Álvaro Lagüera
Alfonso del Río
Damián Canales
Igor Ajuriaguerra
Luis Dubarbie
Manuel Pérez
Manuel Sainz de Aja.
VETERINARIOS ASOCIADOS SC
www.veterinariosasociados.es
Para tener producción de leche tiene que haber reproducción, es condición básica para que una vaca produzca leche, que se produzca el parto. Partiendo de esta premisa, observamos la importancia que representa el control reproductivo en las granjas de leche, siendo el pilar básico sobre el que se asienta la eficiencia productiva de los rebaños. La eficiencia reproductiva es un factor de los que mayor incidencia representan sobre los beneficios de la cuenta de explotación ¿En estos tiempos podríamos pensar que un Banco no tuviese una contabilidad?, pues lo mismo ocurre con una explotación ganadera sin un control reproductivo.
Un fallo en la reproducción nos va a generar menos lactaciones en el año, que conlleva menos leche producida, menos partos con menos terneras, menor reposición y compra de novillas.
Hay muchas definiciones sobre el control reproductivo pero básicamente se considera como el “conjunto de actuaciones y estrategias que se realizan para conseguir el mayor número de partos dentro del año”.
No debemos confundir el control reproductivo con mirar de preñez, ya que el diagnóstico de gestación es una parte del control reproductivo y solo representa la lectura de un estado de la vaca en un momento determinado. El control reproductivo además del diagnóstico de gestación conlleva el estudio y seguimiento de todos los parámetros reproductivos (fertilidad, tasa de preñez, días abiertos, abortos, fertilidad al 1º servicio, días en leche, previsiones…), así como la observación de la involución uterina, estado de los ovarios, diagnóstico de metritis y endometritis…
El principal objetivo del control reproductivo es conseguir el mayor número de partos, a diferencia del pensar general que es de mejorar la fertilidad. La fertilidad es un dato más y solo representa el número de inseminaciones que vamos a realizar por vaca y así puede haber explotaciones con buena fertilidad y poca eficiencia reproductiva con pocos partos en el año y los días en leche altos.
La fertilidad si mejora supone que vamos a realizar menos inseminaciones por vaca y así, si logramos conseguir bajar una inseminación por vaca podemos ahorrar alrededor de 20 € (bajar de 3 a 2 inseminaciones supone mejorar más de 15 puntos % la fertilidad – difícil-) y sin embargo bajar los días abiertos en 20 días, puede suponer del orden de 70-80 € por vaca. La diferencia está en que el costo de la inseminación o la dosis de semen es palpable y lo que perdemos de ingresar por el aumento de los días abiertos no lo vemos, es como si tuviéramos un ladrón oculto que nos merma los ingresos.
Curva lactación de una explotación lechera:
A modo de ejemplo, la gráfica representa una lactación media de una granja con una producción media de alrededor de 9000 litros/vaca.
Si nuestro rebaño se encuentra en 180 días en leche (DEL)(flecha roja), tendrá una producción media de 33 L/vaca/día, sin embargo si las vacas están en la flecha verde que es más de 210 DEL, su producción no supera los 30 L/vaca/día y sin embargo tenemos los mismos costos, pero una merma importante de la producción y de los ingresos. Aproximadamente se produce una pérdida de producción entre 50 a 90 g de leche por DEL añadido, siendo mayor la pérdida cuanto más nos alejamos hacia la cola de lactación.
En Cantabria, contamos con una población de vacas de leche por encima de las 60.000 reses y tenemos una producción anual de leche alrededor de las 430.000 Tm, esto nos lleva a una producción media de unos 7000 litros/vaca/año. Sin embargo la mayor parte de los productores creen que sus datos son muy superiores a esas producciones en base a las lactaciones del control que tienen, pero el dato más real es la producción total del año dividido entre el total de vacas. La diferencia radica en que no hay tantas lactaciones cerradas en el año como vacas tenemos y estamos manteniendo vacas en cola de lactación o con periodos de secado muy alargados con el costo económico que ello supone.
En nuestra Región una asignatura pendiente sigue siendo el control reproductivo, y nos manejamos en un entorno del 30-35% de explotaciones que hacen control reproductivo de forma reglada con la monitorización de los datos de la explotación, muy por debajo de los datos de las comunidades vecinas, lo que nos hace ser menos competitivos.
En las explotaciones de leche es imprescindible la toma de los datos de reproducción para poder monitorizarlos, y a partir de aquí saber el estado real del rebaño, y tomar las decisiones que se puedan aplicar en base a datos fiables – reales y no depender de un estado de ánimo totalmente subjetivo de lo ocurrido en la última semana.
Un dato importante en el control reproductivo es la tasa de preñez que es el resultado de la tasa de detección de celos por la tasa de fertilidad, aquí en la tasa de fertilidad intervienen muchos factores y es difícil mejorarla en un corto plazo, sin embargo, en la tasa de detección de celos sí podemos actuar a corto plazo, logrando un mayor número de inseminaciones en un periodo de tiempo, lo que nos va a dar un mayor número de vacas preñadas.
CONCLUSIONES:
• Para tener una buena producción de leche debemos tener una reproducción saludable y eficiente.
• El control reproductivo debe ser una de las prioridades de las actuaciones en las explotaciones de vacuno de leche.
• El objetivo del control reproductivo es conseguir el mayor número de partos dentro del año.
• El diagnóstico de preñez no es lo mismo que el control reproductivo.
• En el horizonte que se presenta, debemos ser más competitivos y eficientes con nuestras ganaderías y la reproducción es el motor para la producción de leche.
• Para la toma de decisiones, debemos tener datos reales, fiables y objetivos.
Artículo publicado en Entorno Ganadero