Redacción BM Editores.
En el marco de las Jornadas Avícolas “hablemos de pollo”, organizadas por el Instituto Nacional Avícola, la Dra. Elein Hernández Trujillo, especialista en bienestar animal, ofreció la plática “Bienestar animal y el mito de las hormonas”, el pasado 7 de julio.
La también profesora e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre otros estudios y trabajos realizados en el tema avícola señaló que el concepto de bienestar animal viene con un antecedente de 20 o 30 años en otros países; “se ha escuchado mucho este tema porque ya se tomaron algunas acciones para hacer algo por los animales”, explicó.
Expresó que cada vez se tienen consumidores interesados en este tema y tiene que estar actualizado, no solamente los veterinarios, todos en general, y quieren saber un poco más de este tema.
Abundó que, esto no es una moda y se seguirá hablando de este tema durante muchos años, en proveer información actualizada, con evidencia científica; “para esto se tienen que definir algunos conceptos, que muchas veces se utilizan de manera intercambiable cómo llevar un sinónimo y no necesariamente es una realidad”.
Comentó que, en el ámbito de la veterinaria, se dice que los animales sufren, pero se tiene que ver bajo qué concepto; “es subjetivo, pero quienes han trabajado bajo un procedimiento quirúrgico, siente dolor”.
Por otro lado explicó que de acuerdo a la Organización Mundial de Sanidad Animal, la definición de bienestar animal es el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere.
Señaló que en el caso de los consumidores, compran lo que están viendo en la tienda y tiene una gran variedad de opciones entre productos que dicen que son sin hormonas, sin antibióticos, que los animales son tratados bajo sistemas de bienestar.
Señaló que desafortunadamente también se expenden productos que no son de origen animal, que también esconden la identidad en letras chiquitas que dicen “este producto es de origen vegetal”, y el consumidor tiene que aprender a seleccionar qué es lo que quiere consumir, tiene que identificar cada uno de los sellos.
Otro aspecto –señaló- es el precio, tiene que ser accesible a todos los bolsillos, en el caso del pollo es más barato y versátil, ya que tiene una gran gama de preparación, sin embargo, este producto también tiene que ser amigable con el hombre y el medio ambiente.
Dijo que es importante mencionar que se debe tener un cuidado en la granja, que tenga un menor impacto sobre el medio ambiente; otro concepto que surgió durante la pandemia sobre el conseguir productos que sean locales, que también es un interés de posibles consumidores, por lo que una pieza de pollo no solamente tiene que cumplir con múltiples expectativas, lo cual es un reto para los productores.
“Se tiene que recordar que esa pieza de pollo, no aparece mágicamente, tiene un origen y se puede lograr en un periodo muy corto de seis a nueve semanas, comparado con otras carnes, como la de res, que tomaría por 6 meses, la de cerdo muchos más meses, entonces son diferentes los sistemas de producción.”
En el caso de las aves –dijo- se pueden tener pechugas y muslos en cuestión de semanas, desde que crece, se desarrolla hasta su etapa final, y es muy rápido en ese sentido.
Durante su exposición hizo la pregunta de ¿Cómo se puede evaluar el bienestar animal? Y como respuesta, dijo que, se debe escoger en base a la ciencia, con indicadores, con un listado de lo que se podría considerar una prioridad en la granja, entre ellos que tengan acceso al agua y la comida, buena iluminación, ventilación y enriquecimiento ambiental, la cama debe estar adecuada, para estar asegurados que las condiciones de alojamiento sean adecuadas.
“Todo esto es lo que se tiene que estar asegurando y no nada más decir se ve bonito; se tiene que hacer un análisis profundo que incluya todo su alrededor, el animal como es; también se valúan los programas de vacunación, capacitación del personal, que haya recibido la información correcta, que estén actualizados en los temas que están trabajando”, sostuvo.
Por otro lado, dijo que, existen protocolos desarrollados y que son de libre acceso para quienes quisieran conocer un poco más del tema, sobre qué es lo que se mide en el bienestar animal; “hay países que ponen sus propios protocolos como es en el caso de Estados Unidos y la Unión Europea; aparte de existir para pollos, también los hay para otras especies”.
Explicó que se tiene algunos problemas de bienestar en la cultura, pero se tienen que ver como retos, oportunidades, como es la calidad del aire, temperatura ambiental, iluminación, sustrato, agua, nutrición, densidad animal, ambiente social, enriquecimiento, tratamiento de pico, interacción humano-animal, selección genética y manejo.
También abordó el tema legal, y señaló que, en algunos países este tema ya está considerado, como son los estándares de bienestar animal que se deben seguir; “desafortunadamente no es una homologación de todos los países, hay unas más estrictas y otras menos, pero ésta es parte de cada una de las naciones como lo lleve a cabo; en el caso de México, se cuenta con algunas regulaciones y es parte en lo que se está trabajando, de inculcar el tema del bienestar animal para asegurar la reproducción”.
