La presencia del bucerro como enriquecimiento social en búfalas lecheras durante el ordeño

Daniel Mota-Rojas
Fabio Napolitano2†
Adriana Domínguez-Oliva
Agustín Orihuela

INTRODUCCIÓN

En sistemas lecheros bufalinos, la presencia del bucerro se emplea como parte del manejo de los animales para promover la eyección y producción láctea (Prakash et al., 2005). Esto se debe a que los búfalos de agua son especies gregarias con un alto instinto maternal (incluso mayor que el del bovino Bos taurus) (Mora-Medina et al., 2018; Murphey et al., 1995, 1991; Pérez-Barbería and Walker, 2018) que responden de manera favorable a la interacción con la cría debido a los estímulos táctiles, olfatorios, visuales y auditivos que emanan de los bucerros (Napolitano et al., 2022; Olazábal et al., 2013).

Esta estimulación genera respuestas fisiológicas como un aumento en la liberación de prolactina y oxitocina (hormonas encargadas de la producción y eyección de la leche), lo que además se asocia a un estado mental positivo en las búfalas en respuesta a la presencia del bucerro (Love, 2014; Mora-Medina et al., 2018; Mota-Rojas et al., 2022; Orihuela et al., 2021). En el caso de vacas lecheras, entre los beneficios que se han reportado en sistemas que permiten el amamantamiento de la cría, Krohn (2001) menciona que las lactancias extendidas pueden estimular la producción de leche durante la lactancia temprana, disminuir el riesgo de mastitis (Krohn, 2001). No obstante, el permitir que los becerros permanezcan con la madre (amamantándose) durante el ordeño o en sistemas donde se les permite el contacto todo el día o dos veces al día, se ha relacionado a una baja eyección láctea y una menor cantidad de grasas en leche (Barth, 2020; Krohn, 2001).

En el caso de los búfalos de agua, la literatura es limitada, pero ha mostrado que la presencia del bucerro durante el ordeño acelera el tiempo para eyección láctea y aumenta la producción de leche diaria (Singh et al., 2017). El presente artículo discutirá el efecto de la presencia del bucerro en búfalas de agua durante el ordeño. Analizará las ventajas y desventajas, haciendo comparaciones con el bovino convencional (Bos taurus) para establecer los beneficios sobre la eyección y producción láctea, así como en la calidad de la leche bufalina.

EFECTO DEL BUCERRO COMO ESTÍMULO EN LA EYECCIÓN LÁCTEA

El ordeño está constituido de tres fases: la pre-estimulación, la estimulación durante el ordeño y la post-estimulación (Eriksson, 2013). Durante la pre-estimulación, la presencia del bucerro cerca de la hembra genera una cascada endocrina que culmina con la liberación de oxitocina, favoreciendo la producción láctea (Figura 1) (Napolitano et al., 2022). Esta señalización comienza con la estimulación de los mecanorreceptores ubicados en la ubre de las búfalas para posteriormente viajar por la médula espinal hasta el hipotálamo, en donde estimula a las neuronas oxitocinérgicas del núcleo paraventricular y supraóptico (Cosenza et al., 2007).

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Figura 1. Presencia del bucerro durante el ordeño manual. A. En esta imagen se observa el ordeño con presencia del bucerro, en donde la cría puede consumir leche antes, durante o después del ordeño para promover la eyección láctea. B. En esta técnica, aunque el bucerro no está amamantándose de la hembra, los estímulos auditivos, olfatorios, visuales y táctiles provenientes de la cría sirven como un tipo de enriquecimiento social para la hembra.

De igual forma, los estímulos sensoriales de tipo auditivo, visual u olfativo actúan como estímulo para la liberación de oxitocina (Coria-Avila et al., 2022; Davidson and Stabenfeldt, 2020; Poindron et al., 2007). La influencia de la presencia de la cría durante el ordeño ha sido estudiado en vacas Holstein por Pollock y Hurnik (1978). En este estudio, las vacas fueron expuestas a audios con vocalizaciones de la cría reproducidas durante ordeño, con una duración de 90 a 120 segundos. Los resultados indicaron que, en comparación con un grupo control sin enriquecimiento auditivo, la producción de leche incrementó significativamente con la estimulación auditiva (79.7 vs. 81.1 kg) durante los primeros 2 minutos de ordeño.

