La Bioseguridad… Consecuencia del COVID-19

De manera repentina nos hemos tenido que adaptar a otra forma de vida ante la llegada del coronavirus, atrás quedaron (por ahora y quién sabe a futuro) las rutinas de salir de nuestras casas con total confianza y libertad rumbo a los centros laborales, a las reuniones familiares y sociales, a eventos deportivos, a las compras de alimentos e insumos, y hasta el simple hecho de salir a ejercitarse o a caminar. También quedaron atrás las decisiones sobre qué ver en televisión, ya que actualmente la noticia es monotemática… COVID-19 y sus consecuencias, como la grave crisis económica que se avizora.

A consecuencia de esta situación de pandemia y de confinamiento, en muchos de los casos, el uso de la tecnología nos alcanzó en forma desprevenida y acelerada, y nos forzó a tener que realizar actividades laborales a la distancia, aplicando el ahora tan famoso y reiterado “Home Office”. Sin embargo, en otras actividades laborales, esta situación no es aplicable, y entre ellas se encuentran las labores del campo. Ahí, Médicos Veterinarios y otros profesionales afines, Productores y los jornaleros, han tenido que desempeñar sus actividades de forma presencial con el noble fin de proveer los alimentos de origen animal que de manera vital, estamos requiriendo la población cuarentenada. la Claro que en esta actividad, que es considerada esencial, las empresas y sus empleados, han tenido que reforzar y extremar las medidas de sanidad y seguridad ya establecidas -muchas de las cuales ya son altamente conocidas en los sistemas de producción- y aplicar las recomendadas por la OMS ante esta pandemia, para evitar el riesgo de contagio.

Me llama la atención la similitud de medidas sanitarias que actualmente estamos viviendo en nuestra vida diaria la mayor parte de la población por recomendación de la OMS, y las que desde hace mucho tiempo se aplican en las granjas (mayormente porcícolas y avícolas, donde la cantidad de animales confinados es mayúscula). Desde tiempo atrás, se tienen establecidas un sin número de medias sanitarias: lugares totalmente distantes, cercados, con vado sanitario y arco de desinfección para automoviles, baño del personal y visitantes, cambio de ropa de la calle por ropa propia de las granjas incluido calzado, desinfección (o sanitización) de los objetos a introducir, cuestionamientos sobre si se había visitado otras granjas recientemente; ya una vez dentro, los tapetes sanitarios para ingresar a cada caseta son obligados, control de pájaros, plagas y roedores, entre otras no menos importantes medidas.

A través de los años, se implementó en el medio el término Bioseguridad, que engloba a todas esas medidas mencionadas y a varias más. Todo esto con el fin de tratar de evitar la entrada a las granjas de gérmenes causantes de enfermedades.

Cuándo íbamos a imaginar que algún día tendríamos que implementar en nuestra vida diaria la Bioseguridad, a través de la implementación de varias de esas medidas sanitarias. Entre las recomendaciones de autoridades en este confinamiento provocado por la COVID-19, es que al salir de nuestro hogar por insumos o alimentos y al regresar, se encuentran: desinfección de calzado antes de entrar –si es posible, dejarlo fuera-, desinfectar o sanitizar los productos y objetos que se hayan adquirido, incluso piden desinfectar también celular, cartera, llaves, monedas, etc., una vez adentro, despojarse de la ropa, ponerla en bolsa de plástico y sellarla, o de preferencia lavarla inmediatamente, darse una ducha de inmediato, limpiar pisos con agua y jabón o cloro, no recibir visitas, etc. Bioseguridad pura.

Y sí, según la enciclopedia Wikipedia, el término Bioseguridad, “pretende asegurar que el mantenimiento ecológico de tanto plantas como animales sea preservado. Esto engloba hábitats naturales, paisajes, actividades empresariales (en especial la agricultura) y asuntos del estilo de peligros como la guerra bacteriológica o epidemias”.

Será muy difícil volver a una “normalidad” después del Covid-19, y aunque la tecnologia nos dé las herramientas necesarias para poder laborar a la distancia, nunca será lo mismo de tener la sensación de libertad, esa que te permite desplazarte sin miedo a diferentes lugares, viajar, hacer ejercicio al aire libre, o simplement divertirte con familiares y amigos, y abrazar o saludar de mano a quien aprecias, entre otras actividades más.

Mientras tanto, estamos en espera, llenos de incertidumbre y temor, de saber qué nos depará el futuro después de esta pandemia, aunque expertos indican que llegó para quedarse, de ahí la mayor relevancia que cobra la aplicación de la Bioseguridad en nuestras vidas.

Del Editor.
BM Editores.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno Mayo-Junio 2020

Fernando Puga
Fernando Pugahttps://bmeditores.mx/
Editor en BM Editores, empresa editorial líder en información especializada para la Porcicultura, Avicultura y Ganadería.
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