Herrera Reyes Norma Andrea
Depto. de Medicina y Zootecnia de Cerdos. FMVZ-UNAM.
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Martínez Gamba Roberto
Depto. de Medicina y Zootecnia de Cerdos.
FMVZ-UNAM.
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Muñoz Sánchez Luis Leopoldo
Depto. de Medicina y Zootecnia de Cerdos. FMVZ-UNAM.
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Ramírez Hernández Gerardo
Depto. de Medicina y Zootecnia de Cerdos. FMVZ-UNAM.
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Introducción
Probablemente una de las primeras intervenciones que el hombre realizó con los animales, fue la ayuda que les proporcionó en el momento del parto, siendo éste uno de los eventos de mayor cuidado en la porcicultura, mismo que debe ser monitoreado por personal capacitado para evitar una complicación que comprometa la vida de la hembra y sus lechones (Herpin et al., 1996).
El término parto se define como el proceso fisiológico por el cual el útero expulsa los fetos y la placenta (Galina et al., 2008). El parto se considera fisiológicamente normal o eutócico, sí culmina de manera espontánea y no está acompañado de complicaciones que puedan perjudicar la salud, viabilidad y producción subsecuente de la madre y del producto (Ávila, 2007). Por lo tanto, para reconocer una distocia y así intervenir lo más eficientemente posible, es indispensable conocer lo que se determina como un proceso normal del parto.
La gestación de la cerda tiene una duración de 114 +/- 4 días, iniciando el parto generalmente en un horario vespertino (Jensen, 1986). La duración es variable, en las cerdas primerizas puede durar una hora, mientras que en las cerdas de mayor edad puede tardar entre dos y cuatro horas aproximadamente; eso varía de acuerdo con el tamaño de la camada y por ende del tamaño de los lechones o sea con camadas más numerosas el parto dura más, o bien con lechones muy grandes (pocos lechones) el parto también dura mayor tiempo (Bjorkman et al., 2017). Sin embargo, si la cerda es sujeta a un estrés puede prolongarse, debido a un incremento en los niveles de cortisol que inducen una inhibición en la secreción de oxitocina (Lawrence et al., 1994).
DISTOCIA.
El término distocia proviene del griego δυστοκια (dystokía), que significa parto laborioso o difícil (Real Academia Española, 2014).
Arthur et al. (1989) determinaron que las principales causas de distocia son la inercia uterina (37%), presentación posterior (14.5%), obstrucción del canal de parto (13%), presentación simultánea de dos fetos (10%), desviación descendente del útero (9%) y fetos de tamaño grande (4%), entre otras (12.5%) (Figura 1).
Las causas de distocia se pueden dividir en causas de origen materno y fetal, dando como dato extra que Mota et al. (1997) determinaron que aproximadamente tres de cada 100 cerdas presentan distocia de origen materno.
Una distocia predispone a la presentación de dolor e hinchazón de la vulva y canal vaginal, disminución de fertilidad materna, incremento del índice de infecciones puerperales debido a intervenciones manuales y aumento de probabilidad de mortalidad perinatal y materna (Spicer et al., 1990; Madec et al., 1992; Mota et al., 2003, Pandolfi et al., 2017). Es por esto que en las granjas porcinas el cuidado y atención al parto, así como un diagnóstico y solución oportuna en la presentación de una distocia es vital, por lo que la capacitación del personal encargado para que realice una intervención obstétrica adecuada es necesaria.
INTERVENCIÓN OBSTÉTRICA.
Hans et al. (2001) determinaron que la intervención obstétrica está indicada:
- Cuando la gestación ha excedido los 118 días.
- Cuando han transcurrido 30-45 minutos desde el nacimiento del último lechón.
- Si han pasado 24 horas desde los primeros signos de parto y no ha sido expulsado ningún lechón.
- Cuando la cerda no es capaz de parir a pesar de presentar contracciones uterinas.
- Salida de meconio de la vulva, aun cuando la cerda no ha pujado.
- Descarga vulvar maloliente y de color obscuro.
Antes de realizar el manejo obstétrico, se debe lavar la vulva de la cerda con agua, posteriormente aplicar un antiséptico y secar con un paño limpio. Las manos y el brazo de la persona que realizará el manejo deberá lavarse a conciencia y las uñas deben estar cortas; se deberá usar un guante obstétrico de plástico para reducir el riesgo de contaminación y también para proteger a la persona que realizará el manejo de una posible transmisión de enfermedades. Antes de introducir el brazo en la vagina de la cerda se aplicará un lubricante o en su defecto si no se cuenta con éste, usar agua potable.