El efecto que las vocalizaciones y llamados de la cría pueden tener sobre el comportamiento materno se asocia a un incremento en los niveles de oxitocina, sugiriendo que las llamadas de los becerros son un estímulo positivo para las hembras (Pollock and Hurnik, 1978). La liberación de esta hormona facilita la retirada de leche mediante la contracción de las células mioepiteliales localizadas alrededor de los alveolos y los conductos (Davidson and Stabenfeldt, 2020; Olmos-Hernández et al., 2020). No obstante, en el caso de los búfalos de agua, éstos muestran mayor sensibilidad a estímulos ambientales antes y después al ordeño, lo cual puede generar una inestabilidad en los niveles de oxitocina circulante y provocar eyecciones interrumpidas de leche (Costa et al., 2020).

Así mismo, a diferencia del bovino convencional, la longitud de los pezones, el diámetro de la cisterna y el espesor de la pared del pezón de las búfalas de agua difiere (Bertoni et al., 2022, 2020; Mota-Rojas et al., 2020), generando que el 95% de la leche se almacene en el compartimento alveolar. Por ello, la pre-estimulación es una práctica esencial en las granjas lecheras bufalinas para promover un correcto ordeño (Costa et al., 2020; Singh et al., 2017). Esto ha sido descrito por Singh (2017) en búfalas de la raza Murrah expuestas a diferentes tipos de estímulos: un maniquí que simulaba la presencia de un bucerro, audios con vocalizaciones de la cría, estímulos olfativos con orina y membranas placentarias, hembras con un bucerro real, y el masaje a la ubre. Los resultados se muestran en la gráfica de la Figura 2, donde se puede observar que las búfalas con la presencia de un bucerro real y aquellas a quienes se les expuso a un maniquí mejoraron el tiempo de bajada de leche en 0.17 minutos, en comparación con las búfalas que recibieron masajes a la ubre como estimulación.

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Figura 2. Promedio del tiempo de bajada de leche, producción diaria de leche y tasa de eyección láctea en búfalas Murrah con presencia del becerro, simulador, y masaje de la ubre en búfalas con crías destetadas. Se observan las diferencias entre los diferentes tratamientos de las búfalas de agua. El tiempo de bajada de leche fue mayor en las hembras con un maniquí para similar al bucerro, seguido del masaje de ubre y de las hembras con bucerros reales (2.4 min, 2.04 min y 1.87 min, respectivamente). Asimismo, la producción láctea fue mayor en el grupo con bucerros reales (9.11 kg) que en aquellos recibiendo masajes (6.74 kg). Finalmente la tasa de eyección láctea fue mayor (1.058 kg/min) en hembras con bucerros, en comparación con los otros grupos (Singh et al., 2017).

Así mismo, la producción diaria de leche fue mayor en las búfalas con el bucerro (9.11 kg), en comparación con las del maniquí (8.29 kg) o las del masaje de ubre (6.74 kg). Si bien la liberación de oxitocina puede ocurrir a causa de cualquier estímulo en la sala de ordeño (Davidson and Stabenfeldt, 2020), la presencia de la cría ejerce diferencias significativas sobre la liberación de ésta y otras hormonas durante el ordeño. Negrão y Marnet (2002) indicaron que, en vacas Gyr x Holstein, la presencia del becerro durante el ordeño redujo el tiempo de eyección láctea (de 5 min a 2 min). En el mismo estudio, el análisis de niveles de prolactina y de la hormona de crecimiento fueron significativamente mayores en vacas con el estímulo del becerro (Negrão and Marnet, 2002), lo cual sugiere que la estimulación ejercida por la cría tiene efectos positivos sobre la producción de leche a causa de la liberación simultánea de oxitocina, prolactina y la hormona de crecimiento (Negrão and Marnet, 2002).

EL CONTACTO MADRE-CRÍA Y SU EFECTO SOBRE LA PRODUCCIÓN LÁCTEA BUFALINA

El destete tradicional es una práctica controversial porque frecuentemente se asocia a estrés tanto para la madre como para la cría. Además, el destete implica cambios en el ambiente, la dieta y la capacidad inmune de los animales, haciéndolos susceptibles a enfermedades y a un descenso en el rendimiento (Hassan et al., 2019). Por ello, algunos sistemas lecheros, sobre todo aquellos destinados a búfalos de agua, han optado por alargar los periodos de lactancia de los bucerros y promover la ordeña con la presencia del bucerro (Prakash et al., 2005). No obstante, otros autores reportan que estas prácticas disminuyen la producción láctea, aunque incrementen la ganancia de peso diario en los bucerros. En este sentido, un estudio realizado por Kumar et al. (2017) en búfalas Murrah comparó el efecto que el amamantamiento antes y después del ordeño, así como el del destete inmediatamente al nacimiento, tiene sobre el desempeño de la cría y la madre.

