Cobra furor el “Conejo de Flandes” en América Latina

Redacción BM Editores.

Ahora que ya está muy próxima la Semana Santa, y para muchos significa tener presente al Conejo de Pascua, que es ya todo un símbolo a nivel mundial en este periodo, pocos saben que en la raza de los conejos existen 30 especies, una de las cuales, el “Conejo de Flandes”, no solo es enorme, pues alcanza a medir hasta un metro, sino que por sus características morfo-biológicas es un mamífero muy amigable y adaptable a su relación con el ser humano.

El conejo gigante de Flandes tiene historia de cientos de años, pues sus primeros registros se localizan en el siglo XVI, particularmente en la ciudad de Gante, Bélgica, pero otros historiadores ubican su aparición hasta el siglo XIX.

Sin embargo, probablemente nacieron a partir de la hibridación de otras razas ahora desaparecidas, como la liebre belga y la común Steenkonijn, o conejo de una libra, típico de este país europeo.

En su origen, los conejos de Flandes fueron criados para proporcionar carne y piel, pero en el siglo XIX esta variedad de conejo hizo furor y se exportó al Reino Unido y América.

De acuerdo a criadores de Puerto Rico, es un conejo bien amigable, dócil, tranquilo, un conejo bien bueno para la crianza, pero ahora con el auge que tiene en esta nación de América Latina se le está requiriendo como mascota.

Los cunicultores de Puerto Rico tienen sobrepedidos, se les habla siete u ocho veces al día para tener uno de ellos, pero sobre todo porque son muy adaptables y amigables con el ser humano.

A los conejos de Flandes se les debe dar una nutrición adecuada, mantener con agua limpia durante las 24 horas, pero además estos mamíferos, muy similares a los roedores, necesitan espacio pues derivado de su gran tamaño deben estar en lugares con ventilación y áreas frescas, porque de lo contrario pudieran morir de calor.

Cabe aclarar que se deberá contar con una jaula para que puedan pernoctar y ésta no debe colocarse a poca altura, para que no quede cerca del suelo fangoso y que produce humedad y a su vez infecciones.

Al “Conejo de Flandes” una característica muy suya es su forma de pera, además de su papada, una cría de ocho meses de nacida puede alcanzar las 12 libras y media, pero pueden llegar a pesar de 16 a 17 libras.

A partir de los ocho meses los conejos de Flandes comienzan a aparearse, tienen 30 o 31 días para parir y luego al destete de 30 a 45 días.

Esta raza tiene ocho colores distintos y de 3 a 10 crías, pero lo ideal es que no sean más de seis y su precio en el mercado oscila de 50 hasta 350 dólares, además de que su carne tiene buen sabor y es muy limpia.

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