Durante la inserción, los dedos se mantendrán juntos (en forma de cono), progresando a través del cérvix hacia el útero, posterior a esto se irán extrayendo a los lechones uno por uno, ocasionalmente suele haber un lechón justo después del cérvix. Si se encuentra en presentación anterior, se colocará la mano sobre su cabeza, situando los dedos índice y medio tras las orejas y el pulgar bajo la mandíbula (Figura 2). Si la presentación es posterior, se sujetarán ambas extremidades traseras, la izquierda entre el dedo índice y medio, la derecha entre el medio y el anular. Si es posible sujetar así al lechón, por lo general se extrae fácilmente fuera del canal del parto.
La mayoría pueden extraerse manualmente, pero en ocasiones el lechón que se encuentra en el canal es muy grande, por lo cual se podría requerir de instrumentos obstétricos, pero debido al elevado riesgo de dañar tanto al feto como la zona interna de la vagina, está contraindicado el uso de ganchos obstétricos o fórceps (Hermann y Schuh, 2005).
Actualmente está disponible un lazo obstétrico para lechones que permite la sujeción del lechón dentro del canal de parto (Figura 3); pero esta técnica no es muy usada en el campo.
Una manipulación obstétrica excesiva o carente de un cuidado de la limpieza, puede desencadenar procesos inflamatorios e infecciosos que afectan el sistema reproductor que llegan a lesionar y contaminar el útero, y es cuando -por barrido- se transporta gran cantidad de agentes infecciosos desde la vagina al útero, haciéndolo susceptible a infecciones y en consecuencia afectando la productividad de la granja, al aumentar el porcentaje de repeticiones de celos, secreciones vaginales, abortos, fetos momificados, cerdas descartadas, el intervalo destete-concepción y disminuir del porcentaje de partos por cerda por año (Ramos, 2014). Además de que la intervención obstétrica se informa entre los factores no infecciosos que aumentan la ocurrencia de Síndrome de Disgalactia Posparto en cerdas (Bostedt et al., 1998).
CLASIFICACIÓN DE DISTOCIAS.
Las distocias se clasifican en factores de origen materno y fetal:
FACTORES DE ORIGEN MATERNO.
Condición corporal.
Tanto un déficit como un exceso de condición corporal se traduce en problemas y disminución de la capacidad reproductiva y productiva, y por lo tanto, en pérdidas económicas. Es de suma importancia tener especial atención a la condición corporal de la cerda (Figura 4), comenzando desde el momento en que se decide que se integrará al hato reproductor y nunca descuidándola en sus posteriores etapas productivas.
Close et al. (2004) determinaron que un alto nivel de alimentación durante la crianza o el período de estro resultaron en un aumento en la tasa de ovulación y la continuación de ese régimen de alimentación hasta la gestación resultó en una disminución en la supervivencia del embrión. Como consecuencia, hubo sólo un pequeño cambio en el número de embriones viables, y de ahí el tamaño final de la camada que se redujo considerablemente, obteniendo como consecuencia pocos lechones pero de gran peso, lo que predispone a una distocia.
Es bien conocido que reproductoras excesivamente gordas o en una condición de 5, especialmente a final de la gestación conllevan problemas alrededor del parto como un mayor número de nacidos muertos, y aparición de síndrome de Metritis, Mastitis, Agalactia (MMA) o Síndrome de Disgalactia Posparto (SDPP). Además, son estas mismas cerdas que llegan al final de la gestación con un exceso de grasa, las que posteriormente durante la fase de lactancia, tardan más en consumir la cantidad de alimento apropiada para tener una buena producción láctea y un buen desarrollo de sus lechones. Asimismo, padecen más problemas locomotores, que son al fin y al cabo, una de las principales causas de desecho (Dourmad et al., 2001).
Una cerda excesivamente delgada en gestación y maternidad, será altamente susceptible a lesiones traumáticas, debido a la escasez de grasa de cubrición, generando lesiones y un exceso de estrés en la cerda, que puede comprometer la gestación o el parto (Figuras 5, 6, 7).
