Beneficioso incluir carne en dieta de personas con enfermedades

Redacción BM Editores.

Los estudios que “desacreditan” el consumo de carne presentan sesgos importantes, pero además hay suficientes investigaciones que prueban el beneficio de incluir la carne en la dieta, incluso para personas con ciertas enfermedades, aseguró el Dr. Francisco Ibáñez.

Al participar en el Foro de la Asociación Mexicana de Ciencia y Tecnología de la Carne (AMEXITEC), al que convocó el Consejo Mexicano de la Carne (COMECARNE), con el panel de Discusión “La Carne Roja en la Salud Pública”, el especialista de la Universidad Pública de Navarra, España, hizo una amplia exposición sobre el impacto en la salud por el consumo de carne por personas sanas o enfermas.

Luego de varios estudios, señaló, que en sujetos sanos los resultados es que no hubo diferencias entre la carne roja y todas las dietas combinadas para los cambios en colesterol total o presión arterial.

Añadió que la carne se asoció a menores disminuciones en los tracilglicéridos, y cuando se le comparó con las fuentes de proteínas vegetales de alta calidad, las disminuciones en el colesterol total fueron menores.

En este caso, señaló, la sustitución de la carne roja con fuentes de proteínas vegetales de alta calidad conduce a cambios más favorables en los lípidos y lipoproteínas.

En el caso de enfermos de cáncer que consumieron carne, precisó que se hicieron estudios con 992 pacientes, durante siete años, y el estilo de vida fue evaluado durante la quimioterapia en una etapa de seis meses, de los que se concluye que el riesgo de muerte durante el proceso de evaluación fue menor y mejoraron la supervivencia libre de enfermedad.

En conclusión, los estudios determinan que la baja ingesta de carne roja y procesada no parece que favorezca la supervivencia, pero además una mayor ingesta de proteínas puede ser beneficiosa para los supervivientes de cáncer.

En su intervención, la Dra. María de la Salud Rubio, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con su ponencia “Historia de la Hipótesis Dieta y el Corazón”, planteó que reducir el consumo de grasa provocó una reducción del 17 por ciento en el riesgo de enfermedad cardiovascular, incluidas enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares, pero no tuvo efectos sobre el riesgo de muerte.

Esta hipótesis, señaló la Dra. Salud Rubio, fue expuesta en su momento por el Dr. Weinberg en Estados Unidos, y bien pudo haber jugado un papel no deseado en las epidemias actuales de obesidad, anormalidades lipídicas, diabetes tipo II y síndromes metabólicos.

Comentó sobre los estudios pilares que han conducido a esta percepción, además de los que retan a la hipótesis de los lípidos.

Señaló que la evidencia científica, cuando es imparcialmente evaluada, no respalda la afirmación de que las grasas saturadas obstruyen las arterias y sean causantes de la enfermedad coronaria.

En su turno, el Dr. Nelson Huerta Leidenz de Texas Tech University, con la ponencia “La Carne en las Nuevas Guías Alimentarias de Estados Unidos”, hizo una amplia exposición del ganado en la evolución de los panoramas alimentarios y el pensamiento.

Dijo que de acuerdo a analistas y estudiosos con la matanza de animales ahora oculta o abstraída, el público post-doméstico y urbanizado queda en un estado de desconexión y cuasi-negación.

Planteó que son cada vez más las descripciones peyorativas, en el consumo o ingesta de carne, desde el zoófago, comedor de animales, el sarcófago, comedor de carne, o el necrófago, devorador de cadáveres.

“En contraste a esta percepción animal, actualmente éstos se encuentran antropomorfizados en la cultura popular, pues alrededor de dos tercios de los hogares estadounidenses ahora tienen mascotas y gastan más de sesenta mil millones de dólares en su cuidado”, señaló.

Pero además, dijo, la Dieta Eat Lancet, promete salvar vidas y alimentar 10 mil millones de personas sin causar daños catastróficos al planeta, pero ya los medios la han bautizado de manera irónica como la “dieta de salud planetaria”, pues nada más se trata de una nueva propuesta para proteger a la tierra de un grupo de más de 30 científicos de distintas áreas provenientes de 16 países del mundo, publicada en la prestigiosa revista especializada The Lancet.

Los investigadores, concluye Huerta Leidenz, señalan que “los riesgos no son tan grandes como dicen”, y la evidencia es tan pobre que no se puede estar seguro de que los riesgos son reales.

En términos generales, precisó, la elección correcta para la mayoría de la gente, pero no para todos, es continuar con su consumo de carne.

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