Los resultados mostraron efectos positivos en la cría con el amamantamiento durante la ordeña, logrando mayor peso corporal a los 90 días de edad (122.77 ± 2.63 vs. 113.12 ± 2.81 kg). De igual manera, se registró una producción láctea mayor en las hembras a las que se les permitió amamantar (1798.48 ± 0.12 kg) que aquellas en el grupo de destetados al nacimiento (1272.94 ± 0.17 kg). Esto sugiere que el permitir el amamantamiento podría generar una mayor producción de leche y mejorar la ganancia de peso del ternero al destete, posiblemente por una mayor eficiencia en la bajada de leche a causa de una mayor secreción de oxitocina (Kumar et al., 2017).

Estos resul tados concuerdan con los hallazgos obtenidos por Cozma et al. (2017), quienes evaluaron el efecto de la presencia o ausencia de terneros durante el ordeño de vacas Salers. Los resultados mostraron que la presencia del ternero durante el ordeño no tuvo influencia significativa sobre la lipólisis y cantidad de lipoproteína (p<0.01). Sin embargo, la producción total de leche fue 43% mayor cuando el becerro se encontraba con la madre durante la ordeña (13.1 vs. 7.5 l/ día). De manera similar, Negrão y Marnet (2002) determinaron que la presencia del becerro como estímulo durante la ordeña de vacas aumentó la producción de leche con un total de 18.43 ± 1.22 l/día, en comparación con las hembras sin dicho estímulo (15.10 ± 0.40 l/día).

Este efecto probablemente se deba a un mayor reflejo de eyección de leche mediado por oxitocina, iniciado por la presencia de crías a través de la estimulación nerviosa de la ubre permitiendo un mejor vaciado de la glándula mamaria (Cozma et al., 2017; Negrão and Marnet, 2002). El efecto del contacto entre la hembra y su cría sobre la producción láctea también fue evaluado por Barth (2020) al exponer a vacas Holstein y German Red Pied a cuatro tratamientos: el acceso de 24 horas al área en el que se encontraban las madres; becerros con ordeña restringida a los que se les permitía el contacto durante el ordeño; 15 min de contacto con la madre antes del ordeño; contacto nulo con la cría. Los resultados de este estudio se muestran en la Figura 3.

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Figura 3. Rendimiento lácteo en vacas Holstein y German Red Pied bajo diferentes tiempos de contacto con la cría durante el postparto. Se observan las diferencias en el grupo control, el cual registró una producción láctea de 28.7 l antes de los 100 días de lactancia (20.5 l más que el grupo que tuvo contacto con los becerros antes del ordeño). No obstante, para el día 100 al 200 de lactancia, el grupo control disminuyó la producción de leche, manteniéndose 7 l por debajo del grupo con acceso a los becerros (Barth, 2020).

En contraste a lo previamente reportado, el grupo control (sin contacto con la cría) tuvo una producción láctea mayor a la de los otros grupos, siendo más evidente en comparación con hembras con acceso de 24 horas a la cría (28.7 vs. 12.6 litros). No obstante, al observar la producción de leche del día 100 al 200 después del parto, la cantidad de leche registrada en el grupo que mantuvo a las crías durante el ordeño fue 1.4 litros mayor que en grupo control a los 100 días, y de 4.2 l mayor a los 200 días. Similar a esto, en vacas Brahman y Holstein se ha determinado que la presencia de becerros durante el ordeño aumentó la cantidad de leche producida (13.3 kg/día), en comparación con las hembras quienes no tuvieron contacto con el becerro durante el ordeño (11.8 kg/día) (Combellas et al., 2003). Esta información se esquematiza en la Figura 4.

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Figura 4. Producción láctea en vacas Holstein y Brahaman con la ausencia del becerro, succión antes del ordeño, presencia del becerro y presencia del becerro más succión (Combellas et al., 2003).

Debido a la discrepancia que se observa en los resultados, en donde la presencia y amamantamiento de la cría es una ventaja o desventaja para la producción láctea, otros autores han propuesto alternativas como la separación de la madre y la cría mediante el uso de una cerca. Este tipo de método permite que los estímulos sensoriales del bucerro estén presentes para la hembra, pero previene el amamantamiento. Sus ventajas han sido reportadas por Hassan et al. (2019), quien encontró que el uso de una cerca aumentó la producción láctea, en comparación con la interacción tradicional de la madre-cría (5.2 vs. 4.7 kg) durante los 8 meses de lactancia. Esto podría ser una alternativa para promover el bienestar tanto de la hembra como de la cría al permitir su interacción, pero limitando el consumo de leche que podría repercutir en la producción final.

¿LA PRESENCIA DEL BUCERRO TIENE INFLUENCIA SOBRE LA COMPOSICIÓN LÁCTEA DE LA LECHE?