Para lograr que la mayor parte de las cerdas lleguen al parto en condiciones corporales adecua- das, es necesario manejar con un especial cuidado la alimentación después de la inseminación y hacer los cambios de alimentación pertinentes a lo largo de la gestación (PIC Perú, 2013).
Detección de celo y momento óptimo de la monta.
La presencia de repeticiones y de camadas reducidas (que lleva a tener lechones de gran tamaño) puede indicar que no se está inseminando en el momento óptimo. El primer paso a seguir es revisar si se están detectando celos y si lo están haciendo de manera correcta. La cerda que demuestre reflejo positivo de monta o lordosis deberá ser inseminada con el siguiente esquema:
- Cerdas primerizas: Tres montas o inseminaciones, la primera a las 12 horas de detectado el celo y las otras dos con intervalo de 12 horas entre cada uno.
- Cerda multípara: Aplicar dos dosis o montas, la primera a las 24 horas de iniciado el celo y una segunda dosis o monta 12 horas después.
Cerda problema (aborto previo, cerda fallada, cerdas con más de 7 DDPS, poca manifestación del celo y repetidoras): Aplicar tres dosis, la primera al momento de detectado el celo y las otra dos dosis con intervalos de 12 horas entre una y otra.
La duración del estro aproximadamente es de 60 horas, pero existen variaciones entre las cerdas siendo más largo o más corto, la ovulación ocurre 30 a 40 horas después de la aparición del estro (Castellanos, 2017). El número de lechones nacidos dependerá del número de óvulos fertilizados, Trujillo et al. (2002) determinaron que la tasa de ovulación varía, no es exacta y puede ser afectada por:
- Genética.
- Heterosis.
- Consanguinidad.
- Edad a primer servicio.
- Peso a primer servicio.
- Número de parto.
- Peso al momento del servicio.
- Niveles nutricionales.
- Factores medioambientales.
- Uso de hormonas exógenas.
Mal uso de inductores del parto.
La inducción del parto en cerdas es utilizada para conocer el momento de la expulsión de los productos, lo que permite una mejor supervisión en un horario establecido, lo que resulta en una reducción en la tasa de mortalidad de lechones al nacimiento debido a una atención oportuna en caso de la presentación de complicaciones (Stephens et al., 1988). Las complicaciones en el parto dan lugar a anoxia en el feto que puede resultar en mala viabilidad, que conlleva posteriormente a su muerte o la presentación de mortinatos que predisponen a distocias.
La inducción del parto no debe ser de más de dos días antes de la fecha de parto, ya que el desarrollo pulmonar es casi exponencial en el feto porcino; a los 100 días de gestación, ningún feto ha desarrollado completamente sus pulmones, pero a los 113-117 días, los pulmones están completamente desarrollados (Zimmerman et al., 2012). Un error en la fecha de inducción puede resultar en un déficit importante en el desarrollo pulmonar del lechón o inclusive en la inducción de un aborto (Figura 8); por eso la importancia de cronometrar con precisión la fecha de inducción del parto, pero para lograrlo es indispensable contar con una fidedigna fecha de servicio de la cerda, he aquí la importancia de los registros.
Mal uso de aceleradores del parto.
Con el propósito de combatir la mortalidad intra- parto en problemas de distocia materno- fetal o la simple aceleración del parto en las piaras, se ha usado erróneamente el uso de oxitócicos. Estos últimos han solucionado parte del problema al acortar la duración del parto, pues incrementan la contractibilidad miometrial. Sin embargo, las contracciones uterinas disminuyen el flujo sanguíneo del útero al igual que el intercambio gaseoso a través de la placenta. Estudios recientes muestran que los oxitócicos reducen la duración del parto pero difícilmente la mortalidad durante el nacimiento y los problemas de distocia (González et al., 2009).
La oxitocina (0.083 UI/kg equivalente a 1 UI/12 kg) en cerdas con distocia materno-fetal administrada al inicio de la segunda mitad del parto (después del nacimiento del quinto lechón) disminuyó en casi 50% el número de muertes intraparto en cerdas con distocia y lechones nacidos con asfixia, en comparación con las cerdas no tratadas (González et al., 2009). Aunque, si la oxitocina se administró después del parto del primer cerdo cuando el cuello uterino está completamente dilatado, se produjo un aumento de la distocia y que resultó en un mayor número de mortinatos, ya que la oxitocina causa una sobre estimulación uterina que a menudo es demasiado enérgica y sostenida, con una intensidad y frecuencia de la actividad contráctil del músculo uterino que puede provocar la muerte de los lechones debido a la rotura del cordón umbilical y posterior asfixia (Mota et al., 2002; Alonso-Spilsbury et al., 2004).
