Diagnóstico diferencial de las enfermedades inmunosupresoras

MVZ. MC. Carlos Valladares de la Cruz
Asesoría Avícola Independiente.

Introducción:

En las aves domésticas la competencia inmunológica es especialmente importante para el desempeño productivo de la parvada; cuando las aves están inmunocomprometidas la eficiencia productiva disminuye, la efectividad de las vacunas utilizadas rutinariamente se reduce y se incrementa la susceptibilidad hacia otros agentes patógenos.

Las alteraciones en los mecanismos de resistencia natural y de inmunidad pueden ser causadas por factores medioambientales estresantes como las temperaturas fuera de la zona de confort, la densidad excesiva, las restricciones alimenticias, el exceso de amoniaco en las casetas y manejo inadecuado de la parvada.

La inmunidad innata puede afectarse por eventos fisiológicos estresantes relacionados al nacimiento y a factores medioambientales durante la primera semana de vida. Una nutrición deficiente puede disminuir la inmunidad innata.

Otros agentes nocivos para el sistema inmunológico son los desechos industriales y agrícolas, así como las toxinas de origen microbiológico, particularmente las producidas por los hongos. Existen además agentes infecciosos capaces de alterar la capacidad funcional del sistema inmunológico de las aves, como los virus causantes de la Infección de la bolsa de Fabricio, Enfermedad de Marek, Anemia Infecciosa Aviar, Leucosis Aviar y la Reticuloendoteliosis. Cualquier agente infeccioso que lesionen a las células del sistema inmunocompetente tiene capacidad de inducir inmunodepresión, como en el caso de algunos virus respiratorios.

Cada uno de estos agentes inmunodepresores pueden actuar de manera individual, sin embargo, bajo condiciones de explotación comercial, se pueden presentar de manera simultánea y esto puede provocar efectos aditivos, sinérgicos y/o potencializadores adversos sobre la capacidad de respuesta del sistema inmune y sobre la productividad de la parvada.

Generalidades del Sistema Inmunologico de Las Aves:

El sistema inmunológico es vital para el desarrollo de las aves domésticas. Un sistema inmunológico competente permite criar aves en condiciones óptimas de salud y bien- estar permitiendo que se exprese todo su potencial genético y que aprovechen al máximo todos los avances nutricionales para obtener una producción más eficiente.

El sistema inmunológico es un sistema corporal que regula el crecimiento, el desarrollo, la estructura y la función de los tejidos y órganos del cuerpo, y al mismo tiempo le confiere al animal la resistencia contra los agentes infecciosos y los trastornos neoplásicos.

Los componentes del sistema inmunológico se pueden clasificar en mecanismos de inmunidad innata y mecanismos de inmunidad adquirida.

Los mecanismos de inmunidad innata están representados por las defensas naturales que tiene el ave desde el nacimiento e incluyen las barreras físicas de la piel y las mucosas, los sistemas secretores de moco de las mucosas y el sistema mononuclear fagocítíco. Este sistema es inespecífico, siempre está presente y no genera memoria inmunológica.

El sistema de inmunidad adquirida es desarrollado después del nacimiento, tiene un componente humoral, un componente celular y un componente secretor. Los componentes humoral y secretor son burso dependientes (células B), mientras que el componente celular es timo dependiente (células T).

El sistema inmunológico se origina a partir de las “células madre” embrionarias del saco vitelino, que tienen capacidad de auto replicación, perpetuación y evolución hacia células diferenciadas. Estas células migran del saco vitelino a los órganos linfoides primarios. Los órganos linfoides primarios son el timo y la bolsa de Fabricio. El timo tiene una linfopoyesis independiente de estimulación antigénica y que es estimulada por la timosina; produce linfocitos T que son los responsables de la inmunidad celular. La bolsa de Fabricio genera la producción de linfocitos B que son los responsables de la inmunidad humoral y de la inmunidad de las mucosas; la linfopoyesis es antígeno dependiente. Los órganos linfoides secundarios o periféricos están integrados por poblaciones mixtas de linfopcitos T y B, y son el bazo, el hígado, la médula ósea, la bolsa de Fabricio después de la tercera semana de edad y el tejido linfoide asociado a los bronquios (TLAB o BALT), el tejido linfoide asociado al intestino (TLAI o GALT) y el tejido linfoide asociado a la glándula de Harder (TLAG o HALT). Las células efectoras del sistema inmunológico son los linfocitos T maduros, los linfocitos B maduros, las células plasmáticas y el sistema de macrófagosmonocitos (Figura 1).

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Figura 1. El sistema inmunológico de las aves.

El Estado de Inmunosupresion:

La INMUNOSUPRESION es un estado de disfunción temporal o permanente de la respuesta inmune que resulta de un daño en el sistema inmunológico.

