usar jeringas y agujas limpias y desinfectadas para evitar la contaminación de las vacunas y la transmisión de enfermedades entre los animales.

REGISTRO Y MONITOREO DE LAS VACUNAS

Mantener registros detallados es esencial para seguir el calendario de vacunación, controlar las dosis administradas y realizar un seguimiento de la eficacia de las vacunas. Un sistema adecuado de registros debe incluir:

  • FECHAS DE VACUNACIÓN: Para cada grupo de cerdos, se debe registrar la fecha de administración de cada vacuna.
  • NÚMERO DE DOSIS Y LOTES DE VACUNAS: Para realizar un seguimiento adecuado en caso de que haya reacciones adversas o problemas con un lote de vacuna en particular.
  • CONDICIONES DE ALMACENAMIENTO: Mantener un registro del almacenamiento de las vacunas (temperaturas, fechas de caducidad, etc.) es crucial para garantizar que no se pierda eficacia.
  • SEGUIMIENTO POST-VACUNACIÓN: Es importante monitorear la respuesta de los animales tras la vacunación para detectar posibles efectos secundarios o problemas de salud que requieran intervención.

EVALUACIÓN Y AJUSTES AL PROGRAMA DE VACUNACIÓN

La vacunación es un proceso dinámico y debe ser evaluado periódicamente para ajustar las estrategias según las condiciones cambiantes de la granja. Algunas prácticas recomendadas son:

  • MONITOREO DE LA EFICACIA: Evaluar la respuesta inmunológica de los animales a través de pruebas serológicas o seguimiento de la tasa de morbilidad y mortalidad en la granja.
  • AJUSTE A NUEVAS ENFERMEDADES: Si emergen nuevas enfermedades en la zona o si hay cambios en las condiciones de la granja, puede ser necesario ajustar el programa de vacunación.
  • ACTUALIZACIÓN DE LAS VACUNAS: Algunas vacunas se actualizan para combatir cepas nuevas o más virulentas de los patógenos. Mantenerse informado sobre los avances en la investigación y actualizar las vacunas cuando sea necesario.

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CONCLUSIÓN

La vacunación es una parte esencial de la gestión sanitaria en la industria porcina. Proteger a los cerdos contra enfermedades infecciosas no solo mejora la salud de los animales, sino que también garantiza la eficiencia de la producción, el bienestar animal. Para lograr estos objetivos, es crucial que los productores mantengan un enfoque preventivo y un manejo adecuado de la salud animal. La vacunación en cerdos es un proceso cuidadosamente diseñado para estimular la respuesta inmunitaria adaptativa del cerdo, permitiendo que el sistema inmunológico reconozca y recuerde patógenos específicos.

A través de la administración de una vacuna, se activa una cadena de eventos en el cuerpo que culmina en la formación de anticuerpos y células de memoria, lo que garantiza una protección duradera frente a futuras infecciones. Las buenas prácticas de vacunación en la industria porcina son esenciales, desde el diseño de un programa de vacunación adecuado hasta la correcta administración y almacenamiento de las vacunas, cada paso debe realizarse con atención y cuidado para maximizar los beneficios y asegurar una mayor rentabilidad a largo plazo.

BIBLIOGRAFÍA.

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Artículo publicado en “Los Porcicultores y su Entorno Mayo Junio 2025

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