En conjunto, se sugiere que la oxitocina no se utilice a menos que sea muy necesario y si se administra que sea en una dosis adecuada y después de la segunda mitad del parto o después del nacimiento del quinto lechón; además de que antes de tomar la decisión de administrar oxitocina se puede valorar la opción de estimular su producción endógena por medio de un masaje vigoroso de las glándu- las mamarias, esto va a incrementar sus niveles plasmáticos y alternadamente la contracción de las células mioepiteliales que rodean los alvéolos mamarios (Lefcourt et al., 1997). La acción de tocar, el calor, masaje, y succión del pezón estimulan el reflejo uterino, ya que los receptores uterinos para la oxitocina se incrementan súbitamente al término de la gestación, alcanzando un máximo durante el parto y regresan a niveles basales durante el período de lactancia (Soloff et al., 1979; Breton et al., 2001).
Alimentación de la cerda.
Durante el parto los sistemas respiratorio y cardio- vascular, además del sistema endocrino funcionan normalmente, mientras el sistema digestivo se mantiene inactivo por lo cual el intestino lleno determina un aplastamiento del útero y una restricción del canal del parto, generando dificultades para el paso de los lechones en el momento del parto.
Por eso es necesario hacer una restricción en la alimentación, reduciendo gradualmente la cantidad a partir del día 110 de gestación. Es una práctica común, cuando se ha dado a las cerdas niveles altos de alimentación en la gestación tardía, reducir el consumo a 2-2.5 kg/día en las 24-36 horas antes del parto. Esto ayuda a preparar a la cerda para el parto (Close et al., 2004).
A las cerdas que se les dio fibra extra durante la gestación parieron y destetaron más cerdos que las alimentadas con dietas control, y también se mejoró el consumo de alimento de lactancia (Reese, et al., 1982). Es de gran ayuda adicionar al alimento un porcentaje de fibra mayor, como podría ser salvado de trigo, pulpa de remolacha, cascarilla de arroz o de avena, alfalfa/ensilaje concentrado y harina de gluten de maíz. Contrariamente se observan respuestas negativas con harina de alfalfa y granos de destilería.
En los casos de estreñimiento crónico es aconsejable utilizar un laxante como: sulfato de magnesio, melaza, etc. (Baucells, 2004).
Cuando se dan dietas con gran cantidad de energía, se observa que hay un consumo menor de alimento. Este tipo de alimentación puede dar lugar a varios trastornos, entre ellos:
- Absorciones embrionarias en los primeros días de gestación, que generan camadas disminuidas de tamaño.
- Durante la fase media de la gestación se debe alimentar a las cerdas de manera que lleguen al parto sin engrasarse, puesto que la acumulación excesiva de grasa limitará el consumo de la cerda en lactación, de igual manera al momento del parto dificulta el mismo, haciendo que se prolongue el tiempo y predispone a que se presente el síndrome Mastitis-Metritis- Agalactia (López, 2013).
Disminución del diámetro del canal del parto.
Se puede dar por el desplazamiento de la vejiga, donde pasa a ocupar la cavidad pelviana, ventral y lateralmente a la vagina, lo que provoca un abombamiento fluctuante de la mucosa, todo esto acompañado de dolor, intranquilidad y retención de orina (Rimbaud, 2005).
Debilidad de contracciones.
Si bien los obstáculos mecánicos frente al parto se producen sobre todo en las cerdas primerizas, la debilidad de contracciones es más frecuente entre las multíparas. Existe debilidad de contracciones cuando a pesar de estar despejado el canal de parto, solamente ha nacido uno o dos lechones o incluso ninguno.
Se debe distinguir entre debilidad de contracciones primaria y secundaria:
- DEBILIDAD DE CONTRACCIONES PRIMARIA O INERCIA UTERINA PRIMARIA
Las causas no son muy claras, probablemente es atribuido a un parto atrasado en camadas muy pequeñas, eclampsia, a que esté afectada la excitabilidad de la musculatura lisa debido a una hipocalcemia pasajera o a situaciones de miedo y dolor que provocan una secreción de adrenalina que inhibe la motilidad uterina.
