Microbiota

Antonio Palomo Yagüe.

Nunca he llegado a saber lo que es la macrobiota, aunque sí somos muy conscientes de la importancia de microbiota en la salud tanto de los animales como de las personas. En este orden de cosas, no entiendo por qué se le da más relevancia a la macroeconomía que a la microeconomía. Quizás se deba a que, dentro del mundo capitalista, que tampoco llega a la mitad de la población mundial, el dinero se concentra cada vez en menor porcentaje de personas. Pero es que, además, de las veinte mayores fortunas del mundo, trece son de americanos, añadido a que todos éstos en el fatídico año de la pandemia que ha empobrecido a millones de personas por la grave crisis económica, las grandes fortunas han seguido acumulando riqueza.

Esto es lo que el sociólogo de la ciencia R.K. Merton llamaba el efecto Mateo, centrado en la acumulación desigual, que comúnmente conocemos como que “el dinero llama al dinero” ¿No les parece sorprendente y de una catadura humanitaria de dudosa reputación? Me queda la tranquilidad que ninguno de éstos se centra en el negocio del porcino, siendo el nuestro un sector que favorece mucho más a las clases medias y bajas, con un perfil mucho más respetuoso y sostenible con toda la sociedad en su conjunto. Tengo mis dudas de que la macroeconomía no nos altere microbiota y por lo tanto la salud. Aquí cabría aquel dicho de que “el que tiene solo un martillo, para él todos son clavos”.

En la microeconomía, la que bien me enseñaron mis Padres, diciéndonos que se basa en que, “si ganas 3, solo te gastes 1 o que el haber sea mayor al deber”, considera que las decisiones las tomamos cada uno para cumplir con nuestros propios objetivos. En la macroeconomía el impacto sobre nuestro capital individual es ajeno en gran medida a nuestras decisiones, y se ve afectado por lo que los economistas llaman los grandes agregados, de los que dependemos, y yo diría pendemos, como son el crecimiento económico, los intereses de la deuda, la inflación, el producto interior bruto, el desempleo y un largo etcétera. Vamos, que siempre la política económica tendrá excusas para que toda la culpa de los malos resultados económicos se deba a cada uno de nosotros.

Microbiota microbiota 1aEs como si en mi caso, le achacase la culpa de los malos resultados productivos de una granja de 1.500 reproductoras a la cerda 2353. En síntesis, que me quedo con microbiota que se refiere al conjunto de microorganismos comensales autóctonos que coexisten dentro de un huésped sin causar daño alguno al mismo, que es antagónico al concepto de parásito, como aquel microorganismo que se alimenta de sustancias que produce un ser vivo de otra especie, con lo que suele causarle algún daño o enfermedad. No obstante, en microbiota también hay parásitos que son buenos, aunque parezca una contradicción, punto en el que me permito recomendarles la lectura del libro de Kathleen McAuliffe titulado “Yo soy yo y mis parásitos”.

El microbiólogo ucraniano y Premio Nobel de Medicina en 1908 Elie Metchnikoff por descubrir los fagocitos, ha sido considerado el padre de la inmunología celular y también el padre del uso clínico de los probióticos en la alimentación. Durante una conferencia que pronunció dijo: “tan pronto como nace, el hombre se convierte en el hábitat de una rica microflora. La piel, las membranas mucosas y el contenido gastrointestinal se pueblan de tal flora, aunque hasta la fecha sólo se hayan reconocido o descrito un número muy pequeño de estos microorganismos.

La dependencia de los microbios intestinales en la comida hace que sea posible adoptar medidas para modificar la flora en nuestros cuerpos y para reemplazar a los microbios dañinos por microbios útiles”. Ciertamente, hoy el concepto de microflora no es correcto, denominándose microbiota, formada por arqueas, bacterias, hongos, parásitos y virus necesarios para la vida. De la misma manera, la primera colonización de microbiota en los cerdos se produce en el momento del nacimiento de los lechones al ingerir el calostro de la madre, y por lo tanto modulado por la misma. No obstante, recientes investigaciones publicadas en Science, demuestran que, aunque no han encontrado microbiota viva ni en placenta ni en fetos, sí piensan que microbiota de la madre en personas influye en la maduración del sistema inmunitario del bebé, lo que nos hace pensar que quizás también esto tenga lugar en nuestros lechones al nacimiento.

Aquí, la interacción nutrición sanidad cada vez es más palpable. Elie decía que la mayoría de las enfermedades empiezan en el tracto digestivo cuando las bacterias buenas no son capaces de controlar a las bacterias malas. Debemos pensar que entre 1-2 kilos de nuestro peso vivo es microbiota, que es esencial en el desarrollo del aparato digestivo, los procesos de digestión y absorción de nutrientes e influye en la mayoría de los metabolismos, al tiempo que está involucrada en el desarrollo de ciertas patologías que no son menores, como ciertas alergias, asma, ansiedad, autismo, migrañas, diabetes tipo 2, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, hígado graso, obesidad. ¿No me digan que no es para tomárselo en serio? Yo personalmente prefiero tomar probióticos a Prozac, y ya desde hace muchos años los incluyo en las dietas de nuestras cerdas reproductoras con los fines esgrimidos.

Y aquí también los cerdos son protagonistas, ya que forman parte de los animales que sirven para la investigación biomédica de microbiota, junto a ratones, la mosca del vinagre o de la fruta (Drosophila melanogaster) y el nematodo Caenorhabditis elegans que mide 1 mm, como los más destacados. Recientemente un equipo de investigadores de CIBERDEM de la UCM e ICTAN-CSIC han descubierto que la ingesta de cacao modifica microbiota intestinal en ratas con diabetes tipo 2, lo que se asocia con una mejora del control de la glucosa sanguínea y de la salud intestinal. En este caso, a los que nos gusta el chocolate lo tomamos más para prevenir la diabetes que como sustitutivo del sexo, ahí lo dejo.

Bien sabemos que microbiota es dinámica y va cambiando con la edad y en los diferentes tramos del digestivo, teniendo microorganismos asociados a una mejor salud que otros, estableciéndose entre ellos una exclusión competitiva, de la cual nos queda mucho aún por aprender. Bien sabemos cómo microbiota de personas de distinta edad y diferentes países del mundo tienen distinta composición, influyendo en la misma además de los factores medioambientales, los factores de stress y especialmente las dietas.

Ya saben aquello de que eres lo que comes, o al menos así es en nuestra microbiota digestiva. Hoy el estudio de microbiota en otros órganos/tejidos respiratorios, reproductivos y locomotor también nos ayuda a conocer el grado de salud del individuo. Sin duda, tenemos por delante un gran reto, que entiendo es más micro que macro.

“He aquí mi secreto que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos”. Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) Aviador y escritor francés de El Principito.

Artículo publicado en “Los Porcicultores y su Entorno” Noviembre-Diciembre 2021

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