Los agentes inmunodepresores lesionan a alguno o a varios de los componentes del sistema inmunológico, alteran el balance funcional del componente inmuno regulador y alteran la capacidad de respuesta inmune de las aves afectadas.

El resultado de la INMUNOUSUPRESION es un incremento a la susceptibilidad de las enfermedades y/o una alteración en el control del desarrollo y crecimiento de los tejidos.
La reducción en la capacidad de respuesta inmunológica se puede manifestar de diferentes formas que varían en el grado, el tipo y en la duración de la respuesta inmune.
Las causas de la inmunosupresión pueden ser clasificadas en dos grandes grupos: los factores estresantes que suprimen la inmunidad innata y las enfermedades que inhiben la inmunidad adquirida.

Los factores estresantes que suprimen la inmunidad innata son:

  • Los períodos de Incubación, nacimiento y el período inmediato posterior al nacimiento.
  • El inicio de Postura.
  • El medio ambiente del galpón.
  • Alteraciones en la nutrición y alimentación.
  • La presencia de Toxinas en el alimento: micotoxinas, pesticidas y los residuos de deshechos industriales como las dioxinas.

Las enfermedades que inhiben la inmunidad adquirida son:

  • La Enfermedad de Gumboro.
  • La Anemia Infecciosa Aviar.
  • La Enfermedad de Marek.
  • Las enfermedades tumorales causadas por Retrovirus, como la Leucosis Aviar y la Reticuloendoteliosis.
  • Las infecciones por algunos Adenovirus.
  • Las infecciones por otros virus entéricos.
  • Las infecciones por virus respiratorios.

Los agentes inmunosupresores generalmente pueden actuar de manera individual sobre una parvada, sin embargo, bajos las condiciones de explotación comercial, varios de estos agentes se presentan de manera simultánea y/o secuencial, con efectos aditivos, sinérgicos o potencializadores, que hacen que el efecto inmunosupresor sea más pronunciado y más duradero.

F. Hoerr (Avian Dis. 54:2-15,2010) describe ampliamente la posible interacción de los agentes inmunosupresores en el pollo de engorda. Una parvada de pollo de engorda de alto rendimiento puede nacer en un estado de deficiencia de energía y estar sujeto a condiciones sub óptimas de manejo y transporte, al mismo tiempo que recibe la aplicación de vacunas de virus vivo con efectos citolíticos. Las condiciones de la crianza pueden no cumplir con los estándares de termoneutralidad y su colocación en una caseta con cama reutilizada puede causar una exposición potencial a amoniaco y a agentes inmunosupresores como el virus de la Enfermedad de Marek, el virus de la Anemia Infecciosa Aviar y a otros virus entéricos.

Con la declinación de los anticuerpos maternos, puede establecerse una infección activa por el virus de la Enfermedad de Gumboro que puede producir una inmunosupresión permanente incluso antes de los 14 días de edad. También con la declinación de los anticuerpos maternos el virus de la Anemia Infecciosa Aviar puede producir una infección citólítica en el timo que puede contribuir a la inmunosupresión iniciada por el virus de la Enfermedad de Gumboro.

Siguiendo con esta secuencia, es posible que la inmunocompetencia esté comprometida en una porción de animales de la parvada. Esto a su vez, puede contribuir a incrementar la severidad de las infecciones por virus respiratorios y a dificultar las infecciones respiratorias secundarias por E. coli. La coccidiosis y la dermatitis gangrenosa pueden también surgir como problemas a partir de los 25 días de edad. En conjunto, esta secuencia de eventos ocurre en grados variables y afectan la viabilidad, la conversión alimenticia, los decomisos en la planta de procesamiento y en los costos totales de producción. Cada influencia inmunosupresora representa un punto para ser controlado para prevenir la inmunosupresión e incrementar la salud y el bienestar de la parvada (Figura 2).

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Figura 2. Interacciones de agentes inmunosupresores en el pollo de engorda (Hoerr, F. Avian Dis. 54:2-15,2010)

Indicadores de Inmunosupresion

Para la mayoría de los profesionales que se dedican al diagnóstico de las enfermedades de las aves, la detección de la inmunosupresión ha estado enfocada en gran medida en la detección de enfermedades específicas por medio de estudios de serología, aislamiento o detección molecular del agente etiológico, o por lesiones sugestivas detectadas en
necropsias o por histopatología. Las pruebas para evaluar la inmunocompetencia son muy utilizadas en investigaciones de laboratorio, y podrían ser usadas en conjunto con las evidencias observadas en el campo.

En las parvadas inmunocomprometidas, existen indicadores que pueden evidenciar la existencia de una disfunción en la respuesta inmune. Estas evidencias pueden ser detectadas en condiciones de campo o por medio de pruebas específicas.

Los indicadores de inmunosupresión son los siguientes:

1. Desempeño productivo deficiente.
2. Complicaciones clínicas y sanitarias.
3. Lesiones en los órganos linfoides, cambios en la proporción de las células sanguíneas y en las proteínas plasmáticas.
4. Identificación de la presencia de agentes con actividad inmunosupresora reconocida.

Generalmente se detectan en una parvada varias evidencias relacionadas con un estado de inmunodepresión de manera simultánea:

1. Desempeño productivo deficiente. El desempeño productivo deficiente que puede relacionarse con un estado de inmunosupresión incluye un índice de productividad menor al esperado, menor ganancia de peso, menor velocidad de crecimiento, conversión alimenticia deficiente, falta de uniformidad en la parvada, calidad de la canal deficiente, menor producción de huevo, baja calidad de huevo, baja fertilidad y/o baja incubabilidad (Figura 3). Sin embargo, hay muchas causas de productividad deficiente que no generan inmunosupresión, por lo que un problema de productividad por sí mismo no es sinónimo de inmunosupresión.

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Figura 3. Baja de productividad y falta de uniformidad de la parvada es un signo que sugiere un estado de inmunosupresión.

2. Complicaciones Clínicas y Sanitarias. El segundo indicador de inmunosupresión es el incremento en las complicaciones clínicas y sanitarias. Estas complicaciones incluyen mayor severidad de las reacciones postvacunales; fallas en la eficacia de los calendarios de vacunación; mayor incidencia de complicaciones respiratorias, particularmente de origen bacteriano; disminución en la efectividad de las terapias antimicrobianas; disminución en la efectividad de los programas anticoccidiales y un aumento en la incidencia de enfermedades oportunistas, como Colibacilosis, Hepatitis con Cuerpos de Inclusión, Enteritis Necrótica, Dermatitis Gangrenosa (Figura 4) y Disbacteriosis. Todos estos signos son sugestivos de un problema de inmunosupresión, sobre todo cuando se presentan varios de manera simultánea, sin embargo, por sí mismos no son concluyentes de que existe un estado de inmunosupresión.

3. Lesiones en los órganos linfoides y cambios en la proporción de las células sanguíneas y de las proteínas plasmáticas. Las lesiones en los órganos linfoides, ya sean primarios y/o secundarios, es el indicador más preciso de un estado de inmunosupresión en una parvada, ya que las lesiones en el tejido linfoide representan el origen del estado de inmunosupresión. Las lesiones principales son necrosis del tejido linfoide y atrofia del tejido linfoide y pueden observarse en la bolsa de Fabricio (Figura 5), en el timo (Figura 6), en la médula ósea (Figura 7), en el bazo y en el tejido linfoide asociado a las mucosas de los tractos respiratorio y digestivo. Estas son lesiones indicativas de inmunosupresión, pero no de su causa.

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Figura 4. Enfermedades oportunistas como la Dermatitis Gangrenosa, son sugestivas de un estado de inmunosupresión en la parvada.

Además de las lesiones morfológicas en los tejidos linfoides, también hay cambios funcionales en el sistema inmunológico que son indicativos de inmunosupresión.

Se pueden detectar respuestas serológicas menores a las esperadas con los calendarios de vacunación utilizados rutinariamente. Hay cambios en el número y en la proporción de leucocitos circulantes, disminuye en número de linfocitos y aumenta el número de heterófilos, el rango heterófilos:linfocitos circulantes es un indicador general de estrés y puede proveer una evaluación general de la inmunocompetencia. La disminución en la concentración de las proteínas plasmáticas, las inmunoglobulinas y el complemento son también evidencias de un estado de inmunosupresión.

4.- Identificación de la presencia de agentes con reconocida actividad inmunosupresora. Para detectar la presencia de agentes con reconocida actividad inmunosupresora en una parvada afectada de inmunosupresión se requiere del análisis de la Historia Clínica así como de pruebas específicas de laboratorio como aislamiento viral, serología (seroconversión o incremento en el título de anticuerpos específicos), detección del material genético del agente por pruebas de biología molecular, histopatología y/o toxicología. Sin embargo, los resultados de estas pruebas deben ser interpretados cuidadosamente, ya que una gran cantidad de agentes inmunosupresores pueden estar diseminados ampliamente en el medio ambiente de las aves y su detección no necesariamente refleja la causa del estado de inmunosupresión.

Las Causas de la Inmunosupresion y Su Diagnóstico:

1. Períodos productivos generadores de un estado de estrés intenso y constante. Los períodos productivos donde se puede generar un estado severo de tensión son: a) el período neonatal, incluyendo el proceso de incubación, el nacimiento y la primera semana de vida, y b) el período de inicio del ciclo reproductivo, desde el inicio de la postura hasta el ciclo de postura.

a) Período Neonatal: la necesidad de obtener un mayor número de nacimientos en el menor tiempo posible puede generar condiciones de incubación subóptimas, tales como la temperatura, la ventilación y la humedad inadecuadas, lo que puede generar factores estresantes. Los pollos de alto rendimiento actuales son sensibles al medio ambiente de la incubadora y de la nacedora, mientras que al mismo tiempo son sometidos a calendarios de vacunación in ovo o inmediatamente después del nacimiento (Figura 6). Un nacimiento difícil puede agotar la energía corporal y aumentar el estrés nutricional durante la primera semana de vida. El transporte prolongado hacia la granja y el manejo inadecuado en la recepción de las aves en las casetas puede prolongar el estado de tensión y disminuir la inmunidad innata. Estos factores inmunosupresores se presentan durante la primera semana de vida.

Figura 5. La atrofia de la bolsa de Fabricio es una de las lesiones indicativas de inmunosupresión.

Figura 5. La atrofia del timo es una de las lesiones indicativas de inmunosupresión

Figura 5. La atrofia de la médula ósea es una de las lesiones indicativas de inmunosupresión.

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Las lesiones provocadas por el estrés neonatal incluyen hemorragias en el proventrículo y apoptosis de los linfocitos. Epidemiológicamente los factores estresantes están asociados al proceso de nacimiento y pueden variar de nacimiento a nacimiento.

b) Período del inicio del ciclo reproductivo: El inicio del período productivo en las gallinas inicia con una serie de cambios hormonales para iniciar el proceso de reproducción, se genera un mayor requerimiento de nutrientes e implica un esfuerzo metabólico por parte de las aves. Estos factores también generan un estado de tensión que afecta la funcionalidad del sistema inmunológico. Este estado de inmunosupresión asociada al pico de postura puede manifestarse como una reactivación de las enfermedades en la parvada que habían permanecido latentes durante el período de crianza, por ejemplo, la Micoplasmosis o las infecciones por Adenovirus.

La transmisión vertical de agentes infecciosos es muy elevada en el período cercano al pico de postura, disminuyendo posteriormente; esta tasa en la transmisión vertical de las enfermedades puede tener nuevos incrementos si las gallinas sufren inmunosupresión recurren de la transmisión vertical de las enfermedades depende de la virulencia de la cepa, del estado de salud de las gallinas y de factores medioambientales adversos. El análisis de los registros productivos durante el inicio de la postura y el análisis de la calidad de la progenie durante este período proporcionan indicios de un estado de inmunosupresión asociado al inicio del período productivo. Generalmente los parámetros productivos y la calidad sanitaria de la progenie se restablecen una vez que la parvada de gallinas ha superado este período crítico de producción.

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Figura 6. Estrés durante el período neonatal. La vacunación in ovo o en aves recién nacidas puede interferir con la inmunidad innata y adquirida.

2. Agentes Tóxicos que producen inmunosupresión. Existen sustancias tóxicas cuyos efectos principales se centran en la interferencia con los mecanismos de inmunidad innata e inmunidad adquirida de las aves. Las micotoxinas son las sustancias que se encuentran con mayor frecuencia como agentes tóxicos causantes de inmunosupresión. Las micotoxinas son metabolitos producidos por hongos que contaminan los granos y otros ingredientes almacenados, contaminando posteriormente los alimentos de las aves. Los ingredientes que se contaminan con mayor frecuencia son los granos de cereales como el maíz y el sorgo, así como sus derivados, como los granos secos de destilería (DDGS). Son factores importantes en su presentación el manejo inadecuado de granos y alimentos en los almacenes, particularmente con respecto al control de la temperatura y la humedad, falta de control de plagas, falta de uso de inhibidores de hongos y adsorbentes de micotoxinas, entre otros factores. Las aflatoxinas producen depleción linfoide, interferencia con la actividad de linfocitos y macrófagos, y reducción de los factores del complemento, lo que se traduce en una mayor susceptibilidad a enfermedades infecciosas y fallas de vacunación. Las ocratoxinas producen atrofia generalizada de los órganos linfoides e interferencia con la inmunidad celular y humoral. Los Tricotecenos dañan las barreras protectoras de las mucosas y de las plumas y producen depleción linfoide.

Las micotoxicosis pueden afectar a las aves de cualquier edad, sin embargo, las aves jóvenes son más susceptibles a los efectos nocivos de las micotoxinas. Epidemiológicamente las micotoxicosis suelen estar relacionadas con el alimento o el uso de un ingrediente en particular, pueden tener presentación estacional y generalmente la incidencia entre las granjas es irregular, ya que las toxinas no se distribuyen uniformemente en el material contaminado. Las lesiones más frecuentes de las aflatoxinas consisten en degeneración hepática y atrofia linfoide (Figura 8). Las ocratoxinas producen degeneración renal, uratosis y atrofia linfoide (Figura 9). Los tricotecenos producen principalmente necrosis y úlceras en la mucosa del tracto digestivo, desde la cavidad oral hasta la molleja (Figura 10). Las lesiones microscópicas de las micotoxicosis son sugestivas pero no concluyentes, el tejido linfoide presenta depleción, necrosis y posteriormente atrofia. La confirmación del diagnóstico de las micotoxicosis requiere de la demostración de la presencia de las micotoxinas en los alimentos o en los ingredientes utilizados, por medio de columnas de inmunoafinidad, ELISA o Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución (HPLC).

Figura 8. Degeneración hepática severa por aflatoxicosis.

Figura 9. Degeneración renal severa con uratosis en las serosas abdominales y en los uréteres por ocratoxicosis.

Figura 10. Ulceras en pico por intoxicación con Tricotecenos

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3. Causas nutricionales que producen inmunosupresión. Las características de la dieta pueden modular la susceptibilidad de las aves a los desafíos infecciosos. Cambios sutiles en la cantidad y tipo de ingredientes pueden afectar el desarrollo del sistema inmune. Una nutrición adecuada es crítica para el desarrollo del siste- ma inmunológico en el embrión y en el pollito recién nacido cuando se desarrollan los órganos linfoides. Los ácidos grasos y las vitaminas A, D y E son esenciales para la función leucocitaria. Las grasas rancias producen radicales libres que disminuyen la respuesta inmune. Las causas nutricionales que pueden afectar la capacidad de respuesta inmunológica pueden ser debidas a fallas en el contenido nutricional de los ingredientes y/o en el alimento, fallas en la calidad de alimento administrado, a fallas en el sistema de administración de alimento utilizado o, a fallas en el control de calidad en las plantas de alimentos (Figura 11).

Las causas nutricionales que afectan el desempeño del sistema inmune se puede presentar en cualquier edad, pero los animales jóvenes son más susceptibles. Epidemiológicamente también están asociadas al uso de un ingrediente o alimento en particular y la presentación entre las granjas puede ser irregular.

Enfermedades infecciosas inmunosupresoras.

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Semanas post inicio de postura Figura 7. Tasa de transmisión vertical de enfermedades después del inicio de postura en gallinas.

A) ENFERMEDAD DE GUMBORO.

La Enfermedad de Gumboro o Infección de la bolsa de Fabricio (IBF) es una enfermedad aguda altamente contagiosa de pollos jóvenes caracterizada por una destruc- ción severa de los linfocitos de la bolsa de Fabricio. El virus de la IBF es un virus RNA de doble banda, de la familia Birnaviridae, género Avibirnavirus y es probablemente el virus inmunodepresor más importante de la industria avícola. Debido a que el virus es altamente resistente a las medidas convencionales de limpieza y desinfección de las casetas, una vez establecido en la granja tiende a persistir indefinidamente mientras las casetas se están utilizando.

Los pollos criados bajo condiciones comerciales tienen elevadas posibilidades de exponerse al virus de IBF en las fases más tempranas de su vida. Los efectos de la infección viral varían enormemente dependiendo tanto de las características de las aves expuestas (estirpe, edad, grado de inmunidad materna), del tipo y manejo de la explotación, así como de las características del virus infectante. Existe un serotipo patógeno con variantes antigénicas importantes. La transmisión es horizontal y la presentación de la enfermedad puede ser subclínica – inmunosupresora, aguda e hiperaguda con alta mortalidad. Se afectan principalmente aves jóvenes de 20 a 30 días de edad, cuando la inmunidad materna ha desaparecido. El virus de Gumboro afecta a los linfocitos B IgM+ y hay interferencia con la inmunidad humoral y con la inmunidad local.

Epidemiológicamente el virus es de distribución mundial y está presente en prácticamente todas las zonas de producción comercial de aves.

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Figura 11. El control de calidad de los ingredientes es esencial para evitar inmunosupresión por deficiencia de nutrientes en los alimentos.

Las lesiones macroscópicas de la enfermedad son necrosis y atrofia bursal (Figura 12); el cuadro hiperagudo causa lesiones hemorrágicas en la bolsa de Fabricio. Microscópicamente hay depleción y necrosis de linfocitos de la bolsa de Fabricio y posteriormente atrofia bursal Figura 13). El diagnóstico puede ser complementado con serología, que es rápida y sensible. Debido a que la vacunación es una práctica común, se requiere conocer el “perfil esperado” de la parvada y evidenciar un incremento en los títulos de anticuerpos tras una exposición de campo. Las pruebas actuales de Biología Molecular permiten una detección rápida del virus y permiten la tipificación del mismo como cepas vacunales, cepas de campo, cepas variantes y/o cepas de alta virulencia (Figura 14).

Figura 12. Atrofia de la bolsa de Fabricio con exudado caseoso en la luz por Enfermedad de Gumboro.

Figura 13. Necrosis severa de folículos linfoides de la bolsa de Fabricio por Enfermedad de Gumboro

Figura 14. Detección del virus de Gumboro por RT-PCR.

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B) ANEMIA INFECCIOSA AVIAR

La Anemia Infecciosa Aviar es una enfermedad viral caracterizada por producir anemia e inmunodepresión por atrofia generalizada de los tejidos hematopoyético y linfoide, lo que conduce a un incremento en los niveles de mortalidad por infecciones secundarias. La anemia y la inmunodepresión son el resultado de la atrofia del timo, la médula ósea y la bolsa de Fabricio. Aunque la enfermedad recibe su nombre por la anemia, ésta no siempre se observa y la lesión más constante es la atrofia de timo. La enfermedad tiene una distribución mundial y es específica de los pollos.

La etiología de la Anemia infecciosa es un virus del Género Gyrovirus de la familia Circoviridae. El virus de la Anemia Infecciosa Aviar es un virus DNA muy resistente a las condiciones medioambientales, existe un sólo serotipo con variantes antigénicas menores. El virus tiene tropismo por los linfocitos T CD4+ y T CD8+ de la corteza del timo y por los hemocitoblastos de la médula ósea, produciendo anemia aplástica, trombocitopenia, leucopenia, y atrofia de timo sobre todo en aves de 7 a 14 días de edad, generando interferencia con la inmunidad de tipo celular. La transmisión del virus puede ser tanto horizontal como vertical. La transmisión horizontal ocurre porque el virus se disemina masivamente de las heces de las aves infectadas. La transmisión vertical ocurre cuando las gallinas seronegativas se infectan en el período de producción o a partir del semen de gallos infectados.

La Anemia Infecciosa Aviar se puede presentar como un cuadro subclínico inmunosupresor o con un cuadro agudo en aves menores a 7 días de edad que se infectan por transmisión vertical.

Epidemiológicamente la enfermedad es de distribución mundial y es enzoótica en una gran cantidad de regiones. La transmisión vertical de la enfermedad ha facilitado su distribución por todo el mundo, incluso a partir de aves SPF que han provocado la aparición de vacunas contaminadas. La vacunación en reproductoras y progenitoras es un medio efectivo para controlar la enfermedad.

El cuadro clínico se caracteriza por depresión, anemia severa y gangrena del ala (Figura 15), sin embargo el cuadro subclínico es el más frecuente. La lesión más constante es la atrofia de timo, que es irreversible (Figura 16), también se observa atrofia de médula ósea, atrofia de bolsa de Fabricio y ocasionalmente dermatitis gangrenosa. Microscópicamente se observan atrofia de timo, atrofia de médula ósea (Figura 17) y apoptosis de los linfocitos medulares de los folículos bursales. El diagnóstico puede confirmarse por serología, la prueba de ELISA es rápida y sensible. Existe actualmente la opción de detección por pruebas de Biología Molecular.

Figura 15. Gangrena del ala por Anemia Infecciosa Aviar.

Figura 16. Atrofia severa de timo por Anemia Infecciosa Aviar.

Figura 17. Atrofia de médula ósea por Anemia Infecciosa Aviar.

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C). ENFERMEDAD DE MAREK.

La enfermedad de Marek es causada por un virus Herpes y produce inmunosupresión y la aparición de linfomas en las aves. Es una enfermedad transmisible. El virus de la enfermedad de Marek produce una infección linfocitolítica, atrofia de timo y de la bolsa de Fabricio, linfopenia y disminución de la respuesta inmune de tipo humoral. El grado de inmunosupresión es un criterio para la identificación de cepas emergentes. Las vacunas que protegen contra la formación de linfomas causados por cepas virulentas del virus de Marek tienen cierto efecto de disminución en el grado de inmunosupresión, sin embargo, no proporcionan una protección completa. La Enfermedad de Marek puede presentarse como un trastorno subclínico con inmunosupresión severa; como un cuadro linfoproliferativo con tumores en diversos órganos, la piel y el iris o como un cuadro nervioso caracterizado por parálisis de alas y patas. Epidemiológicamente la Enfermedad de Marek es de distribución mundial y es enzoótica en la mayoría de las regiones productoras de aves. El cuadro subclínico e inmunodepresor se caracteriza por atrofia severa del timo y de la bolsa de Fabricio (Figura 18); el cuadro linfoproliferativo cursa con linfomas en diferentes órganos (Figura 19) mientras que el cuadro nervioso se caracteriza por parálisis (Figura 20).

A pesar de la gran capacidad del virus de Marek de producir inmunosupresión, el diagnóstico de un cuadro de inmunosupresión producido por el virus de Marek suele ser muy complicado, dada la naturaleza ubicua de los virus de la Enfermedad de Gumboro y de la Anemia Infecciosa Aviar y al hecho que en el campo se presentan constantemente interacciones entre los tres virus. Cuando el virus de la enfermedad de Marek desempeña un papel importante en el grado de inmunosupresión de una parvada, es esperable que además de los problemas de inmunosupresión también se incremente la frecuencia de los otros síndromes y lesiones asociados al virus de Marek, como la aparición de lesiones cutáneas, tumores en órganos o trastornos nerviosos. Estas lesiones pueden ser identificadas por histopatología (Figura 21). Existen también disponibles pruebas de Biología Molecular para la detección del virus de Marek.

D) LEUCOSIS AVIAR Y RETICULOENDOTELIOSIS.

La Leucosis Aviar de los pollos y la Reticuloendoteliosis de los pollos, pavos y otras especies de aves son enfermedades tumorales causadas por Retrovirus. Estas infecciones son causa de tumores, reducción en la productividad e inmunosupresión en las parvadas afectadas. Los Retro virus son de transmisión vertical y su presentación está asociada a la contaminación de ciertas líneas genéticas. Los Retrovirus tienen tropismo por diversos tipos de linfocitos, causan infección lítica de linfocitos, linfocitopenia y atrofia de bolsa de Fabricio y timo, con inmunosupresión generalizada. En la década de los noventas del siglo 20 se observó una diseminación masiva del Virus J de Leucosis Aviar causando Leucosis Mieloide en una gran cantidad de estirpes de aves pesadas (Figura 22). Se ha demostrado la interacción de un virus de Reticuloendoteliosis con un virus sincitial para producir Síndrome de Enanismo y atrofia bursal en pollos de engorda.

Epidemiológicamente las infecciones por Retrovirus son de distribución mundial con presentación esporádica, asociada a la contaminación de líneas genéticas de aves. El diagnóstico suele confirmarse por histopatología y por pruebas de Biología Molecular.

Figura 18. Atrofia de bolsa de Fabricio producida por la Enfermedad de Marek.

Figura 19. Linfomas en hígado y bolsa de Fabricio producidos por la Enfermedad de Marek

Figura 20. Parálisis de patas producida por la Enfermedad de Marek.

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E) INFECCIONES POR ADENOVIRUS AVIAR.

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Figura 21. Infiltración linfoide intraneural producida por la Enfermedad de Marek.

El papel de los Adenovirus Aviares del pollo como agentes primarios de enfermedad en pollos ha sido cuestionado, sin embargo existen cepas de Adenovirus Aviar que son capaces de provocar Hepatitis con Cuerpos de Inclusión en ausencia de un estado de inmunosupresión causado por los virus de la Enfermedad de Gumboro o de la Anemia Infecciosa Aviar. Estas cepas pertenecientes a los Serotipos 1, 4 y 8 tienen un tropismo severo sobre el tejido linfoide y causan atrofia de timo, bolsa de Fabricio y bazo, con una disminución en las respuestas de inmunidad humoral e inmunidad celular.

Los Adenovirus se pueden transmitir tanto por vía horizontal como por vía vertical y el cuadro clínico resultante es variable. Las cepas con elevada actividad inmunosupresora afectan sobre todo a aves muy jóvenes y la transmisión vertical de la infección juega un papel muy importante. Los signos y las lesiones están relacionados con su actividad inmunosupresora y además producen cuadros específicos, como el de la Hepatitis con Cuerpos de Inclusión (Figura 23). Los Adenovirus Aviares pueden ser diagnosticados por histopatología (HCI) y por serología, sin embargo la ubicuidad de los virus hace difícil la interpretación de los resultados de laboratorio. En ocasiones es difícil explicar si las manifestaciones de las infecciones por Adenovirus con consecuencia de un estado previo de inmunosupresión o bien si los propios Adenovirus son los responsables del estado de inmunosupresión de la parvada. Las interacciones de los adenovirus con los virus de la Enfermedad de Gumboro y de Anemia Infecciosa Aviar son muy frecuentes bajo las condiciones de producción comercial de las aves domésticas.

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Figura 22. Tumor de mielocitos en timo causado por el Virus J de Leucosis Aviar.

F) VIRUS INTESTINALES.

Se han reportado en los pollos síndromes de enteritis viral en pollos y pavos, como el Síndrome de Enanismo y Retraso (Figura 24), la enteritis viral y el Síndrome de mortalidad, en lo que se han aislado cepas de Reovirus, Enterovirus, Astrovirus, Rotavirus y Parvovirus. La mayoría de estas cepas tienen tropismo por las células intestinales y por los linfocitos del timo y de la bolsa de Fabricio. Su papel como patógenos primarios no está del todo dilucidado y los cuadros usualmente cursan con inmunosupresión y depleción linfoide en los órganos linfoides. Estos virus pueden tener transmisión horizontal o vertical. En los casos de campo generalmente se detectan evidencias de actividad de agentes con capacidad inmunosupresora comprobada, como las micotoxinas y los virus de Enfermedad de Gumboro, Anemia Infecciosa Aviar y/o Enfermedad de Marek, lo que hace difícil la interpretación de los resultados de laboratorio, pues también se han detectado estos virus intestinales en parvadas sin evidencias de enfermedad.