- DEBILIDAD DE CONTRACCIONES SECUNDARIA
No es considerada distocia como tal, sino como el resultado de una distocia, observada debido al agotamiento uterino y en general de la cerda (común en cerdas obesas), tras un periodo largo de contracciones, probablemente asociado con malas presentaciones fetales u obstrucciones maternas (Hans et al., 2001).
Prolapso vaginal.
Puede producirse una salida de la mucosa vaginal a consecuencia de la influencia hormonal debida a una gestación prolongada o a la presencia de micotoxinas en alimento, lo que debilita el tejido conjuntivo perineal.
Inicialmente, solamente se observa un abombamiento del techo dorsal de la vagina que desaparece cuando la cerda se pone de pie (Figura 11), pero en casos graves aparece un engrosamiento en forma de anillo que tiene tendencia a aumentar y que cuelga de la vulva, al hacer presión sobre el abdomen también puede prolapsarse el recto (Hans et al., 2001).
La manera de prevenir este problema es:
- Un adecuado laxado de la cerda antes del parto.
- Evitar una excesiva inclinación del piso.
- Una adecuada inspección y monitorización del alimento para evitar la presencia de micotoxinas.
Prolapso uterino.
Si bien es poco frecuente, ocurre en cerdas viejas con camadas grandes o que paren lechones grandes, debido a la entrada pélvica grande, el útero largo, flácido y la relajación excesiva de la región pélvica y perineal, también relacionada con la presencia de micotoxinas estrogénicas (Figura 11 y 12).
FACTORES DE ORIGEN FETAL.
Las malformaciones fetales son causadas por desarrollo anormal de los óvulos fecundados durante el período embrionario y se puede atribuir a causas genéticas, infecciones, deficiencias nutricionales o sustancias tóxicas (Ávila, 2007).
Dentro de las anomalías presentes por causa fetal incluyen problemas como:
- Hidrocefalia.
- Hidropesía fetal (Figura 13).
- Anasarca.
- Ascitis.
- Retracciones musculares y tendinosas (Figura 14).
- Deformaciones (anquilosis, acondroplasia, anomalías del desarrollo, gigantismo fetal) (Figuras 15 y 16).
Presentación del lechón.
Randall (1972) determinó que en el caso de las cerdas, la presentación de los lechones no tiene influencia en el proceso del parto, pueden nacer en presentación anterior o posterior; pero lo complicado es cuando dos lechones intentan salir por el canal de parto al mismo tiempo, ocasionando una distocia (Martínez, 2015).
Al observar signos de distocia en la cerda, se procederá a realizar una adecuada intervención obstétrica, que si lleva al diagnóstico de la presentación simultánea de dos fetos se procederá a determinar por medio del tacto en qué posición se encuentran los lechones y el que se considere con mayor dificultad para salir es el que se va a tratar de empujar suavemente hacia el interior del canal del parto, para permitir que el otro lechón tenga espacio suficiente para salir; en cuanto el primer lechón se saque, se procederá a sacar manualmente al segundo lechón. Normal- mente los siguientes lechones saldrán sin ayuda obstétrica, pero se debe prestar especial atención a este parto.
Cesárea.
La cesárea como solución a la distocia se suele elegir como un procedimiento de “último recurso” debido a las presiones económicas, altas probabilidades de mortalidad de la cerda, una recuperación larga y dificultosa, además, de que muchas veces se obtienen productos sin vida debido a diversas complicaciones (Zimmermann et al., 2012). Cabe destacar que los retrasos innecesarios en la decisión de la cirugía son la causa principal de la mortalidad de cerdas y lechones asociados con la cesárea.
CASO CLÍNICO.
Datos generales de la granja.
Granja porcina semitecnificada de ciclo completo, localizada en el noroeste de la Ciudad de México, tiene 9 hembras reproductoras, un semental de año y medio de edad, además de borregos, patos, perros, conejos, gallos y gallinas.
La granja tiene tres corrales destinados para destete-engorda, dos corrales usados para servicio- gestación, tres corrales para maternidad y una sementalera, todos se encuentran en la misma área (Figura 17) y los corrales se van llenando y rotando de acuerdo a la disponibilidad de animales.
