Justin TAN,
Director Regional de Ventas y Marketing, Pacífico Asiático de Biomin.
www.biomin.net
Fuente: Science & Soluctions.
Las altas temperaturas ambientales perjudican el desempeño productivo y reducen las ganancias de los productores. Los casos extremos causan sufrimiento y muerte en todas las razas de aves. Los aditivos fitógenos en dietas avícolas ayudan a aliviar los efectos negativos del estrés calórico ejerciendo un efecto antiinflamatorio y antioxidante en las aves.
Los productores avícolas normalmente enfrentan el desafío del estrés calórico, ya sea estacionalmente o todo el año. Las aves de granja en países cálidos y húmedos provienen genéticamente de cepas originalmente criadas y seleccionadas para los climas frescos de Europa y Norteamérica. La cría de aves fuera de su zona de confort térmico podría impedir alcanzar el pleno potencial genético. Los productores en climas más cálidos, o aquellos en zonas más frescas que regulan la temperatura de los galpones según su propio nivel de confort y no el de las aves, deben considerar el impacto del estrés calórico en las parvadas.
Más allá del límite crítico superior
Para cualquier etapa y cualquier especie, el estrés calórico ocurre cuando las aves tienen dificultad para equilibrar la producción de calor corporal y la pérdida de calor corporal. Dentro de la zona termoneutral ilustrada en la Figura 1, las aves son capaces de perder calor a velocidad controlada modificando su comportamiento. En este punto no existe estrés calórico y la temperatura corporal permanece constante.
A la temperatura crítica máxima o por encima de ella, las aves comienzan a jadear para perder activamente calor corporal. El jadeo es considerado una respuesta normal al calor, pero a medida que las temperaturas continúan aumentando, el ritmo de jadeo crece simultáneamente. Si la producción de calor se vuelve mayor que la pérdida de calor máxima, ya sea en intensidad (estrés calórico agudo) o por períodos prolongados (estrés calórico crónico), las aves comienzan a morir muy rápidamente. La temperatura corporal del pollo de engorde debe permanecer muy próxima a 41°C. Si la temperatura corporal se eleva por encima de 45°C, la muerte sobreviene rápidamente.
Estrategias para superar el estrés calórico
Se pueden tomar varias medidas para prevenir el estrés calórico (Cuadro 1). Existen una serie de opciones en cuanto a estrategias nutricionales y de alimentación.
El estrés calórico induce cambios desfavorables en la microbiota bacteriana autóctona. La suplementación con probióticos multicepa puede enriquecer la diversidad de la microbiota en el yeyuno y el ciego de las aves, restaurando el equilibrio microbiano y manteniendo su estabilidad natural.
La restricción temporal de alimento antes de la exposición al calor puede mejorar la resistencia térmica de los pollos de engorde. El retiro de alimento reduce la producción de calor, la velocidad de incremento de la temperatura corporal y la mortalidad de los pollos de engorde. Sin embargo, esta estrategia también puede conducir a una menor tasa de crecimiento, un mayor período de crecimiento y un retraso en la edad de sacrificio.
El programa de doble alimentación es otra estrategia utilizada en pollos de engorde, que incluye una dieta proteica durante la fase más fría y una dieta rica en energía durante la fase más cálida de cada día. Esto mantiene un equilibrio nutricional mediante la adecuada proporción de ambas dietas. Durante un desafío de estrés calórico, la doble alimentación reduce la temperatura corporal y la mortalidad.
En gallinas ponedoras, la restricción parcial del alimento o un régimen controlado de alimentación alivia el efecto perjudicial del estrés calórico en el rendimiento de postura. Cambiar la frecuencia de alimentación de dos veces a sólo una vez al día también resulta favorable para el desempeño productivo de las gallinas ponedoras. La mejor hora para alimentar la parvada sería en la tarde, próximo a la puesta de sol.
Las dietas de las ponedoras normalmente se suministran en forma de harina, pero durante el verano conviene considerar los pellets. Si bien el consumo de alimento puede no verse afectado al peletizar la ración, la producción de huevo, la eficiencia alimenticia y la ingesta de agua pueden aumentar significativamente en gallinas ponedoras. El mayor consumo de agua y la mejor digestibilidad de la dieta es probablemente responsable del efecto ventajoso de alimentar con pellets. Los pollos de engorde, sin embargo, prefieren comer más alimento con mayor tamaño de partícula en ambientes cálidos. Cuando el maíz se suministra en forma de grano entero, los pollos de engorde consumen más proteína y presentan una mejor eficiencia alimenticia.
Fitógenos para combatir el estrés calórico
Los aditivos fitógenos (AFs, o botánicos) son capaces de aliviar las consecuencias negativas del estrés calórico. Recientemente se realizó en Alemania un estudio con una parvada de aves Lohmann Brown Classic que comenzaron la postura en los primeros meses de verano, en una época en que se registraron altas temperaturas en los galpones de las gallinas. Las aves se dividieron en dos grupos, alimentándose el grupo control con una dieta basal, mientras que el grupo de tratamiento recibió la misma dieta basal, pero con la incorporación de Digestarom® Poultry (un aditivo fitógeno) a una tasa de inclusión de 150 g por tonelada de alimento. El ensayo se realizó entre las 23 y las 63 semanas de edad de la parvada.
Los efectos del aditivo fitógeno durante el período de estrés calórico se muestran en la Figura 2. El grupo de gallinas suplementadas con Digestarom® en sus dietas superó consistentemente al grupo de control durante las 41 semanas en cuanto a la producción diaria, manteniendo un pico constante en medio del período de estrés calórico, a pesar de haberse registrado mayores temperaturas en el galpón debido a un aislamiento y ventilación menos eficientes en el edificio más antiguo en comparación con el del grupo control. La producción diaria promedio de las gallinas del grupo Digestarom® fue 89.2% frente a 86.9% del grupo control, lo que representa un incremento de 2.3% en la tasa de postura. También se registró una mejora de 19 puntos en la conversión alimenticia de las aves alimentadas con dietas que contenían el aditivo fitógeno, junto a un aumento de la masa y del peso promedio de los huevos (Figura 3). El retorno sobre la inversión para el productor de huevos fue de 1:7.
Conclusión
Digestarom® ayudó positivamente a la parvada de ponedoras comerciales para mantener su pico de producción durante todo un período de estrés calórico. Las aves que recibieron Digestarom® presentaron mejor rendimiento de postura, mejor eficiencia alimenticia, mejor tasa de conversión alimenticia, mayor rentabilidad, mayor retorno sobre la inversión y mejor estado de salud, sin reportarse brotes de ninguna enfermedad. Debido a su modo de acción científicamente probado y a los beneficios únicos para las aves, Digestarom® tuvo éxito en ayudar a combatir el estrés calórico, comprobando una vez más su potencial como un aditivo de nueva generación para una nutrición innovadora en aves y contribuyendo a mayores ganancias para el productor.
Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno