Redacción BM Editores.
Gracias al desecho de las gallinas, los desiertos de Chincha Alta, Perú, pasaron de ser zonas áridas a verdes con buenos resultados, afirmó Vasco Masías Malagá, fundador del Grupo Alimenta.
“Con el desecho de estas aves los terrenos pasaron de áridos a verdes y no creían la conversión de la agricultura en el desierto, nos creían locos y que había que hacer agricultura en un lugar en donde el suelo sea bueno y hoy se obtiene producción récord de mandarinas por hectárea”, detalló.
Masías Malagá indicó que todo fue gracias a 6 millones de gallinas, pensadas originalmente para poner huevos, pero sus desechos, también se comenzaron a usar; estos se mezclan con carbón vegetal casero, producido a partir de restos de su comida para convertirlo en pellets, que son el abono de estas tierras.
Esto no es nuevo, es la forma cómo funciona la naturaleza; estos árboles de mandarina abarcan un área de 30 km2, con la ayuda de las gallinas, están creciendo en donde ningún árbol frutal había crecido antes.
Masías Malagá cuenta con una experiencia de 25 en la industria alimentaria, biotecnológica y agroindustrial; fundador de la primera empresa de elaboración de ovoproductos del Perú en 1997 y presidente del Grupo Alimenta, que agrupa empresas de innovación en la industria alimentaria.