La alimentación se basa en alimento balanceado, medicado con virginiamicina (la mezcla contiene los siguientes ingredientes: pasta de soya, sorgo, canola, aceite de soya, fosfato di-cálcico, calcio, sal, vitaminas y minerales), además a éste se le agrega tortilla molida. Esta granja realiza auto reemplazo con 100% de monta directa, además de prestar al semental a granjas de sus amigos. El dueño de la granja y su padre se encargan de todo el trabajo.
Descripción del caso.
El productor se puso en contacto por la mañana con el asesor de la granja debido a que un día antes la cerda referente a este caso había parido seis lechones, pero al día siguiente aún continuaba en trabajo de parto, y la observaba tener contracciones, con su vientre abultado y no había expulsado ninguna placenta. El asesor le recomendó que incentivara a la cerda a que caminara si era posible, administrar intramuscularmente 1 mL de oxitocina (20 UI), esperar 15 minutos y aplicar la técnica obstétrica (bracearla) para realizar una inspección obstétrica.
Por la noche se volvieron a comunicar con el asesor debido a que se realizó lo antes recomendado y en el braceo no se había podido sacar ningún lechón o placenta.
Al día siguiente se visitó la granja. Se recabó la historia clínica, refiriendo que para la cerda era su segundo parto, donde en el primero había tenido 13 lechones sin ningún problema; que su alimentación era de 5 kg de alimento de crecimiento (2.5 kg por la mañana y 2.5 kg por la tarde), unos días antes de parir se había laxado con la combinación de 2.5 kg de salvado más 2.5 kg de alimento.
En la inspección física la cerda se observó con una condición corporal 4, se encontraba postrada y con una respiración agitada, pero sí amamantaba a sus lechones (Figura 18).
Se procedió a lavar la mano y el brazo de la persona que iba a realizar el procedimiento, se utilizó un guante de palpación lubricado y se realizó la intervención obstétrica. Se encontró que el canal de parto estaba sumamente reducido debido a una gran cantidad de grasa por el sobrepeso de la cerda junto con una inflamación debido a los intentos anteriores de braceo (Figura 19).
Al continuar el braceo se encontró con un producto sin vida, se trató de extraer, pero sólo se pudo sacar parte de la piel, huesos, intestinos y partes de la placenta (Figuras. 20-23).
INTEGRACIÓN DEL CASO.
De acuerdo a la historia clínica, inspección clínica de los animales e inspección física de la granja se concluye que la distocia fue probablemente causada por una sobrealimentación que llevó a un aumento significativo de la condición corporal de la cerda y la tardanza en ponerse en comunicación con el asesor para un tratamiento oportuno, ya que todas las distocias deben tratarse como posibles emergencias y observarse sin demora. Además de que cuando el parto dura más de 12 horas, los fetos muertos sufren una infección bacteriana, se llenan de gas (enfisematosos) y no se pueden mover ni dentro del útero ni a través de la pelvis (Hans et al., 2001).
Las medidas y tratamientos administrados fueron la realización del procedimiento obstétrico para sacar todas las partes posibles del lechón y placentas, posteriormente el lavado intrauterino por medio de una pipeta para inseminar, empleando una combinación de 500 mL de solución salina fisiológica más 20 mL de oxitetraciclina, además de un tratamiento parenteral con penicilina a una concentración de 22,000 – 44,000 UI/kg, por lo cual la dosis que se le aplicó fue de 15 mL vía intramuscular en la tabla del cuello, administrados por tres días ambos tratamientos (Figura 24).
La cerda terminó su tratamiento favorablemente y arrojó los restos del producto al tercer día y terminó sin problema su periodo de lactancia (35 días).
Se recomendó cambiar el alimento que se les daba a las hembras gestantes a alimento de gestación en vez de alimento de crecimiento, disminuir la cantidad por día de acuerdo a su etapa de gestación, no prestar al semental a otras producciones, lavar y desinfectar antes del parto la parte posterior, pezones de la cerda, mejorar la limpieza, además del secado y desinfección de las instalaciones.
Por otra parte, realizar muy puntualmente el manejo de la hembra en maternidad, iniciando desde que la cerda es trasladada a esta área, lo cual aproximadamente ocurre una semana antes del parto, para evitar complicaciones en éste que se pudieron haber previsto.
Artículo publicado en Los Porcicultura y su Entorno