Fuente: Instituto Nacional Avícola.
Antes de la llegada de los españoles a nuestro país, el guajolote o pavo ya era un ave domesticada por los aztecas y otras poblaciones mesoamericanas; por lo que se le considera de origen mexicano; esto de acuerdo a información de la Universidad Autónoma de Chapingo.
El consumo de pavo en México es estacional, y casi en su totalidad, durante la época decembrina. Sin embargo, incluir la carne de pavo en una correcta alimentación, puede traer consigo, importantes beneficios a la salud. El pavo, en la dieta correcta, forma parte del grupo de proteínas de origen animal, se recomienda que la proteína ocupe del 15 al 20% aproximadamente del total de la energía que consumimos.
El grave problema de sobrepeso y obesidad en México
Actualmente sabemos por la Encuesta Nacional de Salud (ENSANUT 2016), que el 71.5% de la población mexicana adulta padece sobrepeso u obesidad. No sólo preocupan los adultos; desafortunadamente los niños menores de 5 años también la padecen.
Hoy se sabe que el peso de la madre al gestar un ser humano, incide en la mayor posibilidad de que su bebé sea también más propenso a desarrollar obesidad o sobrepeso durante su vida (Instituto Nacional de Pediatría, INP), por lo tanto, la alimentación en todas las etapas de la vida y conservar un peso óptimo juega un rol fundamental.
¿Por qué hablar de la carne de pavo?
La carne de pavo es recomendada con frecuencia a los pacientes, si hablamos de las personas que acuden a las consultas médicas, sobre todo, los que quieren tener una dieta de reducción de peso, o bien de control de sus lípidos (grasas) en sangre o cuestiones cardiovasculares.
El Plato del Bien Comer, Norma Oficial Mexicana NOM-043-SSA2-2005, habla de combinación de alimentos de sus tres grupos principales, en donde la carne de pavo, dentro de una dieta correcta, puede recomendarse cotidianamente (como fuente de proteína animal, 10-20% de las calorías totales dependiendo del grupo de edad que se trate).
Y entonces ¿qué aporta el pavo?
Agua
Proteínas de alto valor biológico, dado por sus aminoácidos indispensables, como isoleucina, fenilalanina, tirosina, valina.
Un nutrimento indispensable, quiere decir que nuestro organismo no lo puede formar, y lo debemos adquirir por medio de la dieta.
Vitaminas como B6, B12, ácido pantoténico o B5, niacina.
Nutrimentos Inorgánicos (minerales), como fósforo, potasio, sodio, zinc y hierro.
Beneficios de los nutrimentos del pavo
(Contenido de nutrimentos en 100 g de porción comestible, cantidades en paréntesis)
Lo primordial en la dieta, es cubrir las proteínas (20.40 g), éstas, son formadoras de músculos, huesos, sangre, hormonas y sustancias que a su vez actúan como activadores de reacciones, así como contribuyen en el sistema de defensa del organismo y/o sistema inmune. Esto claro, sin minimizar la importancia de los otros nutrimentos
Los minerales que contiene la carne de pavo desempeñan las siguientes funciones:
El hierro (1.4 mg) previene la anemia,
El zinc (2.20 mg), es necesario para el crecimiento y los procesos de cicatrización,
El fósforo (287 mg), para la asimilación de calcio en el organismo.
En cuanto a las vitaminas:
La vitamina A (2 mcg), ayuda a la formación y mantenimiento de dientes, huesos y tejidos, y lleva este nombre porque forma parte de los pigmentos de la retina del ojo, por lo que es muy importante para la visión.
La vitamina B1 (0.06 mg) o tiamina, es fundamental para la función del sistema nervioso, promueve el crecimiento y aprovechamiento de los alimentos.
La vitamina B2 o riboflavina, promueve la salud de las uñas, cabello, piel y otros tejidos, y optimiza la transformación de alimentos en energía.
La vitamina B6, piridoxina, contribuye en la utilización de las proteínas y los ácidos grasos insaturados.
La vitamina B12 o cobalamina (0.40 mcg), es fundamental para la formación de glóbulos rojos de la sangre, y fundamental para el sistema nervioso y para el metabolismo en general, es decir, el funcionamiento del organismo para sus funciones primordiales.
La recomendación mundial de salud sugiere productos de origen animal bajos en contenido de grasas saturadas, y en ese rubro está el pavo. De los lípidos (grasas), que provee la carne de pavo (8 g en 100 g de porción comestible); sólo 2.26 g son saturados, monoinsaturados 2.34 g y poliinsaturados 1.98 g.
Mientras que contiene de colesterol 73 mg por cada 100 g, y dentro de la recomendación actual, podemos consumir 200 mg al día y estaría contemplado dentro del 25-30% de lípidos (grasas) en un día, que debe contener una dieta correcta.
La mayoría de su grasa está visible y debajo de la piel, lo cual permite quitar y reducir hasta un 70-80% de su contenido.
Es importante destacar la recomendación del PLATO DEL BIEN COMER, y combinar todos los grupos de alimentos y las cantidades indicadas de forma individual, si es posible guiados por un especialista.
Además, podemos recalcar, que la carne de pavo no es fuente de hidratos de carbono ni de fibra, pero si se consume con otros alimentos, como ensaladas de vegetales frescos se complementa con esos grupos y con otros como cereales y leguminosas (frijoles, lentejas, etc.). Se recomienda consultar EL PLATO DEL BIEN COMER.
La carne de pavo, sólo provee 154 kilocalorías (kcal) en 100 g, lo cual, representa menos del 10% de una dieta de 2000 kilocalorías para nuestra población mexicana.
Como conclusión, cuenta con una composición muy relevante y recomendable de nutrimentos necesarios y benéficos para cualquier persona y en cualquier edad, es de fácil masticación y digestión.
En la gastronomía, resulta muy versátil en infinidad de platillos, con salsas verdes, rojas, adobos, horneado, a la parrilla, en porciones, entero, en estofado, al pibil, etc.
Y todas esas formas, son sistemas de cocción saludables, como es el vapor (mixiotes), incluso microondas con técnicas apropiadas, asada, en picadillo, hamburguesas, rellenos, empanadas, pastel de carne de pavo, etc.
En temporada navideña o durante todo el año, podemos sugerir ampliamente su consumo y por todo lo anterior, disfrútelo y COMA PAVO MEXICANO ES MUY BUENO Y ES MUY SANO.
Fuentes de datos:
– ENSANUT 2016.
– Ledesma S JA y col. Tablas de Composición de alimentos
– Miriam Muñoz de Chávez. 2ª. Edición, Mc Graw Hill. México, 2010.