La leche de búfala se caracteriza por tener altos niveles de grasa, lactosa y proteínas (Boro et al., 2018; Garau et al., 2021; Rodríguez-González et al., 2022). Así como la cantidad de litros o kilogramos de leche puede verse influenciada por la presencia de la cría, se ha reportado que esto también puede (Cozma et al., 2017). En búfalos, este efecto ha sido evaluado por Hassan et al. (2019) al comparar el efecto de la presencia/ausencia de la cría durante la lactancia. Se realizó el análisis de composición láctea en un grupo de destete tradicional y en aquellos animales que fueron separados de la hembra mediante una cerca que permitía el contacto visual y auditivo. Los resultados indicaron que las búfalas que fueron separadas de la cría por una cerca tuvieron mayores porcentajes de nutrientes que las sometidas a un destete tradicional.

En este sentido, el porcentaje de lactosa (5.762 ± 0.05% vs. 4.538 ± 0.03%), sólidos totales (19.15± 0.33% vs. 18.27 ± 0.2%) y sólidos totales no grasos (10.21 ± 0.09% vs. 9.61 ± 0.06%) fue mayor. En contraste, no se encontraron diferencias significativas en el porcentaje de grasa, aunque el grupo con cerca registró valores mayores (8.93 ± 0.32% vs. 8.65 ± 0.20%). Esto podría sugerir que realizar el destete con cerca disminuye el estrés y mejora la producción láctea (Hassan et al., 2019). Por otro lado, Kaskous (2006) comparó dos grupos de vacas primíparas Syrian Shami, uno con presencia del becerro en ordeño y otro con ordeño con amamantamiento restringido al final del ordeño (PC).

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Figura 5. Comparación del contenido de grasa, proteína y lactosa durante el ordeño de vacas Syrian Shami con presencia del becerro vs. amamantamiento restringido a los 91 días postparto [postpartum]. A. Contenido de grasa. Se muestra una diferencia de 8.1 g/l entre los grupos, donde las vacas con ordeño sin becerro obtuvieron los valores más altos (42 g/l vs. 33.9 g/l). B. Proteína. Muestra una diferencia de 0.4 g/l en la composición proteica entre los grupos, dentro de los cuales el grupo con la presencia de becerros resultó ser más alto (37.2 vs. 36.8 g/l). C. Lactosa. Muestra una diferencia de 3.4 g/l en la composición de lactosa entre ambos grupos (Kaskous et al., 2006).

Al evaluar el contenido de grasa a los 91 días post parto, se encontraron diferencias significativas entre los grupos (P<0.05), en donde el grupo con ordeño restringido tuvo 8.1 g/l de grasa más que el grupo con presencia del becerro (Figura 5). Esto podría deberse a la eliminación de la leche contenida en lo alveolos por parte de los becerros, considerando que esta fracción de leche es más rica en grasas que la contenida en la cisterna (Cozma et al., 2017). En contraste, en vacas Holstein y German Red Pied, el contenido de grasa no se vio afectado por el contacto con la cría, mientras que el contenido de proteína aumentó significativamente en las hembras con presencia del becerro (Barth, 2020).

CONCLUSIONES

La presencia del bucerro durante el ordeño se asocia a la secreción de oxitocina, la hormona más importante para la producción de leche. Estudios han mostrado que el permitir el contacto madre-cría durante la ordeña favorece la cantidad de leche producida, mejora los tiempos de eyección láctea, y aumenta los porcentajes de ciertos componentes como la lactosa, sólidos totales, sólidos totales no grasos y proteína. No obstante, también se han reportado efectos adversos sobre los kilogramos de producción láctea o el porcentaje de grasa cuando se permite la presencia y el amamantamiento de la cría antes, durante o después de la ordeña.

Una manera de prevenir o aminorar los resultados contradictorios que se han reportado en el presente artículo es mediante el destete de las crías usando cercas. De esta manera, la cría puede permanecer cerca de la madre, quien sigue recibiendo la estimulación sensorial necesaria para la eyección láctea, mientras se previene el consumo de leche y la alteración a la composición de la misma. Estudios adicionales se requieren realizar en búfalas de distintas razas, con distintos números de paridad y expuestas a diferentes métodos de destete donde la presencia del bucerro signifique un estímulo que favorezca el bienestar físico y mental de la hembra, y que al mismo tiempo favorezca el rendimiento productivo de la búfala lechera.

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BIBLIOGRAFÍA

• Para mayores detalles de éste y otros temas consulte de manera gratuita los 40 capítulos y más de 1600 páginas de la cuarta edición del libro “El búfalo de agua en las Américas: comportamiento y productividad”. Napolitano et al., (2022).

• https://www.researchgate.net/profile/Fabio-Napolitano-2

Artículo publicado en “Entorno Ganadero Diciembre Enero 2024

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