G) VIRUS RESPIRATORIOS.

La mayoría de los virus respiratorios, como los de la Enfermedad de Newcastle, Pneumovirus Aviar (Figura 25), Influenza Aviar o Bronquitis Infecciosa, tanto las cepas de campo como las cepas vacunales vivas, tienden a replicarse en el tejido linfoide local del tracto respiratorio y en algunos casos de órganos distantes, causando linfopenia transitoria. En sentido estricto, son virus con cierta actividad inmunosupresora. Adicionalmente, los virus respiratorios se replican en la mucosa del árbol traqueobronquial causando lesiones en las células epiteliales e interfiriendo con el sistema mucociliar, por lo que la inmunidad innata también se ve afectada y esto explica la elevada incidencia de infecciones bacterianas secundarias, como las causadas por Escherichia coli, Ornithobacterium avium o Bordetella av
um.

Figura 23. Hepatitis con Cuerpos de Inclusión producida por Adenovirus Tipo 4.

Figura 24. Síndrome de Enanismo y Retraso asociado a la presencia de Reovirus.

Figura 25. Infección por Pneumovirus Aviar, la replicación viral altera los mecanismos de inmunidad innata del aparato respiratorio superior.

Diagnóstico diferencial de las enfermedades inmunosupresoras enfermedades inmunosupresoras aves 13 Diagnóstico diferencial de las enfermedades inmunosupresoras enfermedades inmunosupresoras aves 14 Diagnóstico diferencial de las enfermedades inmunosupresoras enfermedades inmunosupresoras aves 15

Diagnóstico Diferencial y Diagnostico Complementario de las Enfermedades Inmunosupresoras.

Muchos de los trastornos que se observan en las parvadas con inmunosupresión pueden ser el resultado de insultos múltiples y no necesariamente son debidos a una sola causa.

Para el diagnóstico de las causas de la inmunosupresión se requiere de un análisis integral que considere las características clínicas de las aves afectadas, las condiciones medioambientales de la crianza y los procedimientos de manejo que han sido utilizados en las aves, incluyendo los calendarios de vacunación y las medidas terapéuticas utilizadas.
Es necesario el establecimiento de un programa de análisis rutinario y preestablecido para determinar la cali- dad, la cantidad y la inocuidad de los ingredientes utiliza- dos en la fabricación de los alimentos, se deben estable- cer los parámetros de calidad para cada ingrediente. Así mismo es necesario que las formulaciones sean revisadas constantemente para determinar si éstas cumplen con las necesidades nutricionales de las aves.
Los análisis para la detección de micotoxinas deben ser realizados de manera rutinaria y se deben establecer los niveles máximos tolerables para cada micotoxina, particularmente para Aflatoxinas Totales, Ocratoxina A y Toxina T-2.

El diagnóstico de las enfermedades infecciosas que causan inmunosupresión requiere de análisis de laboratorio específicos de serología, aislamiento viral, biología molecular e histopatología que son particulares para cada agente que se desea detectar.

El Diagnóstico Integral de las causas de la inmunosupresión en la parvada deberá obtenerse después de un análisis detallado de los resultados de los estudios realizados.

En el Cuadro 1 se observan las causas más importantes de la inmunosupresión, sus características epidemiológicas más relevantes y los análisis de laboratorio requeridos para confirmar su presencia en una parvada afectada.

Cuadro 1. Diagnóstico Diferencial y Diagnóstico Complementario de las causas de inmunosupresión en las aves domésticas.

CAUSA Manejo
y medio ambiente
Epidemiología Histopatología Toxicología Serología Aislamiento viral Biología Molecular
Estrés Neonatal +++ 1a semana, asociado al nacimiento (- ) (- ) (- ) (- ) ( -)
Estrés Reproductivo +++ Entre el Inicio y el Pico de Postura (- ) (- ) (- ) (- ) ( -)
Micotoxicosis ++ Variable, Alimento, Estacional ++ +++ (- ) (- ) ( -)
Causas Nutricionales ++ Variable, Alimento, Estacional ++ (- ) (- ) (- ) ( -)
Enf. de Gumboro ++ Ac Maternos, Vacunación +++ (- ) +++ ++ +++
Anemia Infecciosa ++ Vertical,
Ac maternos +++ ( -) +++ ++ +++
Enfermedad de Marek ++ Vacunación +++ (- ) (- ) (- ) +++

 

Referencias bibliográficas:

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Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno

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